Los artefactos arcanos

Los artefactos arcanos

Los antiguos dioses poseían un conocimiento sobre las cosas muy amplio y extenso y, con unos materiales que ellos mismos creaban con su pura esencia divina, creaban magníficos artefactos que solos ellos sabían controlar y dominar.

Ese material solo es lejanamenta comprendido por algunos de los mayores genios de la Orden de Aenor pues algunos de esos artefactos han llegado hasta nuestros días y son, por lo tanto, muy valiosos y objeto de grandes estudios.

Estos objetos fueron pensados tanto para construir como para destruir y depende de su poseedor darles un uso u otro aunque, algunos de ellos, fueron pensados especialmente pensados para la guerra y la lucha.

Las formas, tamaños y utilidades del material divino, conocido como Ferrurem, son muy diversas y sus capacidades inimaginables. Hoy día los objetos hechos con este oscuro material y duro material, que puede cambiar de color si es debidamente tratado, son extremadamente valiosos y bien podrían valer varios castillos o una ciudad entera. La mayoría los atesora la Orden de Aenos, guardianes del legado de los dioses y grandes devotos de este, pero no es raro ver a ricos comerciantes de las ciudades a o poderosas y antiguas familias aristocráticas con alguno de estos objetos.

Espadas de Aenor

Espadas forjadas con Ferrurem, muy antiguas y valiosas pues nadie sabe como hacer una nueva arma con este material, capaces de cortar las otros aceros como si se trataran de mantequilla y de emitir un mortal fulgor calorífico que, en algunos casos, es capaz de derretir hasta la propia piedra de los muros de un castillo. No precisan de especiales cuidados y deben guardarse en vainas especiales por lo que, si estas no se conservan, portar estas espadas puede ser un gran problema.

Estas armas poseen una gran riqueza ornamental pues sus hojas y empuñaduras suelen estar ricamente labradas y tratadas. Sus hojas suelen tener muchas tonalidades o solo una pero predominan, generalmente, los rojos y los verdes.






Martillos de Myr

Estos martillos son, incluso, más escasos que las espadas de Aenor y poseen el nombre del antiguo dios del trabajo de los artesanos y del comercio. Una ciudad fundada por este dios aun sigue existiendo es sigue siendo una de las principales urbes del comercio en el Valle y es famosa por los trabajos de artesanía que en ella se realizan.

Estos martillos son muy ligeros y son capaces de descargar una gran cantidad de energía sobre la materia que estén trabajando por lo que, de alguna forma que los sabios no saben determinar, hacen que los metales cedan rápidamente ante su poder, que las piedras se quiebren a su paso y que, en resumen, cualquier material pueda ser moldeado con suma facilidad bajo el gusto de su poseedor.

Spoiler:

Los Constructos

Posiblemente los artefactos más raros, escasos y valiosos de todos los objetos arcanos conocidos hasta el día de hoy. Los constructos son, básicamente, seres que imitan la fisionomía de los mortales pero teniendo cualquier tamaño que se quiera imaginar y siendo fabricados con el valioso metal.

Pueden contarse con los dedos de una mano los constructos que se encuentran localizados en el Valle y, que se sepa, ninguno esta activado, aunque nadie sabe hacerlo, pues una vez se mueven sirven a cualquier deseo de su señor, sea cual sea hasta que son desactivados (algo que nadie sabe hacer). Tienen una autonomía que roza lo eterno pues se sabe que alguno de estos artefactos han estado en completo funcionamiento durante cientos de años hasta que el uso y el desgaste ha terminado con ellos.

Pueden realizar cualquier tarea que se le antoje a su dueño pues tienen una fuerza y una resistencia sobre humanas y algunos incluso destacan en velocidad la velocidad aunque, nada más activarse, poseen una inteligencia artificial que deja mucho que desear pero parece ser que con el tiempo esta se va desarrollando.

Cuando el dueño de algunas de estas máquinas tiene la ocurrencia de armar a estas máquinas para llevarlos a la batalla el resultado suele ser desastroso para el enemigo pues estos seres tienen fama de ser imparables en la batalla... ¿Como frenar a un enemigo fabricado con el mas duro de los metales? ¿Como parar el tajo de un adversario que tiene la fuerza de diez hombres? ¿Como huir de un luchador que te duplica o triplica en tamaño?

Spoiler:

Spoiler:

La Ballesta de repetición

El arma a distancia más usada, común y efectiva suele ser el arco pero en las tierras del Valle de Aenor existen armas antiguas tan poderosas como estos artilugios y algunos dicen que son, incluso, más temibles. Estas armas son las ballestas de repetición, se desconoce como fueron elaboradas en su día y es común que los artífices y genios actuales intenten imitarla por sus grandes propiedades como arma mortal contra enemigos bien pertrechados pero tan solo han logrado fabricar modelos muy modestos que solo pueden disparar una saeta por vez.

Su funcionamiento es similar al del arco común pero posee una serie de engranajes y de una maquinaria que hacen que su potencia sea muy superior. Al mismo tiempo, por el material con la que está fabricada, hace que puedan ponerse cargas de varias flechas de metal que son disparadas en cuestión de segundos.

Estas armas son muy temidas y precisan de unas flechas de metal difíciles de conseguir por lo que es sumamente complicado que alguien pueda llevar un objeto así a la guerra.

Ariete de Ihelien

Ithelien es el gran dios de la guerra y su símbolo es una lanza de la que surge un rayo de luz, es adorado por los grandes caballeros del Valle y es un ejemplo a seguir para los guerreros de la Orden y su símbolo suele verse materializado con esta máquina de guerra.

Dicha máquina, que parece estar fabricada con un metal mágico, tiene la forma de un ariete convencional pero en su punta posee la cabeza de un dragón o de un gran lobo (o de algún animal muy fiero) y de sus fauces, cuando se activa, puede lanzar un gran fuego capaz de derretir, según cuentan, las paradas de toda una fortaleza de piedra.

No hay puerta que se resista a este arma y es el terror de todo defensor pues no hay manera de acabar con esta máquina salvo que se logre acabar con sus ocupantes, los cuales se posicionan cubiertos bajo un gran escudo de este metal.



Es de un gran tamaño y hacen falta decenas de hombres para moverlo por el campo de batalla.