Suerte y Habilidad

Ahyol suspiró. Ya estaba harto del caballero y los matones. La gente seguía mirando. Ya se había puesto aburrido. Era mejor terminar esto de una sola vez. Si giró y se acercó al matón. Tomó su bolsa y sacó varias monedas. Las juntó, cosa de que se vieran. Tomó la mano del matón con la palma hacia arriba y se las dió con brusquedad.

-10 Monedas. Ni una más. Es exactamente lo que robé. Ni una más.- Miró al caballero fijamente a los ojos. Tenía no ira, sino un severo enojo en ellos. Estaba muy enojado y la intimidación del caballero ya no le importaba.

-Y por la tetas de Myr, les juro que digo la verdad.- Dijo con toda la mordacidad y el veneno que fue capaz. Aún así, era cierto, de todos modos ¿qué sacaba con seguir mintiendo?.

El joven se acercó al caballero y lo miró a arriba a abajo. Ignoró cualquiero movimiento de la espada, no se dejó amedrentar. Simplemente lo miró a los ojos. Por primera vez, este también podría ver con totalidad la cara de Ahyol debajo de la capucha.

-Y a ti te veré afuera. Quiero unas palabras contigo.- El enojo se notaba mucho. Ahyol no era una persona que solía enojarse, pero esta vez se lo habían cagado y mucho. Además de la verguenza que todo eso conllevaba. Al menos así lo vió el joven. El joven caballero se acercó a la puerta, simplemente caminó a través de los tres mercenarios y golpeó la puerta para que la abrieran. Quería ser el primero en salir y airearse un poco. Simplemente saldía y se sentaría en la banca más cercana, a la vista desde la puerta, mirando el suelo y meditando, hasta que el caballero le hablase otra vez.

-10 monedas de bronze.

Spoiler:

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Al primero que comenzó a aburrirle todo aquello, sin duda era al caballero, pero tenía que mantener un semblante severo. No quería cortar carne, solo amedrentar a los injustos. Retiró la espada amenazante de ambos cuando el niño ladrón- ahora viéndole la cara.- cumplió y devolvió lo robado. -¿Todo bien?- Le preguntó al ricachón mientras envainaba su espada bastarda en su espalda y luego se quedaba con la corta, ahora en la mano siniestra. -¿O quieres salir más perjudicado?- Dijo llevando la mano a la bolsa de monedas de aquel tipo, palpándola un par de veces, demostrándole que podría haber salido peor parado de aquella escena, ya que al sacar la bolsa de monedas para guardar los diez bronces que le había robado Ahyol, probablemente la viese bastante llena como para usarlo de excusa para amedrentar.-¡HENRY, ABRE LA PUERTA!- Dijo para que el encapuchado pudiese salir.

Ya el joven encapuchado había salido de la taberna, y Amroth lo siguió dos minutos más tarde, los cuales aprovechó para acercarse al posadero y darle una moneda de plata por las molestias, pedirle disculpas, y a su vez, cambiar la moneda de oro por 9 de plata y 10 de bronce, sin dejar de mirar a aquel tipo que procuró que abandonara la posada, o se sentara en un banco para no tenerlo de pié como amenaza, junto a sus dos secuaces.

Salió de la taberna ya, dándole una fresca brisa de verano -Ya sea mañana o noche; lo dejo a juicio de narrador cerrando la puerta tras él- y vio allí al pobre ladronzuelo, al cual le tiró con su mano zurda, una bolsa de diez monedas de bronce, que más que bolsa, era un trozo de tela con un hilo enrollado varias veces que contenía dentro las monedas, preparado "con amor" segundos antes, y una servilleta que pidió muy amablemente al posadero. En la diestra aún tenía la espada corta desenvainada y grácilmente agarrada, aún tenso por la escena de antes. Salió de la posada cambiando completamente de cara, ahora una sonrisa se dibujaba en su rostro; impecablemente era de diversión; parecía estar algo loco, y comenzó a reflexionar en su cabeza los probables problemas que le podrían traer aquella escena.

-Henry, tenemos que irnos cuanto antes de éste lugar.- Exclamó para hacer la broma de lo obvio; luego se acercó al ladrón. - Ante todo ¿Cómo te llamas? Sin nombre, no converso con la gente, dando a entender que lo de antes, no era conversar. Mi nombre es Thomrad.- Su nombre era falso debido a que debía ocultar su nombre y apellido por precaución a que lo encontraran los secuaces del Margrave y acabaran con él como habían intentado al estar en Villa Aurelior, pero incluso para henry, su escudero, el nombre de su caballero, era Thomrad...

El joven se encontraba meditando. Miraba a todos lados distrayendose con lo primero que atrajese su mirada... un ave, un gato o mucha de la gente extraña que salía a estas horas. El sol comenzaba a ocultarse poco a poco, oscureciendo la ciudad de Tyriel. Ahyol ya se había calmado hace un buen rato y decidió simplemente relajarse y disfrutar los últimos rayos de sol. Después de unos momentos, salió el armado con lo que parecía ser un acompañante. El acompañante se veía considerablemente menos armado o fuerte que el otro hombre de cuerpo enjuto, lo que hizo pensar aún más a Ahyol que aquel hombre era un caballero. Vió cómo este le lanzaba una pequeña bolsa de algo. La atrapó con facilidad y al tocarla sintió el tintineo de un par de monedas.

-¿Ah? ¿Me estás pagando? ¿Porque?.- Preguntó extrañado el joven. Al abrirla, vió qe tenía algo de cobre. 10 monedas. Los mismo que había perdido. Escuchó el nombre de aquel hombre y de su acommpañante.

-Thomrad... no eres de por aqui. Nadie de por aqui usaría ese tipo de nombres. Me llaman Sombra y supongo que eso debería bastar por ahora. Esta no es una ciudad para entregar verdaderos nombres.- Dijo el joven. Se levantó y miró al caballero. -Antes que nada responde... ¿Que haces aqui y que mierda pasa por esa cabezota tuya haciendo ese tipo de cosas? Me costaste dinero y un cuchillo perfectamente bueno.- Ahyol hizo un ademán con la mano chocando 2 de sus dedos contra su cabeza.

-En esta ciudad lo primero es NO-LLAMAR.LA-ATENCIÓN.- Dijo con mucha claridad las ultimas palabras.

-Bien mira, quedas perdonado por lo del dinero, puesto que me has pagado. Y quedas perdonado por entregarme, puesto que luego me has sacado de allí. Pero que te conste, aún me debes un cuchillo. En esta ciudad así son las cosas, no puedes venir y hacerte el justiero. De aqui a mañana tu cabeza esté atascando alguna alcantarilla probablemente. Bien, antes de continuar, dime que haces en este basurero...- Dijo el joven cruzandose de brazos. Suspiró. Hacía muchas preguntas y hablaba mucho, pero era natural sentir curiosidad. Ese tipo de personas no se veía en Tyriel.

+10 monedas de bronze

-Hm- Rebufó el caballero ahora con un aire infantil mirando hacia otro lado ante el sermón de Ahyol hasta que terminó su plática, y entonces, comenzó su diálogo.-Te estoy pagando por que eres tú el causante de que yo haya ganado una moneda de oro.- Dijo para luego emitir una carcajada no demasiado sonora, como divirtiéndole ésta clase de situaciones. -En cuanto al cuchillo, no creo que te deba ninguno, sin embargo tras la escena de ahora... -Aún redoblaba en sus mejillas un aire divertido, pero su sonrisa iba menguando poco a poco.- ...Es conveniente que te protejas.- Dijo desenvainando su cuchillo y dejándolo caer a las faldas de Sombra, ya que estaba sentado en la banqueta frente a la posada.

-Pero recuerda, eres tú quien me debe ahora un cuchillo.- Dijo sonriendo levemente, sin apartar la mirada de sus ojos, los cuales solo veía cuando éste también le clavaba los ojos en la cara de Amroth; sino, el pico de la capucha lo ocultaba. -Eres bastante divertido diciendo "Te perdono" cuando cualquiera de los que estaban ahí podrían haberte atrapado al sonido de la moneda de oro; no quiero que te conviertas en un mártir, así que saltaré ése punto por alto.- Enunció ésto para luego comenzar a caminar de un lado a otro, cuatro pasos para allá y cuatro pasos para acá, frente a Sombra.

-Hmmm... Pese a todo, me vendría muy bien un tipo como tú por ésta ciudad, y puesto que estás en deuda conmigo, te regalaré el cuchillo si me ayudas. Al alba partiré en dirección a la gran villa, y tengo que comprar provisiones, y algunas otras cosas más.- Refiriéndose al tinte para el cabello que estaba buscando desde el incidente; así probablemente no lo reconocerían en absoluto.- Pero después del incidente de hoy, es probable que no duerma.-

Henry, su escudero de veinte o diecinueve años de edad se mantenía al margen, era también un especialista para moverse en aquella clase de entornos, ya que no hace mucho fue un bandido del poderoso Baltersen, y de hecho, no discrepó ni una sola vez ante el diálogo, pero se mantenía de pié inmóvil a un lado del camino, apoyada su espalda contra una pared; él probablemente, creería que las palabras que quería cruzar el encapuchado con el caballero eran más que palabras, así que en una de sus manos, poseía un cuchillo férreamente agarrado entre sus brazos cruzados, ocultando su hoja...

El joven se sorprendió un poco al escuchar las palabras de aquel caballero...

-¿Yo? ¿En deuda contigo? Tio eso es injusto. Me has usado para sacarle dinero a esos tipos haciendome pasar un susto de muerte. Ni yo hago esas cosas.- Dijo el joven, con tono curiosamente tranquilo. La noche se acercaba poco a poco. Se limitó a escuchar al joven caballero con atención y sin comentarios ni movimientos. Miró de reojo al otro chico. Era joven, se veía más joven que el caballero, incluso más o menos de la edad de Ahyol. Era curioso encontrar gente así. Después de que el caballero terminó de hablar, Ahyol relajó su posición y le dio vueltas al cuchillo en su mano. Era de buena calidad. Quizá el mejor que había tenido Ahyol hasta el momento. Meditó por un minuto, solo viendo el cuchillo dar vueltas en su mano, como si lo examinase, aunque en realidad solo le daba vueltas. Entonces miró al caballero a los ojos.

-Mira, en lo personal no me considero en deuda contigo. Pero hablas de cosas interesantes, así que te propondré un trato. Verás, lo que más añoro es irme de este cuchitril lo antes posible. Pero no tengo dinero ni recursos.- El joven suspiró levemente y guardó en cuchillo en su cadera. Era un poco más grande que los cuchillos que había tenido antes, pero encajaba bien. Ahora lo tenía en la cadera al lado derecho.

-Mi propuesta es la siguiente. Llévame contigo y dame 1 día. Nada más. Te ayudaré en todo lo que necesites. Pero llévame y dame 1 día para no tener deudas y ni asuntos pendientes en la ciudad. Compraré lo que necesites y te diré un lugar donde puedes comer y dormir barato sin que te apuñalen por la noche. ¿Que te parece? Estaremos perfectamente a mano y ambos saldremos ganando.- El ladrón propuso la faena con una gran sonrisa. La verdad era que no parecía mal trato. Ahyol lograría irse y y el joven caballero obtendría lo que quería.

-Mira, quizá sea un ladrón, pero sigo pensando que el honor es algo importante. Tengo mi propio honor. Si no quieres confiar en mí, bien, no lo hagas. Pero te juro por Aenor y los dioses que yo cumplo mi palabra. Dame mi día para terminar mis asuntos y mañana a atardecer nos estaremos llendo de Tyriel hacia a Gran Villa. De todos modos no tienes muchas opciones ¿no?.- La Gran Villa no era precisamente el sueño de Ahyol, pero no era mal lugar donde empezar. Además había escuchado rumores interesantes... pero bueno, todo dependía si Thomrad aceptaba el trato o no.

Era curioso, el joven se veía emocionado. Al fin se largaría. Al fin había encontrado la forma de salir.

-Mientras que no me maten por la noche- Dijo encogiéndose de hombros y parar su caminar de un lado para otro. fijando la vista en Henry pero aún dirigiéndose a Sombra con sus palabras. -¿Donde puedo ocultarme ésta noche? Y espero estar confiando en tí y que seas honorable; es una pregunta que compromete a mi vida.-

Había visto el refulgir de la luna en el cuchillo de Henry, cómo protegía a su señor lo llenaba del buen orgullo, y éste no pudo evitar esbozar una sonrisa, volviendo la mirada a Sombra.- Te doy hasta mañana, claro; al Alba, espérame en la puerta de la ciudad; no quiero que te vayas de aquí sin deudas. En otro orden de cosas, necesito un tinte para el cabello, raciones de viaje, y si conoces a algún escribano que pueda falsificarme algunos títulos nobiliarios, muchísimo mejor.-

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-Pues os prometo que cumpliré. Ahora dame el dinero para poder comprar las cosas. Debería bastar con 2 piezas de plata, incluso debería sobrar. Las compraré mañana por la mañana... a esta hora ya no quedan negocios abiertos, a menos calro que quieras objetos de dudosa procedencia y calidad... No te preocupes, no te robaré el dinero, piensa que con 2 piezas de plata no llego ni a la esquina. Verás que vuelve casi todo, excepto lo necesario para comprar las cosas.- Dijo el joven, mientras extendía la mano para recibir el dinero.

-Por cierto. Si sigues por ese camino.- Apuntó a una calle a la derecha de él. -Llegarás a una taberna llamada "El Cazador Borrachín". Habla con Sven, el posadero, generalmente atiende la barra. Dile que te envía la "Sombra Travieza" y que quieres pasar la noche. Te dará una habitación segura.- Dijo tranquilamente. Miró al caballero y sonrió.

-Y por cierto, vigila tu espalda a todo momento. Se extenderá el rumor de lo que pasó hoy. Y en cuanto a los papeles... yo me encargaré de eso. Aprovechad de descansar... mañana tenemos un largo camino.- Dijo cambiando la cara y con seriedad. El joven ladrón ya casi estaba listo para partir. Tenía toda la noche para juntar lo necesario y terminar el "trabajo" del cual Thomrad no estaba al tanto.

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-Mi señor, me temo que no es una persona de plena confianza.- Dijo locuaz Henry al ver la buena fe del caballero, y sobre todo su inocencia con respecto a ésa ciudad. El caballero tenía otras formas de "jugar" o "mentir" cuando era escudero de Ser Rorik Lorgestein en el castillo del cuervo, pero nunca faltando una palabra o su honor, pero en aquel sitio, era distinto y tenía que andarse con pies de plomo. Así pues el caballero se quedó pensativo unos momentos llevándose la zurda a la barbilla, acunándola con el índice y el pulgar - Hmmm... No importa Sombra, lo compraré yo mañana por la mañana y haré turnos en la posada que dices con Henry, por si acaso. Cuanto más permanezca en un sitio fijo peor; miraré al alba yo el mercado.- Sentenció un poco dado al pragmatismo y la desconfianza de aquel que le había prometido vasallaje, y que antes fue bandido. Le quedaban muchas cosas que aprender de otras tierras.

-Te esperaré en la puerta norte cuando el sol recorra un cuarto del cielo- (Sobre las 10 de la mañana)

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-Bien, supongo que es razonable- Si quieres ver el tema de los papeles, pregunta por aqui y d que uqieres ver al Cojo. El... puede que te ayude... pero ten muchisimo cuidado.- Dijo el chico bajando la mano. Miró de arriba a abajo al caballero y luego desvió su mirada al escudero, a quien no le había dedicado mucha atención.

-Tu acompañante tiene razon, no deberías ser tan fiado con la gente por aqui. Yo lo hago por conveniencia para ambos, como ya sabemos, así que matarte o robarte no tendría sentido alguno. Mira, Sven os cuidará bien, no os preocupeis. Por cierto, si puedes, evita andar con la armadura por la ciudad... con ella eres como la única mujer entre un puñado de hombres. Si es que me entiendes me entiendes. Eres demasiado notorio. Te recomiendo no usarla al menos hasta salir de la ciudad. Nos veremos en la puerta norte.- El chico tocó con la mano derecha un hombro de Thomrad y asintió con la cabeza, que era un gesto de despedida común y rápido. Se dio media vuelta y cuando ya había caminado un par de pasos, se paró y miró hacie atrás.

-Por cierto, casi lo olvido. Cuidado en el mercado... ahi muchos como yo, pero que matarían a su madre por media hogaza de pan duro. Adiós.- Se despidió el joven. Mientras se alejaba... doblando en un esquina y luego caminando por un pasillo oscuro. Ahora debía terminar el trabajo.

Pasarme los link de los nuevos temas cuando los tengáis, llevaré sus temas por separado.

He aquí el mío.

https://mundosparalelos.activoforo.com/t287-la-supervivencia-del-honor-en-tyriel#1381