Canto Primero
4 participantes
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
Canto Primero
[justify]Era casi medio día y Dael se le ocurrió que sería buena idea pasar por el mercado. Tal vez oiría de alguien a quien servir. Tal vez un guardia de por ahí le encargase detener un ladrón o un noble le pidiera que diera una golpiza a un deudor. No importaba. Tenía hambre y a pesar de tener algo de dinero, lo tenía guardado para cosas más importantes. No tenía ánimos de pelear ni nada. Pero no le quedaba de otra. Había llegado al mercado y sintió el peso de algunas miradas al instante. El pelirrojo no encajaba en ese lugar. A pesar de que no iba armado pensó que la gente le temía en cierta forma. Y así debiera de ser . Pensó.
Nada estaba pasando. Al parecer el único día en que no tiene dinero y si muchísima hambre y sed era a la vez el único día en que no había ladrones en las calles ni gente hablando de algún rumor. Se sentó en una banca y empezó a observar a la gente. Escuchar mejor. Quizás algo ocurriría. Tenia que ser paciente. La gente regateaba mucho. O mejor dicho los comerciantes lo hacían. Se reía un poco de lo atrevidos que podían llegar a ser con tal de tener un par de monedas más y de como la gente caía en sus juegos de palabras. No les faltará dinero como para caer así . Se dijo a sí mismo. Pensó luego que si un comerciante de tal habilidad le hablara de esa forma el también caería, pues un poco de nada entendía sobre el tema.
Sin saber la razón, recordó una canción que escucho hace unos dos días. El Cantar de La Guerra se llamaba. Le encanto semejante obra, cantada en diez poemas enumerados que hablaban del ascenso al poder de un pobre . En especial el Canto Primero, cuya historia se parecía mucho a la suya. Sueños se dijo, por ahora.
Nada ocurría, y el tiempo pasaba y pasaba. Se empezaba a preguntar si había tomado el camino correcto. Vaya clase de mercenario era, que estaba sentado en una banca del mercado, rodeado de gente que en su mayoría odiaba. Que haría en un futuro ademas. Sus intenciones eran demasiado visionarias. Sin contar que el era solo uno, pobre y débil contra muchos, ricos y poderosos. Necesitaba poder, mucho poder. Necesitaba gente de su lado, ¿donde la conseguiría?. Ya que, estaba sentado en una banca, esperando el milagro de la delincuencia. Se resignó a esperar un rato más. Suspiró...y esperó.
Nada estaba pasando. Al parecer el único día en que no tiene dinero y si muchísima hambre y sed era a la vez el único día en que no había ladrones en las calles ni gente hablando de algún rumor. Se sentó en una banca y empezó a observar a la gente. Escuchar mejor. Quizás algo ocurriría. Tenia que ser paciente. La gente regateaba mucho. O mejor dicho los comerciantes lo hacían. Se reía un poco de lo atrevidos que podían llegar a ser con tal de tener un par de monedas más y de como la gente caía en sus juegos de palabras. No les faltará dinero como para caer así . Se dijo a sí mismo. Pensó luego que si un comerciante de tal habilidad le hablara de esa forma el también caería, pues un poco de nada entendía sobre el tema.
Sin saber la razón, recordó una canción que escucho hace unos dos días. El Cantar de La Guerra se llamaba. Le encanto semejante obra, cantada en diez poemas enumerados que hablaban del ascenso al poder de un pobre . En especial el Canto Primero, cuya historia se parecía mucho a la suya. Sueños se dijo, por ahora.
Nada ocurría, y el tiempo pasaba y pasaba. Se empezaba a preguntar si había tomado el camino correcto. Vaya clase de mercenario era, que estaba sentado en una banca del mercado, rodeado de gente que en su mayoría odiaba. Que haría en un futuro ademas. Sus intenciones eran demasiado visionarias. Sin contar que el era solo uno, pobre y débil contra muchos, ricos y poderosos. Necesitaba poder, mucho poder. Necesitaba gente de su lado, ¿donde la conseguiría?. Ya que, estaba sentado en una banca, esperando el milagro de la delincuencia. Se resignó a esperar un rato más. Suspiró...y esperó.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
El día era soleado en la gran villa, Medio día era, y una brisa de verano recorría las calles del mercado haciendo su recorrido agradable, pero pese a todo, el sol golpeaba con fiereza en ésos horarios, y más en verano. Todo estaba tranquilo, los comerciantes lidiaban con los interesados de los productos en aquella plaza circular provista de banquetas hechas de barro pegadas a los edificios que circundaban la plaza, y algún que otra banqueta en el interior, que mayoritariamente estaba habitada por puestos y más puestos. Era un lugar idóneo para el mercado por la fuente central y la sombra de los edificios colindantes. Humidificaban el ambiente y lo hacía todo mucho más agradable.
Sentose Dael en una de las banquetas en mayoría, las que rodeaban la plaza, en busca de rumores o trabajos que hacer, mientras recordaba el primer canto de una canción bastante de moda; mientras éso pasaba, todo estaba aburrido, los comerciantes lidiaban con los interesados en sus productos, hasta que en el otro extremo de la plaza una capucha negra -Rara ver en verano- Apareció siseando entre la gente, recorriendo el mercado sin ninguna ruta fija, estaba dando vueltas; robando las monedas de quien podía, o buscando a alguien, quien sabe. Mientras tanto, un chiquillo que entraba por una de las calles a la izquierda de Dael, corría como un condenado, mirando a ratos hacia atrás. Unos gritos tras él comenzaron a escucharse, al principio como un susurro lejano, pero luego con una claridad abrumadora.
-¡Al ladrón! ¡Tres monedas de plata por él! ¡Cogedlo!- Repetía una y otra vez una voz aún oculta en la calle de la izquierda, pero que su eco rompió la armonía de la escena. el ladrón parecía ser un niño de quince o catorce años, que corría cogiendo el filo de su camiseta como si fuese un mantel, y cargaba con lo que podrían ser algunas manzanas y una barra de pan. Tras la llamada de atención de aquel niño, la persona encapuchada,parecía haber sido tragado en las tinieblas, y no se veía ahora mismo en absoluto, donde se había metido, pese a su llamativo aspecto.
Sentose Dael en una de las banquetas en mayoría, las que rodeaban la plaza, en busca de rumores o trabajos que hacer, mientras recordaba el primer canto de una canción bastante de moda; mientras éso pasaba, todo estaba aburrido, los comerciantes lidiaban con los interesados en sus productos, hasta que en el otro extremo de la plaza una capucha negra -Rara ver en verano- Apareció siseando entre la gente, recorriendo el mercado sin ninguna ruta fija, estaba dando vueltas; robando las monedas de quien podía, o buscando a alguien, quien sabe. Mientras tanto, un chiquillo que entraba por una de las calles a la izquierda de Dael, corría como un condenado, mirando a ratos hacia atrás. Unos gritos tras él comenzaron a escucharse, al principio como un susurro lejano, pero luego con una claridad abrumadora.
-¡Al ladrón! ¡Tres monedas de plata por él! ¡Cogedlo!- Repetía una y otra vez una voz aún oculta en la calle de la izquierda, pero que su eco rompió la armonía de la escena. el ladrón parecía ser un niño de quince o catorce años, que corría cogiendo el filo de su camiseta como si fuese un mantel, y cargaba con lo que podrían ser algunas manzanas y una barra de pan. Tras la llamada de atención de aquel niño, la persona encapuchada,parecía haber sido tragado en las tinieblas, y no se veía ahora mismo en absoluto, donde se había metido, pese a su llamativo aspecto.
|Narrador|- Fecha de inscripción : 29/05/2012
Re: Canto Primero
Dael sonrió. La paciencia apremia y aunque tarda, la recompensa suele ser buena. Eso lo descubriría en uno momentos. Sin pensar, se levantó y miró a su alrededor. Como esperaba, la gente se movía algo alterada en la lejanía, tratando de dejar pasar a alguien pensó. Su sonrisa se ensancho. Vamos aya…
Con paso seguro, rápido. Avanzó hacia el lugar donde creía se dirigía su futura presa. Iba en contra de la corriente de gente que caminaba. Tuvo que empujar “sutilmente” a quien se le interponía. Apresuró la marcha, sentía como perdía al ladrón, como otros mercenarios en las cercanías habían llegado primero. No podía darse tal lujo ahora.
Empujando a la gente, encontró respuesta. Al posar su brazo en el hombro de quien sabe quien, lo terminaron empujando a él. Fue una respuesta sutil. Pero notoria, suficiente para hacer que se diera la vuelta un momento. No vio nada sin embargo. Ese algo se perdió en el gentío. Solo noto una capucha negra que pasó a su lado. Olvídalo, se dijo. Tenía mejores cosas que hacer. Luego se preocuparía por eso.
En la distancia logró notar a alguien corriendo. O eso pensó. Estaba lejos ya, y no sabía si era precisamente al que tenía que buscar. No importaba, tenía que moverse. La suerte y el destino le dirían finalmente si fue la decisión correcta. La distancia era mucha, y los pasillos podían ser una pesadilla. El tejado, pensó rápidamente. Busco el primer edifico cercano que tuviera suficientes salientes para subir a él. De inmediato lo encontró y corrió directo a la muralla, la gente hablaría, ahora no importaba, era un caso especial.
Llegó a la muralla, y aprovechando el impulso y la experiencia de años anteriores, apoyo un pie sobre esta como dando un paso y se lanzo hacia arriba. Una saliente esperaba por su agarre. Se agarró fuerte y con otro impulso, alcanzo una ventana enrejada. Se aprovechó de esta para llegar al tejado casi sin problemas. La gente empezó a hablar, pero no supo que decían. Avanzo un momento y echo a correr. Tendría que saltar de edifico en edificio, y su primer salto sería al parecer uno muy grande. Apuro aún más la carrera, listo para saltar cuando su pie tocara el borde. Era una maniobra demasiado arriesgada, pero no le quedaba de otra, en una simple misión, era todo o nada. Estaba próximo al borde, y parar ya no era una opción. Era todo o nada.
Con paso seguro, rápido. Avanzó hacia el lugar donde creía se dirigía su futura presa. Iba en contra de la corriente de gente que caminaba. Tuvo que empujar “sutilmente” a quien se le interponía. Apresuró la marcha, sentía como perdía al ladrón, como otros mercenarios en las cercanías habían llegado primero. No podía darse tal lujo ahora.
Empujando a la gente, encontró respuesta. Al posar su brazo en el hombro de quien sabe quien, lo terminaron empujando a él. Fue una respuesta sutil. Pero notoria, suficiente para hacer que se diera la vuelta un momento. No vio nada sin embargo. Ese algo se perdió en el gentío. Solo noto una capucha negra que pasó a su lado. Olvídalo, se dijo. Tenía mejores cosas que hacer. Luego se preocuparía por eso.
En la distancia logró notar a alguien corriendo. O eso pensó. Estaba lejos ya, y no sabía si era precisamente al que tenía que buscar. No importaba, tenía que moverse. La suerte y el destino le dirían finalmente si fue la decisión correcta. La distancia era mucha, y los pasillos podían ser una pesadilla. El tejado, pensó rápidamente. Busco el primer edifico cercano que tuviera suficientes salientes para subir a él. De inmediato lo encontró y corrió directo a la muralla, la gente hablaría, ahora no importaba, era un caso especial.
Llegó a la muralla, y aprovechando el impulso y la experiencia de años anteriores, apoyo un pie sobre esta como dando un paso y se lanzo hacia arriba. Una saliente esperaba por su agarre. Se agarró fuerte y con otro impulso, alcanzo una ventana enrejada. Se aprovechó de esta para llegar al tejado casi sin problemas. La gente empezó a hablar, pero no supo que decían. Avanzo un momento y echo a correr. Tendría que saltar de edifico en edificio, y su primer salto sería al parecer uno muy grande. Apuro aún más la carrera, listo para saltar cuando su pie tocara el borde. Era una maniobra demasiado arriesgada, pero no le quedaba de otra, en una simple misión, era todo o nada. Estaba próximo al borde, y parar ya no era una opción. Era todo o nada.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
- Spoiler:
- Recomendaciones . El avatar si pudieras, un poco más estrecho lo agradecería personalmente, pero no es algo importante, hazlo solo si te apetece. Los personajes que no sean los tuyos, no puedes controlarlos de ninguna forma; la capucha negra podría estar o no a tu lado (es decisión mía). Quería que te decantaras por alguna de las dos presas, si por el misterio y la aventura, o por las tres monedas de plata; en cualquier caso te iba a hacer tirar un dado de cien caras para que me tirases percepción para encontrar a lo que quisieras perseguir. Pese a todo, me gusta mucho tu forma de narrar, siempre presentes tus pensamientos, ahora hace falta verte en diálogo Jeje. ¡Ah, por cierto! Te tienes que poner el dinero de tu personaje en la firma.
Dael dejó la curiosidad a un lado para ocuparse de las monedas requeridas. tres monedas de plata no eran moco de pavo, pero sabía que había más tipos detrás de ése criajo. Parecía escurridizo cual lagartija entre los tenderetes de la plaza que formaban una especie de laberinto en torno a la fuente. Nadie parecía detener al muchacho; en una ciudad como aquella, ¿Quien se sabía quien era el bueno y quien el malo? Por eso nunca se apelaba a la justicia, y siempre, o casi siempre para conseguir un objetivo, había que usar el dinero como cebo.
De nuevo se volvió a escuchar la frase.-¡Al ladrón! ¡AL LADRÓN!- y por fin se vio de quien procedía la voz. Un hombre orondo vestido con una casaca marrón con ribetes marrones claros, un sombrero de éste mismo color -Con la estética del típico sombrero de Robin Hood.- Con dos plumas blancas en su lado diestro dejadas caer sobre el mismo pliegue de la tela. Poseía una barba bien cuidada y parecía que le costaba correr. Cuando llegó al centro de la plaza del mercado se llevó las manos a las rodillas jadeando y maldiciendo a su corta percepción.
Hay que recordar que en la gran villa, se estaba preparando un festival sin igual que año tras año atraía a comerciantes de todas partes del valle; el gran torneo de verano, así que el revuelo de gente que inundaban la calle, era apremiante.
Dael, siendo listo al saber que no podría avanzar por las calles en busca del ladronzuelo, había tomado una posición más aventajada. Se había conseguido subir a unos tejados para ver si veía al chaval desde allí. Oteando con presteza entre las lonas que poseían las tiendas para hacer un poco de sombra entre los puestos.-Aún el chaval, no había salido del mercado, era demasiado grande y estaba por algún lugar de ésa plaza, esquivando gente probablemente, para meterse por la primera bocacalle que viese.-
- Spoiler:
- tira un dado de 100 caras para saber si encuentras al chaval con tu percepción- que debe estar en tu ficha- si no sabes como van las tiradas, mándame un MP. si superas la tirada, puedes postear que encuentras al chaval y vas tras de él; pero no postees que lo coges.
|Narrador|- Fecha de inscripción : 29/05/2012
Re: Canto Primero
El miembro 'Dael Sahaloom' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados
'Dado de cien caras ' : 65
'Dado de cien caras ' : 65
Re: Canto Primero
-Postea como que has perdido al chaval de la vista.-
|Narrador|- Fecha de inscripción : 29/05/2012
Re: Canto Primero
Mierda, por Aenor . Gritó con desconsuelo. Menuda suerte le había tocado. No solo no notaba un indicio de donde pudiera estar el ladrón, sino que también estaba perdiendo tres monedas de plata que le hubieran servido para vivir el resto de la semana en paz. Pero no. No logró divisarlo a tiempo. Podría ir a buscarlo a ciegas de todas formas pensó. Pero deshecho esa idea de inmediato. Sería una perdida de tiempo. No quedaba de otra, tendría que bajar y mamarse las miradas de la gente que lo hubiera visto subir.
Pero le quedaba algo más. Ese tipo de hace un rato, justo antes de que subiera al techo. Iba de negro, algo raro. No era el color usual en las gentes nobles, pero más que eso. Quien andaría con ropa negra con semejante calor. Es insano, se dijo. El mismo se vio obligado a dejar su chaqueta oculta en "casa" para salir hoy. Debía de ser otro ladrón. Más astuto, mejor preparado. Trabajó en el pasado con algunos ladrones excelentes, conocía sus métodos, pero nunca pudo aplicarlos tan bien como ellos.
Estaba seguro de que estaría por ahí. Cerca, si tenia suerte. Esperaba que la vista no le fallara ahora. Vamos día de los mil demonios , se dijo, dame siquiera una aventura decente hoy. Nublo su mente, y le regaló al tiempo unos segundos al destino, esta ves si acertaría, y cuando lo viera iría a por él. Siempre es cosa de suerte después de todo
Pero le quedaba algo más. Ese tipo de hace un rato, justo antes de que subiera al techo. Iba de negro, algo raro. No era el color usual en las gentes nobles, pero más que eso. Quien andaría con ropa negra con semejante calor. Es insano, se dijo. El mismo se vio obligado a dejar su chaqueta oculta en "casa" para salir hoy. Debía de ser otro ladrón. Más astuto, mejor preparado. Trabajó en el pasado con algunos ladrones excelentes, conocía sus métodos, pero nunca pudo aplicarlos tan bien como ellos.
Estaba seguro de que estaría por ahí. Cerca, si tenia suerte. Esperaba que la vista no le fallara ahora. Vamos día de los mil demonios , se dijo, dame siquiera una aventura decente hoy. Nublo su mente, y le regaló al tiempo unos segundos al destino, esta ves si acertaría, y cuando lo viera iría a por él. Siempre es cosa de suerte después de todo
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
No era demasiado raro ver a un tipo por los tejados. Quizás lo tacharían de locos aquellos que lo viesen, algunos pensarían que era un ladrón, otros simplemente un idiota que buscaba partirse la crisma; sin especial interés por él, consiguió bajar de nuevo a las calles excepto con algunas reprimendas de ancianas; nada que no se mereciese.
Regaló afortunadamente ése tiempo, ya que vio aquella sombra encapuchada andar con premura hacia su dirección, aunque no la veía de frente, sino de cuando en cuando; la sombra también estaba esquivando puestos y gente. Cuando llegó al extremo de la plaza donde estaba Dael, caminó lentamente hacia él. Parecía como si el encapuchado temiera perder a Dael como él perdió al muchacho ladrón.
Ya estaba cerca, con su rostro agachado, mirando al pecho de Dael para ocultar su rostro, y las manos dentro de la capa también, cubriendo todo su semblante, solo mostrando algo, que desentonaba con su oscura vestimenta; botas marrones. La tela de dicha capucha era gruesa y Dael probablemente volvería a preguntarse cómo podría soportar ése calor.-Salud, vuestra merced.- Dijo una voz ronca, tosca, como perteneciente a un fumador crónico. Parecía obvio que estaba modulando su voz. -¿Quien sois?- Preguntó; cuando la gente preguntaba éso sin dar primero su nombre, no querían preguntar realmente quien era; querían saber de sus habilidades, sus competencias y especialidades. Parecía que el numerito por los tejados había llamado su atención.
Regaló afortunadamente ése tiempo, ya que vio aquella sombra encapuchada andar con premura hacia su dirección, aunque no la veía de frente, sino de cuando en cuando; la sombra también estaba esquivando puestos y gente. Cuando llegó al extremo de la plaza donde estaba Dael, caminó lentamente hacia él. Parecía como si el encapuchado temiera perder a Dael como él perdió al muchacho ladrón.
Ya estaba cerca, con su rostro agachado, mirando al pecho de Dael para ocultar su rostro, y las manos dentro de la capa también, cubriendo todo su semblante, solo mostrando algo, que desentonaba con su oscura vestimenta; botas marrones. La tela de dicha capucha era gruesa y Dael probablemente volvería a preguntarse cómo podría soportar ése calor.-Salud, vuestra merced.- Dijo una voz ronca, tosca, como perteneciente a un fumador crónico. Parecía obvio que estaba modulando su voz. -¿Quien sois?- Preguntó; cuando la gente preguntaba éso sin dar primero su nombre, no querían preguntar realmente quien era; querían saber de sus habilidades, sus competencias y especialidades. Parecía que el numerito por los tejados había llamado su atención.
- Spoiler:
- No hya que abusar de los dados jeje.
|Narrador|- Fecha de inscripción : 29/05/2012
Re: Canto Primero
Una vez se hubo bajado del edificio y haber "escuchado" las reprimendas de una que otra anciana. Se dio cuenta de que al fin la suerte le sonreía. Vio caminar lo que creyó era un espectro hecho de sombras hacia él. No caminaba en linea recta. Algo estaba evitando. Debe ser solo la gente, pensó Dael. Este hombre se acercaba cada vez más, y sin la necesidad de moverse, este ya estaba plantado delante suyo. Cabizbajo, todo enfundado en una capa negra con capucha. Lo saludo y le pidió nada más que le digiera quién era. Dael frunció el ceño levemente y miró al sujeto de pies a cabeza. No sintió desconfianza. Era evidente lo que quería. O por lo menos para el así lo era.
Solo soy un hombre que quiere hacer algo de dinero. Le dijo al sujeto. Y por lo que debéis haber visto, continuó, te imagináis mis métodos. No había dicho nada muy claro y como estaba mirando hacia abajo no podía saber su expresión. Era claramente incomodo hablar con alguien que no te mira a la cara. Da igual, entendía un poco a semejante personaje, así que puntualizó. Si tenéis algún problema que resolver, os habéis topado con el indicado para resolverlo.
Esperaba que el singular personaje le diera alguna señal que demostrara que estaba conforme con lo que había escuchado. O alguna respuesta. Según su experiencia con otros mercenarios, era muy buena idea conocer muy bien las intenciones de estos tipos, pues podían pedirte cosas muy peligrosas. Quizás me pida asesinar a un noble, pensó. No pudo evitar que se dibujase una sonrisa en su rostro ante tal idea. Pero debía mantener la calma. De todas maneras, sabía que hoy sería un día muy interesante.
Solo soy un hombre que quiere hacer algo de dinero. Le dijo al sujeto. Y por lo que debéis haber visto, continuó, te imagináis mis métodos. No había dicho nada muy claro y como estaba mirando hacia abajo no podía saber su expresión. Era claramente incomodo hablar con alguien que no te mira a la cara. Da igual, entendía un poco a semejante personaje, así que puntualizó. Si tenéis algún problema que resolver, os habéis topado con el indicado para resolverlo.
Esperaba que el singular personaje le diera alguna señal que demostrara que estaba conforme con lo que había escuchado. O alguna respuesta. Según su experiencia con otros mercenarios, era muy buena idea conocer muy bien las intenciones de estos tipos, pues podían pedirte cosas muy peligrosas. Quizás me pida asesinar a un noble, pensó. No pudo evitar que se dibujase una sonrisa en su rostro ante tal idea. Pero debía mantener la calma. De todas maneras, sabía que hoy sería un día muy interesante.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
- Spoiler:
- Siento la tardanza, la verdad es que he tenido una serie de problemas que han influido en la motivación negativa; lo siento, lo siento.
El hombre misterioso esbozó una sonrisa invisible para Dael, y un bulto de su capa se irguió, por su lado derecho, correspondiente a la mano estirándose hasta asomar por debajo de la capa, lo que parecía ser un pergamino enrollado y sellado por un lazo rojo. -¿Sabéis leer?- Pronunció de nuevo con la voz de fumador crónico.
Tras el acto de que Dael cogiese o no el papel, volvió a ocultar la mano debajo de la capucha, esperando la negativa sobre el conocimiento de leer, así que el encapuchado le dijo. -Seguidme, os lo explicaré- Comenzando a caminar hacia la primera bocacalle que salía de ésa plaza, y a su vez de la primera callejuela de ésa primera bocacalle; donde ni siquiera el sol se atrevía a entrar.
(Para avanzar por la tardanza) Si Dael consideró oportuno seguirlo, en medio de la calleja oscura aquel individuo se retiraría la capucha. Se trataba de un hombre de unos cincuenta años de edad; un recién anciano en ésa era, al menos peinaba canas en los pocos pelos que tenían que se adosaban en la parte posterior y lateral de su cráneo dejando una reluciente calva en la parte frontal con un cabello que se veía cortado artificialmente sin dejarlo crecer mucho; acicalaba su rostro con una barba bien recortada en la que el bigote se unía a la perilla y luego recorría el contorno del mentón, pero su barba no era tan cana como su pelo, aunque si tenía pelos blancos salteados.
-Muy bien.- dijo ahora con una voz un poco más melódica; igual que la otra, pero quitando la distorsión.-Me envían en una misión secreta para contratar a un mercenario capaz de hacer un trabajo casi imposible. No se dirá el verdadero contratante, yo solo soy un mensajero, y el que os dará el dinero; tanto la mitad por adelantado...- Dijo sacando de la capa una bolsa con veinte monedas de plata (Dos de oro) y tirándola al suelo frente a Dael.-Como la otra mitad cuando se finalice el trabajo... Y el trabajo es, asesinar a Lord Johan Dharmburg...- Era conocido en todo el valle como primo y sucesor del Gran Bastión Albrech Dhamburg (Ver personajes ilustres del valle), por su exceso de carisma y buena voluntad, y por sus estrategias militares soberbias. -...Que partió con una comitiva de cincuenta hombres hacia el castillo negro desde el Gran Bastión. Van a paso reducido por ir en tropel, pero con el dinero que os he dado por adelantado podréis arreglárosla. ¿Aceptas?-
|Narrador|- Fecha de inscripción : 29/05/2012
Re: Canto Primero
El encapuchado extendió su mano hacia Dael, y esta portaba un pergamino. Pregunto ademas si sabía leer. Dael soltó una risa burlona. No, respondió suavemente. No se avergonzaba mucho de esa respuesta. Eran muy pocos los que conocía que tuvieran esa habilidad. De todas formas nunca le había servido de mucho. De todas formas ese pergamino podría servirle de algo, así que se hizo con el.
El hombre llevó a Dael a un callejón y se quito su capucha. Era un hombre viejo. De cincuenta pensó. Y este le ofrecía una misión casi imposible. Los detalles, eran basicamente: La mitad ahora, la otra mitad luego de completar la misión. Tiró una bolsa con 20 monedas plata y Dael al saber su monto solo pudo pensar en que de verdad sería difícil lo que tendría que hacer. Pero se mantuvo sereno, tenía que dar una buena impresión. Pero mayor fue la sorpesa y el agrado de saber lo que el viejo le encomendaba. Solo escucho el nombre el nombre de su víctima. Lord Johan Dharmburgr. Dael había escuchado de él, la verdad no de este personaje, sino de la familia real del Gran Bastión. Poco sabía, tendría que informarse de alguna forma.
El viejo dijo que se dirigía a Castillo Negro, pero lentamente debido a que era acompañado de sus tropas. Será imposible atacarlo en el camino, pensó. Pero luego recordó las monedas en el piso y lentamente las recogió. Las guardo lo mejor que pudo entre sus ropas y asintió. Dejando claro que aceptaba semejante misión. Hay algo más que deba saber, o pueda ayudarme, preguntó al anciano. Luego de la respuesta de el viejo, Dael se marcharía a otro callejón y se sentaría a pensar un momento. Una sonrisa malévola recorría su rostro. Acompañada de una carcajada suave que apenas podía controlar. Pero fue por mucho, tenía que actuar. Y decidido. Empezó a buscar más información.
El hombre llevó a Dael a un callejón y se quito su capucha. Era un hombre viejo. De cincuenta pensó. Y este le ofrecía una misión casi imposible. Los detalles, eran basicamente: La mitad ahora, la otra mitad luego de completar la misión. Tiró una bolsa con 20 monedas plata y Dael al saber su monto solo pudo pensar en que de verdad sería difícil lo que tendría que hacer. Pero se mantuvo sereno, tenía que dar una buena impresión. Pero mayor fue la sorpesa y el agrado de saber lo que el viejo le encomendaba. Solo escucho el nombre el nombre de su víctima. Lord Johan Dharmburgr. Dael había escuchado de él, la verdad no de este personaje, sino de la familia real del Gran Bastión. Poco sabía, tendría que informarse de alguna forma.
El viejo dijo que se dirigía a Castillo Negro, pero lentamente debido a que era acompañado de sus tropas. Será imposible atacarlo en el camino, pensó. Pero luego recordó las monedas en el piso y lentamente las recogió. Las guardo lo mejor que pudo entre sus ropas y asintió. Dejando claro que aceptaba semejante misión. Hay algo más que deba saber, o pueda ayudarme, preguntó al anciano. Luego de la respuesta de el viejo, Dael se marcharía a otro callejón y se sentaría a pensar un momento. Una sonrisa malévola recorría su rostro. Acompañada de una carcajada suave que apenas podía controlar. Pero fue por mucho, tenía que actuar. Y decidido. Empezó a buscar más información.
Última edición por Dael Sahaloom el Mar Jun 26, 2012 6:31 am, editado 1 vez
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
- Spoiler:
- Por problemas personales de Narrador, yo seguiré con tu trama por ahora.
-Si, me gustaría que cuando lo mates, dejes esto enterrado en su corazón.- Dijo el anciano, poniendose la capucha y retirandose, pero antes, dándole una daga de acero, curiosamente ornamentada, a Dael. El anciano se retiró con un simple cabeceo de despedida.
La Gran Villa es el epicentro de las noticias de todo el Valle, principalmente debido a su privilegiada ubicación. Era fácil encontrar inforamción sobre cualquier cosa. Sentado y pensante, Dael debía intentar pensar donde sería el mejor lugar para encontrar información. En la Gran Villa había de todo, bibliotecas, rumores, gente conocedora, etc; sólo tenía que escoger la fuente correcta. El día pasaba lento y el Sol estaba ya en su máximo punto. El calor comenzaba a notarse era mejor buscar algo de sombra, ojalá un poco de agua. El bullicio de la plaza comercial estaba en su máximo esplendor, gente pujando por aqui y allá, hablando de precios y negocios. Lso comercintes gritaban como sus productos eran impotados, raros, único y de gran calidad, aunque muchas veces fuese la mentira más repetida de los tiempos. os jóvenes jugaban de aqui para allá, lanzandose el agua de las piletas. Era casi un día perfecto.
Casi. La misión que le habían encomendado a Dael sonaba casi imposibe, aunque era muy agradabe el peso de las monedas de oro. Ahora, el mercenario debía buscar con quien obtener su tan preciada inforamción.
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Canto Primero
Dael recibió la ultima petición del misterioso hombre. Una daga en el corazón de aquel hombre.Algo apropiado para la situación, pensó el mercenario. Sin nada más que hacer, se retiro del lugar y fue a pensar por un momento su jugada. Necesitaba información sobre ese hombre. Cualquier cosa le serviría, pero por sobre todo necesitaba saber el tiempo que disponía.
Era muy clara su condición. Cincuenta sujetos armados es demasiado, toda una odisea. Pero su única opción era encontrarse con él en el camino. Si llegaba a Castillo Negro sería imposible si quiera acercarse a el. ¿Cuánto tiempo será desde Gran Bastión a la fortaleza de la orden?, se preguntó. Bueno, debía preguntar. La Gran villa era el lugar perfecto para solucionar dudas. En especial las de ese tipo. Estaba en el mercado y se quedaría ahí por un tiempo. Escuchando a la gente. Podrían decir algo interesante sobre el tema. Si no tenía éxito, preguntaría a los mercaderes. Les diría alguna que otra mentira para hacerlos hablar, y si tenía que hacerlo pagaría por algo de información. En caso de no obtener resultados de esa manera con ellos, bueno, un par de golpes no vendrían mal. Aunque esperaba no llegar a tal situación.
Un pequeño inconveniente tenía en ese momento. Y era ese sol que no dejaba respirar. Necesitaba agua y tenía algo de hambre. Iría entonces a una de las piletas cercanas para mojarse un poco y trataría de escuchar a alguien hablar. Incluso si esto no fuera suficiente tendría que ir a comer. El hambre lo estaba superando, cosa que podría aprovechar muy bien, ya que un cantinero siempre sabe una que otra cosa que la verdad no tendría por que saber, y con un par de monedas lo soltaría. Eso creía el mercenario por lo menos.
Dael salió del callejón, lleno de una interesante sensación de victoria. Era extraño, aún no hacía nada, y creía haber hecho todo. Miró una vez más a la masa de gente, y empezó a caminar esperando encontrar algo o ese algo lo encontrara a él.
Era muy clara su condición. Cincuenta sujetos armados es demasiado, toda una odisea. Pero su única opción era encontrarse con él en el camino. Si llegaba a Castillo Negro sería imposible si quiera acercarse a el. ¿Cuánto tiempo será desde Gran Bastión a la fortaleza de la orden?, se preguntó. Bueno, debía preguntar. La Gran villa era el lugar perfecto para solucionar dudas. En especial las de ese tipo. Estaba en el mercado y se quedaría ahí por un tiempo. Escuchando a la gente. Podrían decir algo interesante sobre el tema. Si no tenía éxito, preguntaría a los mercaderes. Les diría alguna que otra mentira para hacerlos hablar, y si tenía que hacerlo pagaría por algo de información. En caso de no obtener resultados de esa manera con ellos, bueno, un par de golpes no vendrían mal. Aunque esperaba no llegar a tal situación.
Un pequeño inconveniente tenía en ese momento. Y era ese sol que no dejaba respirar. Necesitaba agua y tenía algo de hambre. Iría entonces a una de las piletas cercanas para mojarse un poco y trataría de escuchar a alguien hablar. Incluso si esto no fuera suficiente tendría que ir a comer. El hambre lo estaba superando, cosa que podría aprovechar muy bien, ya que un cantinero siempre sabe una que otra cosa que la verdad no tendría por que saber, y con un par de monedas lo soltaría. Eso creía el mercenario por lo menos.
Dael salió del callejón, lleno de una interesante sensación de victoria. Era extraño, aún no hacía nada, y creía haber hecho todo. Miró una vez más a la masa de gente, y empezó a caminar esperando encontrar algo o ese algo lo encontrara a él.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
Los mercaderes y el bullicio continuaban su ritmo normal. Gente caminaba de aquí a allá y la gente hablaba. Se decía muchas cosas que Dael escuchó por las calles. Rumores, de los cuales siempre se hablaban. Un triangulo amoroso en la Gran Villa, un dragón en el norte, los bárbaros portandose extraño en el sur, pero nada de lo que preocuparse en realidad. Hasta que se cruzó con 2 hombre que hablaban tranquilamente, muy bien armados junto a un carromato el cual estaba siendo cargado por 2 hombres, robustos, con barba y muy altos, definitivamente extrangeros.
-Y bueno, tomé mi caballo y partí al Gran Bastión a entregar la dichosa carta. Tarde 3 malditos días y mi caballo llegó más cansado que una puta de callejón.- Dijo uno de los hombre, al parecer contanto una especie de anecdota.
-Y que pasó?.- Preguntó el otro, al cual parecía interesale bastante.
-Pues ahí fue cuando la vi. Lady Rainheart, la mejor guerrera del Bastión. Maldita sea, era hermosa y fuerte y... bueno, su caballo cagó frente a mi, pero aún así, se veía genial. Me contaron que ahora trabaja en la guardia personal de ser Johan Dharmburg. Maldito noble con suerte, estoy seguro que se la tira...- Dijo el hombre. El resto del a conversación no era ya relevante. Dael tenía algunos datos útiles para seguir su camino. Aunque el hombre de pronto se dió vuelta y miró a Dael...
-Disculpa amigo, estabas espiando?.- Dijo el hombre con fiereza...
-Y bueno, tomé mi caballo y partí al Gran Bastión a entregar la dichosa carta. Tarde 3 malditos días y mi caballo llegó más cansado que una puta de callejón.- Dijo uno de los hombre, al parecer contanto una especie de anecdota.
-Y que pasó?.- Preguntó el otro, al cual parecía interesale bastante.
-Pues ahí fue cuando la vi. Lady Rainheart, la mejor guerrera del Bastión. Maldita sea, era hermosa y fuerte y... bueno, su caballo cagó frente a mi, pero aún así, se veía genial. Me contaron que ahora trabaja en la guardia personal de ser Johan Dharmburg. Maldito noble con suerte, estoy seguro que se la tira...- Dijo el hombre. El resto del a conversación no era ya relevante. Dael tenía algunos datos útiles para seguir su camino. Aunque el hombre de pronto se dió vuelta y miró a Dael...
-Disculpa amigo, estabas espiando?.- Dijo el hombre con fiereza...
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Canto Primero
Dael escuchó y escuchó. Sobre dragones, romances y bárbaros. Nada nuevo para los tiempos actuales. Sin embargo, en medio del bullicio de la gente, el calor, el hambre y la sed, escuchó algo que llamó su atención. Se trataba de dos sujetos armados cerca de un carromato. Ambos barbones, y robustos. Su apariencia delataba que no eran de por aquí. Sin embargo eso no era lo que importaba a nuestro pelirrojo. Era la tosca conversación que llevaban.
Uno de ellos decía haber ido al Gran Bastión a caballo. Demoró tres días en llegar. Bastante, pero eso quería decir que tendría mucho tiempo para llegar a Castillo Negro que queda muchísimo más lejos, según lo que el sabía. Pero no llegaba hasta ahí lo que le interesaba. Hablaron de una mujer, muy hermosa, que era además la mejor guerra y guardia personal del Lord a quien Dael tenía por victima. Muchas cosas hablaron de ella. En general, las típicas cosas que dice un hombre sobre una mujer hermosa y guerrera. Una combinación ciertamente seductora e inquietante. Su nombre: Lady Rainheart. Un nombre interesante.
No dijeron nada más que pudiera importarle al mercenarío y justo en el momento en que disponía marcharse, uno de los hombre se volteó y lo encaro preguntado si estaba espiando. Obviamente esto era un problema, pero Dael no iba a salir como un perro con el rabo entre las piernas pidiendo disculpas. A menos claro de que le pudiera sacar provecho a eso. Ya tenía una buena idea.
-Ah, disculpe buen señor, dijo tratando de parecer avergonzado. No lo estaba obviamente. Lo que pasa es que estaba planeando un viaje hacia el Bastión, sin embargo no sabía cuanto tiempo me tomaría, y cuando os escuche hablar de eso pues, no pude ocultar mi interés. Continuó. Esperaba que eso bastara, pero agregó además lo siguiente: Además no pude evitar escucharos hablar sobre Lady Rainheart, que belleza de mujer, no?, supe que trabajaba para ser Johan Dharmburg, es cierto eso?, Supe también que esta de viaje, interesante no?, sabéis algo de eso?. Hablo bastante, esperaba convencerlos después de todo no era una escena tan poco habitual, y el truco era antiquísimo y muy útil, según Dael.
Uno de ellos decía haber ido al Gran Bastión a caballo. Demoró tres días en llegar. Bastante, pero eso quería decir que tendría mucho tiempo para llegar a Castillo Negro que queda muchísimo más lejos, según lo que el sabía. Pero no llegaba hasta ahí lo que le interesaba. Hablaron de una mujer, muy hermosa, que era además la mejor guerra y guardia personal del Lord a quien Dael tenía por victima. Muchas cosas hablaron de ella. En general, las típicas cosas que dice un hombre sobre una mujer hermosa y guerrera. Una combinación ciertamente seductora e inquietante. Su nombre: Lady Rainheart. Un nombre interesante.
No dijeron nada más que pudiera importarle al mercenarío y justo en el momento en que disponía marcharse, uno de los hombre se volteó y lo encaro preguntado si estaba espiando. Obviamente esto era un problema, pero Dael no iba a salir como un perro con el rabo entre las piernas pidiendo disculpas. A menos claro de que le pudiera sacar provecho a eso. Ya tenía una buena idea.
-Ah, disculpe buen señor, dijo tratando de parecer avergonzado. No lo estaba obviamente. Lo que pasa es que estaba planeando un viaje hacia el Bastión, sin embargo no sabía cuanto tiempo me tomaría, y cuando os escuche hablar de eso pues, no pude ocultar mi interés. Continuó. Esperaba que eso bastara, pero agregó además lo siguiente: Además no pude evitar escucharos hablar sobre Lady Rainheart, que belleza de mujer, no?, supe que trabajaba para ser Johan Dharmburg, es cierto eso?, Supe también que esta de viaje, interesante no?, sabéis algo de eso?. Hablo bastante, esperaba convencerlos después de todo no era una escena tan poco habitual, y el truco era antiquísimo y muy útil, según Dael.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
Va dado de 10 caras
- Spoiler:
- Que el Creador me ampare porfavor...
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
El miembro 'Dael Sahaloom' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados
'Dado de diez caras ' : 7
'Dado de diez caras ' : 7
Re: Canto Primero
El hombre se enfadó bastante al escuchar la respuesta de Dael. Al parecer, no le gustaban nada los entrometidos.
-Me importa una mierda. ¿Quien te crees para espiar y además venir y dártelas de amiguito? Mira, será mejor que te vayas de aqui antes de que te parta esa cara de burro que tienes. Odio a la gente que se mete en asuntos que no son suyos.- Dijo, con su grave y profunda voz. El hombre se acercó a Dael, al punto de estar casi chocando las narices de uno con el otro. Su aliento se notaba de cerca y olía pues, no muy bien. Su pelo se veía muy graso y rubio y Dael pudo notar el enojo en sus ojos marrones. Tenía la cara lena de cicatricez que se veían ahora por la luz y la cercanía de Dael. EL hombrel o miró directo a los ojos, lo cual incómodo al pelirrojo. Entonces el hombre sonrió. Y golpeó a Dael en el estómago. Dael seguro caería al suelo y la tierra ensuciaría sus ya de por si nada limpias ropas.
-Más te vale no volver a hacer esas cosas o te las verás con mi filo.- Dijo el hombre, dándo la media vuelta y con el pié, lanzandole polvo en la cara a Dael. El hombre caminaba a paso lento y siguió hablando con su amigo, esta vez en tono más bajo. Era una humillación que el mercenario pelirrojo podía aceptar o podía levantarse y tomar represalias. A veces, las emociones reinan sobre la inteligencia y en cuanto a Dael, este podía ser el caso, pues estaría, seguramente, lleno de ira.
La gente alrededor miraba a Dael y algunos incluso sonreian y se escuchaban murmullos y ligeras carcajadas.
-Me importa una mierda. ¿Quien te crees para espiar y además venir y dártelas de amiguito? Mira, será mejor que te vayas de aqui antes de que te parta esa cara de burro que tienes. Odio a la gente que se mete en asuntos que no son suyos.- Dijo, con su grave y profunda voz. El hombre se acercó a Dael, al punto de estar casi chocando las narices de uno con el otro. Su aliento se notaba de cerca y olía pues, no muy bien. Su pelo se veía muy graso y rubio y Dael pudo notar el enojo en sus ojos marrones. Tenía la cara lena de cicatricez que se veían ahora por la luz y la cercanía de Dael. EL hombrel o miró directo a los ojos, lo cual incómodo al pelirrojo. Entonces el hombre sonrió. Y golpeó a Dael en el estómago. Dael seguro caería al suelo y la tierra ensuciaría sus ya de por si nada limpias ropas.
-Más te vale no volver a hacer esas cosas o te las verás con mi filo.- Dijo el hombre, dándo la media vuelta y con el pié, lanzandole polvo en la cara a Dael. El hombre caminaba a paso lento y siguió hablando con su amigo, esta vez en tono más bajo. Era una humillación que el mercenario pelirrojo podía aceptar o podía levantarse y tomar represalias. A veces, las emociones reinan sobre la inteligencia y en cuanto a Dael, este podía ser el caso, pues estaría, seguramente, lleno de ira.
La gente alrededor miraba a Dael y algunos incluso sonreian y se escuchaban murmullos y ligeras carcajadas.
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Canto Primero
El golpe recibido pilló desprevenido al pelirrojo. Y lo doblegó lo suficiente como para tumbarlo y dejarlo sin aire por un momento. Fue un golpe duro, y no bastando con esto. El zángano tiró tierra hacia el rostro de Dael con su pie, frente a un buen gentío. Era eso lo que le dolió a este mercenario. La vergüenza. Quien se creía que era esa bazofia mal pagada para insultarlo de esa manera. Sus ojos estaban abiertos llenos de ira. Su respiración era agitada, pero trató de calmarla. Tenía muchas cosas que hacer para preocuparse de reverendo hijo de puta. Pero no, el sentimiento lo llenaba poco a poco cual veneno imparable. La misma sensación que sintió a ver morir a su padre, pero expresada de otra forma. Sentía el calor de la furia, no podía controlarla. Y no lo haría.
Aprovechando que estaba en el suelo y en "posición fetal", se limpió la cara y sacó la daga que le dio el anciano de hace un rato y la tomo de la forma más típica de las calles. Invertida. Todo esto con la mayor sutileza y discreción de la que fue posible. Sus manos tiritaban de ira. Sus dientes crujian. El dolor del golpe ya había pasado, en solo unos momentos. Estaba acostumbrado a ser golpeado.
Se levantó de súbito tomando la daga de forma invertida con la mano derecha y cruzada hacia su izquierda pretendiendo dar una estocada directa hacia su cuello, más específicamente en la arteria que cruzaba el lado derecho del cuello. Alzaría su mano levemente, y lanzaría con toda su ira el golpe siniestro. Si el hombre llegaba bloquear dicho ataque, ya tenía algo pensado hace muchismo tiempo atrás. Si bloqueaba el ataque, que sería la reacción más natural al estímulo, aprovecharía su impulso y patearía su rodilla, empujando con todo su peso. Estaba seguro que podía rompérsela de esa manera.
Todo tenía su margen de error. Si su oponente esquivaba el ataque, no solo no lo mataría o dañaría gravemente. Tendría que pelear contra ambos simios. Pero también pasaba que si lograba su objetivo, tendría además que huir rápidamente para evitar no solo a la troupe de matones, sino que también a los guardias que podrían ser alertados. No importaba eso, correría y golpearía a quien fuera con tal de sobrevivir. Era todo o nada, como siempre.
Aprovechando que estaba en el suelo y en "posición fetal", se limpió la cara y sacó la daga que le dio el anciano de hace un rato y la tomo de la forma más típica de las calles. Invertida. Todo esto con la mayor sutileza y discreción de la que fue posible. Sus manos tiritaban de ira. Sus dientes crujian. El dolor del golpe ya había pasado, en solo unos momentos. Estaba acostumbrado a ser golpeado.
Se levantó de súbito tomando la daga de forma invertida con la mano derecha y cruzada hacia su izquierda pretendiendo dar una estocada directa hacia su cuello, más específicamente en la arteria que cruzaba el lado derecho del cuello. Alzaría su mano levemente, y lanzaría con toda su ira el golpe siniestro. Si el hombre llegaba bloquear dicho ataque, ya tenía algo pensado hace muchismo tiempo atrás. Si bloqueaba el ataque, que sería la reacción más natural al estímulo, aprovecharía su impulso y patearía su rodilla, empujando con todo su peso. Estaba seguro que podía rompérsela de esa manera.
Todo tenía su margen de error. Si su oponente esquivaba el ataque, no solo no lo mataría o dañaría gravemente. Tendría que pelear contra ambos simios. Pero también pasaba que si lograba su objetivo, tendría además que huir rápidamente para evitar no solo a la troupe de matones, sino que también a los guardias que podrían ser alertados. No importaba eso, correría y golpearía a quien fuera con tal de sobrevivir. Era todo o nada, como siempre.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
Por favor una tirada de "Combate con armas de filo (45)" y otra de "Combate Marcial (45)", en ese orden, ambas con dados de 100 obviamente.
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Canto Primero
Va primera tirada para combate con armas de filo (45)
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
El miembro 'Dael Sahaloom' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados
'Dado de cien caras ' : 25
'Dado de cien caras ' : 25
Re: Canto Primero
Va tirada para Combate Marcial (45)
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Canto Primero
El miembro 'Dael Sahaloom' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados
'Dado de cien caras ' : 60
'Dado de cien caras ' : 60
Página 1 de 2. • 1, 2
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Feb 18, 2013 4:45 pm por Creador
» Creación de un Linaje
Lun Feb 18, 2013 3:39 pm por Creador
» Foro privado y Consejeros
Lun Feb 18, 2013 12:12 am por Creador
» El Ejército
Sáb Feb 16, 2013 10:31 pm por Creador
» Lista de Territorios
Sáb Feb 16, 2013 9:53 pm por Creador
» Justa de Escuderos
Sáb Feb 16, 2013 9:53 pm por Stark
» Personajes Ilustres del Valle de Aenor
Sáb Feb 16, 2013 9:19 pm por Creador
» ¿En que consiste ser Estratego?
Sáb Feb 16, 2013 8:30 pm por Creador
» Administradores y moderadores
Sáb Feb 16, 2013 6:00 pm por Creador