La Historia del Valle de Aenor
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La Historia del Valle de Aenor
La Historia del Valle de Aenor
Hace mucho tiempo las tierras del valle vivían cubiertas por una total y completa bruma de oscuridad y de caos. Nadie recuerda bien lo acontecido en aquellos tiempos pero todos saben que por aquel entonces los bárbaros, el caos y la desolación campaban a sus anchas por el valle sin que nadie pudiera hacer nada al respecto.
No había escritura, ni ciudades ni grandes castillos que pudieran albergar un solo atisbo de civilización. Nada nos ha quedado de aquel entonces pero si sabemos antiguas historias que narran como se sucedían las guerras entre las diferentes tribus del valle y como los diferentes poblados que se extendían por el lugar eran constantemente arrasados para que, luego, los supervivientes los reconstruyeran.
Hace mil años llegaron los dioses a nuestras tierras... Poco sabemos y reducida es la información que se nos conserva de esa época pero lo que si tenemos claro es que los ejércitos del orden, dirigidos por el grandioso Aenor, sometieron a las tribus y fundaron, a lo largo del valle, una serie de ciudades y formaron una gran red de caminos que incluso hoy día aun perduran.
Ciudades como Iren, Myr o Tyriel se fundaron en esta época, otras muchas como Irathel o Hytalier también se construyeron en estos tiempos pero, hoy día, no se conservan. Los grandes caminos se extendieron por todo el valle y comunicaron este con el exterior del mundo y con la capital de los dioses en la tierra, Areniar.
Los pasos por las montañas que separaban al valle del resto de la tierra se abrieron y se construyeron fortalezas para custodiar las entradas. El Castillo Negro, fortaleza que defiende la única entrada actual al valle, fue edificado en estos tiempos para velar por la seguridad de los mortales que moraban en el interior de este lugar.
Los dioses nos enseñaron su idioma, el Ithelior, nos mostraron el arte de la escritura, el de la construcción de grandes estructuras, nos enseñaron los secretos de la forja, el gusto por el arte y la belleza y un sinfín de conocimientos que nos han elevado como civilización y que han determinado toda nuestra forma de ser.
Los años pasaron y las gentes del Valle comenzaron a conocer y a extenderse por otras partes del mundo pero hace unos quinientos años algo ocurrió en el seno de la ciudad de los dioses y estos desaparecieron sin dejar rastro.
Nadie sabe bien lo que ocurrió pero unos enviados de los dioses llegaron y nos dijeron que algunos de ellos se habían levantado contra el orden establecido de las deidades para sembrar el caos y la destrucción. No sabemos bien lo que ocurrió pero las instrucciones fueron claras: cerrar las puertas del Castillo Negro, cesar con cualquier comunicación con el resto del mundo y esperar al regreso de los dioses.
Hasta el día de hoy cumplimos estos designios con gran fe y devoción pues el poder y la ira de los dioses es grande pero algunos empiezan a pensar que hemos sido abandonados... Buena parte del conocimiento de estos seres se ha perdido o está incompleto, también carecemos de la capacidad para comprender buena parte de los artefactos que trajeron consigo pero aun así sabemos utilizar parte del legado que nos dejaron.
Hace mucho tiempo las tierras del valle vivían cubiertas por una total y completa bruma de oscuridad y de caos. Nadie recuerda bien lo acontecido en aquellos tiempos pero todos saben que por aquel entonces los bárbaros, el caos y la desolación campaban a sus anchas por el valle sin que nadie pudiera hacer nada al respecto.
No había escritura, ni ciudades ni grandes castillos que pudieran albergar un solo atisbo de civilización. Nada nos ha quedado de aquel entonces pero si sabemos antiguas historias que narran como se sucedían las guerras entre las diferentes tribus del valle y como los diferentes poblados que se extendían por el lugar eran constantemente arrasados para que, luego, los supervivientes los reconstruyeran.
Hace mil años llegaron los dioses a nuestras tierras... Poco sabemos y reducida es la información que se nos conserva de esa época pero lo que si tenemos claro es que los ejércitos del orden, dirigidos por el grandioso Aenor, sometieron a las tribus y fundaron, a lo largo del valle, una serie de ciudades y formaron una gran red de caminos que incluso hoy día aun perduran.
Ciudades como Iren, Myr o Tyriel se fundaron en esta época, otras muchas como Irathel o Hytalier también se construyeron en estos tiempos pero, hoy día, no se conservan. Los grandes caminos se extendieron por todo el valle y comunicaron este con el exterior del mundo y con la capital de los dioses en la tierra, Areniar.
Los pasos por las montañas que separaban al valle del resto de la tierra se abrieron y se construyeron fortalezas para custodiar las entradas. El Castillo Negro, fortaleza que defiende la única entrada actual al valle, fue edificado en estos tiempos para velar por la seguridad de los mortales que moraban en el interior de este lugar.
Los dioses nos enseñaron su idioma, el Ithelior, nos mostraron el arte de la escritura, el de la construcción de grandes estructuras, nos enseñaron los secretos de la forja, el gusto por el arte y la belleza y un sinfín de conocimientos que nos han elevado como civilización y que han determinado toda nuestra forma de ser.
Los años pasaron y las gentes del Valle comenzaron a conocer y a extenderse por otras partes del mundo pero hace unos quinientos años algo ocurrió en el seno de la ciudad de los dioses y estos desaparecieron sin dejar rastro.
Nadie sabe bien lo que ocurrió pero unos enviados de los dioses llegaron y nos dijeron que algunos de ellos se habían levantado contra el orden establecido de las deidades para sembrar el caos y la destrucción. No sabemos bien lo que ocurrió pero las instrucciones fueron claras: cerrar las puertas del Castillo Negro, cesar con cualquier comunicación con el resto del mundo y esperar al regreso de los dioses.
Hasta el día de hoy cumplimos estos designios con gran fe y devoción pues el poder y la ira de los dioses es grande pero algunos empiezan a pensar que hemos sido abandonados... Buena parte del conocimiento de estos seres se ha perdido o está incompleto, también carecemos de la capacidad para comprender buena parte de los artefactos que trajeron consigo pero aun así sabemos utilizar parte del legado que nos dejaron.
Creador- Fecha de inscripción : 09/01/2010
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : soy eterno, no nací.
Títulos :
Renombre : Desconocido.
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