De pagos y deudas.
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Re: De pagos y deudas.
Arkanos llegó dos pasos por detras de Elendil, al parecer el otro elfo y el humano con pintas de fantoche ya se conocían, lo cual tampoco le importaba demasiado al joven Arkanos, el lo único que queria en estos momentos era pasar la noche, volver a su calida posada y descansar una buena temporada, ya había hecho suficiente ejercicio.
El humano del sombrero preguntó por su identidad, Arkanos no mostró intención alguna de responder por lo que Elendil se adelantó a fin de evitar armar un escandalo mayor del necesario.
-Somos dos viajeros que buscamos cobijo para esta noche.-
El elfo trató de mostrarse amigable mientras que Arkanos, con las manos sumergidas en los bolsillos de su pantalon, miraba distraido alrededor; el campamento no estaba mal para pasar una temporada, pero tampoco era nada del otro mundo, ¿Estos soldados estarían aqui de casualidad o estaban ganandole terreno a los poseidos?.
El humano del sombrero preguntó por su identidad, Arkanos no mostró intención alguna de responder por lo que Elendil se adelantó a fin de evitar armar un escandalo mayor del necesario.
-Somos dos viajeros que buscamos cobijo para esta noche.-
El elfo trató de mostrarse amigable mientras que Arkanos, con las manos sumergidas en los bolsillos de su pantalon, miraba distraido alrededor; el campamento no estaba mal para pasar una temporada, pero tampoco era nada del otro mundo, ¿Estos soldados estarían aqui de casualidad o estaban ganandole terreno a los poseidos?.
Aurgelmir- Fecha de inscripción : 04/12/2009
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Re: De pagos y deudas.
Kaelos ni se inmutó cuando vió como los reclutas le rodeaban, esperando impaciente a que el capitán hiciese su aparición. Bajo la capa gris, sus aceros tintineaban, mecidos por la brisa nocturna. Hacía frío.
De repente, sus oídos de elfo captaron más pasos, no de reclutas, sino más acelerados... No se volteó para ver quiénes eran, e igualmente no esperaba haberles reconocido, y menos aun cuando un hombre que bien conocía se acercó a él; capa, espada, daga y ropas ensuciadas por la mugre y las batallas... Aquel misterioso y veterano capitán estaba otra vez ante él.
En su rostro se mostró una mueca de molestia, una sonrisa torcida ante las palabras de su oponente... Pues en el fondo aun lo era. Luego uno de los otros recién llegados anunció que venía buscando asilo por esa noche... Kaelos rió un par de veces casi imperceptiblemente por lo irónico de la situación; si aquel supiera en lo que iba a convertirse ese campamento en apenas horas, ya estaría en la otra punta de la ciudad. Desdeñando esa posibilidad con un gesto de su mano libre, miró directamente a los ojos del capitán, tosió un par de veces y dijo con simpleza:
-Vengo a saldar mi deuda. -y luego, como si aquello fuese lo bastante explicativo, añadió perezosamente.- Fuerzas enemigas se aproximan desde el territorio de los Demonios... Unos doscientos o trescientos monstruos, zombis, que marchan incansablemente... Diría que hacia aquí. -sentenció.
Entonces Hayai graznó de nuevo, extendiendo sus alas plateadas y batiéndolas para remontar el vuelo, como si supiera el desastre que se avecinaba.
De repente, sus oídos de elfo captaron más pasos, no de reclutas, sino más acelerados... No se volteó para ver quiénes eran, e igualmente no esperaba haberles reconocido, y menos aun cuando un hombre que bien conocía se acercó a él; capa, espada, daga y ropas ensuciadas por la mugre y las batallas... Aquel misterioso y veterano capitán estaba otra vez ante él.
En su rostro se mostró una mueca de molestia, una sonrisa torcida ante las palabras de su oponente... Pues en el fondo aun lo era. Luego uno de los otros recién llegados anunció que venía buscando asilo por esa noche... Kaelos rió un par de veces casi imperceptiblemente por lo irónico de la situación; si aquel supiera en lo que iba a convertirse ese campamento en apenas horas, ya estaría en la otra punta de la ciudad. Desdeñando esa posibilidad con un gesto de su mano libre, miró directamente a los ojos del capitán, tosió un par de veces y dijo con simpleza:
-Vengo a saldar mi deuda. -y luego, como si aquello fuese lo bastante explicativo, añadió perezosamente.- Fuerzas enemigas se aproximan desde el territorio de los Demonios... Unos doscientos o trescientos monstruos, zombis, que marchan incansablemente... Diría que hacia aquí. -sentenció.
Entonces Hayai graznó de nuevo, extendiendo sus alas plateadas y batiéndolas para remontar el vuelo, como si supiera el desastre que se avecinaba.
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Re: De pagos y deudas.
"Extraño par..." Penso el capitán mientras llevaba su mano a su boca, o mejor expresado, el objeto que habia en su mano hacia sus labios; Una pipa.
Dio una calada, sin apuro, el rojo del tabaco incendiandose ilumino sus duras facciones "Par... o Pareja... despues de todo, en estos tiempos modernos, y con lo corruptas que estan las cosas, un hombre y un elfo no suenan tan alocado... claro que si estan intentando tener un hijo, entonces hasta a mí me sorprenden" pensaba para sí aquellos comicos planteos aún sin hablar "Habré de tener cuidado, que si les doy una carpa a ambos probablemente me tengan el campamento despierto toda la noche con sus gemidos... pero que cosas!" El capitán abandono aquella linea de pensamiento, no llevaba a nada bueno, y respondio simplemente:
- Pueden quedarse, aunque tendrán que dormir a la intemperie... Dormir. - Zanjo repitiendo aquello ultimo, como respondiendo con una solución a sus pensamientos sobre aquellos.
Y luego escucho al Elfo... primero Incredulo, despues de todo aquel elfo, tan joven e inexperto, no parecia un gran rastreador y explorador... pero habia salido a pasear por las ruinas, casi muerto, y habia vuelto vivo en mitad de la noche, tal vez habia que dar fe a sus palabras.
- Dame esa ave y estaremos a mano... - dijo con semblante grave y tono serio el Capitán para acotar - Tambien puedes quedarte a pasar la noche... - dijo, pues fuese cierto o no lo de la invación, el Capitán sabia que cuantos más personas en el campamento, más seguro seria este para todos,... un acuerdo para el beneficio de todos.
Dio una calada, sin apuro, el rojo del tabaco incendiandose ilumino sus duras facciones "Par... o Pareja... despues de todo, en estos tiempos modernos, y con lo corruptas que estan las cosas, un hombre y un elfo no suenan tan alocado... claro que si estan intentando tener un hijo, entonces hasta a mí me sorprenden" pensaba para sí aquellos comicos planteos aún sin hablar "Habré de tener cuidado, que si les doy una carpa a ambos probablemente me tengan el campamento despierto toda la noche con sus gemidos... pero que cosas!" El capitán abandono aquella linea de pensamiento, no llevaba a nada bueno, y respondio simplemente:
- Pueden quedarse, aunque tendrán que dormir a la intemperie... Dormir. - Zanjo repitiendo aquello ultimo, como respondiendo con una solución a sus pensamientos sobre aquellos.
Y luego escucho al Elfo... primero Incredulo, despues de todo aquel elfo, tan joven e inexperto, no parecia un gran rastreador y explorador... pero habia salido a pasear por las ruinas, casi muerto, y habia vuelto vivo en mitad de la noche, tal vez habia que dar fe a sus palabras.
- Dame esa ave y estaremos a mano... - dijo con semblante grave y tono serio el Capitán para acotar - Tambien puedes quedarte a pasar la noche... - dijo, pues fuese cierto o no lo de la invación, el Capitán sabia que cuantos más personas en el campamento, más seguro seria este para todos,... un acuerdo para el beneficio de todos.
Óptimo Máximo- Fecha de inscripción : 17/12/2009
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Re: De pagos y deudas.
El montaraz, que se había vuelto a observar a los recién llegados, no dijo palabra mientras los sometía a un escrutinio concienzudo. El que avanzaba primero y había hablado era, sorprendemente, un elfo; alto, magro y con un cierto aire altivo, le recordaba a los de su propia tierra y exhibiendo aquel aspecto desentonaba tanto con el campamento de soldados como una rosa en un campo de espinos.
Sonrió, divertido, al escuchar las palabras de marcada ironía proferidas por el capitán, acentuando aquella comparación del elfo con una rosa. La simple idea de la homosexualidad de aquel lo mantuvo entretenido unos momentos, hasta que el propio capitán se dirigió a él.
-Dame esa ave y estaremos a mano... -solicitaba.
Kaelos tuvo que contenerse para no degollar al soldado en ese mismo momento por su osadía. Entre los elfos, semejante requerimiento era como pedir un brazo o una pierna... Antes moriría que entregar a Hayai a aquel bruto humano. Diestro, honorable y capaz, pero humano al fin y al cabo. Sonriendo amargamente, el montaraz se dispuso a denegar su petición:
-Verás, humano, hay dos razones por la cual no puedo "entregarte" a mi compañero... La primera, porque apenas advirtiese de mis intenciones, él mismo alzaría el vuelo y ninguno de los dos volveríamos a verlo jamás. -hizo una pausa cargada de hostilidad, y luego añadió con rudeza.- La segunda, porque antes perdería la vida que a Hayai.
Notó como su tono se iba volviendo agresivo, algo imperdonable cuando estaba hablando con alguien que le había perdonado la vida, y trató de serenarse.
-Sin embargo, se me ocurre algo mucho mejor... Para los dos. Si permites que me quede, contaras con un soldado y un ave... En vez de perder ambos.
Sonrió, divertido, al escuchar las palabras de marcada ironía proferidas por el capitán, acentuando aquella comparación del elfo con una rosa. La simple idea de la homosexualidad de aquel lo mantuvo entretenido unos momentos, hasta que el propio capitán se dirigió a él.
-Dame esa ave y estaremos a mano... -solicitaba.
Kaelos tuvo que contenerse para no degollar al soldado en ese mismo momento por su osadía. Entre los elfos, semejante requerimiento era como pedir un brazo o una pierna... Antes moriría que entregar a Hayai a aquel bruto humano. Diestro, honorable y capaz, pero humano al fin y al cabo. Sonriendo amargamente, el montaraz se dispuso a denegar su petición:
-Verás, humano, hay dos razones por la cual no puedo "entregarte" a mi compañero... La primera, porque apenas advirtiese de mis intenciones, él mismo alzaría el vuelo y ninguno de los dos volveríamos a verlo jamás. -hizo una pausa cargada de hostilidad, y luego añadió con rudeza.- La segunda, porque antes perdería la vida que a Hayai.
Notó como su tono se iba volviendo agresivo, algo imperdonable cuando estaba hablando con alguien que le había perdonado la vida, y trató de serenarse.
-Sin embargo, se me ocurre algo mucho mejor... Para los dos. Si permites que me quede, contaras con un soldado y un ave... En vez de perder ambos.
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Re: De pagos y deudas.
Off: Me uno. Si no les parece mal, he estado todo el tiempo en la compañía, soy el segundo al mando de los soldados, por detrás del Capitán Zitarrosa (hecho que ya he hablado con él y está aceptado por su parte), así que si nadie tiene incoveniente, narraré resumidamente todo lo que ha hecho mi personaje desde que tomaron el templo y volvieron a la plaza.
On: Un día duro, como solía decirse.
El hombre no había dicho mucho desde que habían vuelto del templo. Sobre sus hombros, aparte de algunas magulladuras y cansancio, no pesaba ningún otro mal del que debiera preocuparse, pero incluso así se mostraba taciturno a todo soldado que se le acercaba. No había mantenido conversación alguna con el capitán desde hacía horas, cada uno ocupándose de sus diversos asuntos, la organización por su parte, el politiqueo por parte de Zitarrosa (siendo sinceros, Kidbudd prefería su parte).
Sentado sobre lo que antaño debió de ser una robusta columna de piedra de la que ahora solo quedaba un pequeño tocón, el segundo al mando, cabizbajo, divagaba y divagaba mientras limpiaba la hoja de su portentosa arma con un deteriorado pañuelo.
Entonces apareció el elfo. Ralexion fué uno de los primeros presentes que posaron sus acechantes miradas sobre él, pero el soldado no se movió de su lugar, vigilante, pero quieto. Continuó limpiando la hoja larga, algo más distraído que antes, tratando de ver a través del elfo y sus intenciones. ¿Estaba timando a sus hombres?
Acto seguido, el capitán tomó parte en la "contienda", y todo se volvió un verdadero espectáculo. Una competición de arco seguida de un duelo. El soldado de rubios cabellos se abrió paso entre sus camaradas sin problemas, buscando una mejor visión del acontecimiento. El elfo no demostró ser un rival capaz de tumbar al capitán, y terminó bastante mal. La batalla solo acrecentó el respeto que el teniente sentía por su superior.
Cayó la noche, y después de cenar de una manera extremadamente austera y de compartir unos pocos víveres con un par de reclutas hambrientos, Ralexion se puso su capucha sobre la cabeza y se echó en su saco de dormir, tratando a toda costa de conseguir algo de sueño; no tenía guardia esa noche y quería aprovecharlo.
Pero las cosas no se quedaban ahí... el potente granizdo de un ave rompió la cantinela nocturna, alborotando al campamento. El elfo... el elfo había vuelto.
- Maldita sea... como esto siga así... hoy no podremos tener una noche tranquila. Como si no fuera suficiente con los poseídos que están organizándose... -farfulló en voz baja el joven mientras se retiraba de encima el saco de dormir y se levantaba, acudiendo al encuentro del capitán.
Observó a los desconocidos, tanto al elfo, como a los dos invitados inesperados. "¿Qué tipo de locura es esta, vagando por estos lares a estas horas? La gente no entiende el peligro que acecha en estas ruinas..."
Mantuvo su mutis, dejando a los desconocidos y al capitán hablar. Después de todo, sus ropajes también eran muy diferentes a los del resto de la compañía, y ya llamaba la atención bastante por sí solo.
On: Un día duro, como solía decirse.
El hombre no había dicho mucho desde que habían vuelto del templo. Sobre sus hombros, aparte de algunas magulladuras y cansancio, no pesaba ningún otro mal del que debiera preocuparse, pero incluso así se mostraba taciturno a todo soldado que se le acercaba. No había mantenido conversación alguna con el capitán desde hacía horas, cada uno ocupándose de sus diversos asuntos, la organización por su parte, el politiqueo por parte de Zitarrosa (siendo sinceros, Kidbudd prefería su parte).
Sentado sobre lo que antaño debió de ser una robusta columna de piedra de la que ahora solo quedaba un pequeño tocón, el segundo al mando, cabizbajo, divagaba y divagaba mientras limpiaba la hoja de su portentosa arma con un deteriorado pañuelo.
Entonces apareció el elfo. Ralexion fué uno de los primeros presentes que posaron sus acechantes miradas sobre él, pero el soldado no se movió de su lugar, vigilante, pero quieto. Continuó limpiando la hoja larga, algo más distraído que antes, tratando de ver a través del elfo y sus intenciones. ¿Estaba timando a sus hombres?
Acto seguido, el capitán tomó parte en la "contienda", y todo se volvió un verdadero espectáculo. Una competición de arco seguida de un duelo. El soldado de rubios cabellos se abrió paso entre sus camaradas sin problemas, buscando una mejor visión del acontecimiento. El elfo no demostró ser un rival capaz de tumbar al capitán, y terminó bastante mal. La batalla solo acrecentó el respeto que el teniente sentía por su superior.
Cayó la noche, y después de cenar de una manera extremadamente austera y de compartir unos pocos víveres con un par de reclutas hambrientos, Ralexion se puso su capucha sobre la cabeza y se echó en su saco de dormir, tratando a toda costa de conseguir algo de sueño; no tenía guardia esa noche y quería aprovecharlo.
Pero las cosas no se quedaban ahí... el potente granizdo de un ave rompió la cantinela nocturna, alborotando al campamento. El elfo... el elfo había vuelto.
- Maldita sea... como esto siga así... hoy no podremos tener una noche tranquila. Como si no fuera suficiente con los poseídos que están organizándose... -farfulló en voz baja el joven mientras se retiraba de encima el saco de dormir y se levantaba, acudiendo al encuentro del capitán.
Observó a los desconocidos, tanto al elfo, como a los dos invitados inesperados. "¿Qué tipo de locura es esta, vagando por estos lares a estas horas? La gente no entiende el peligro que acecha en estas ruinas..."
Mantuvo su mutis, dejando a los desconocidos y al capitán hablar. Después de todo, sus ropajes también eran muy diferentes a los del resto de la compañía, y ya llamaba la atención bastante por sí solo.
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Re: De pagos y deudas.
Varios días de viaje trajeron al 27 escuadrón de Thordraim en llegar a las ruinas de Irien donde habían sido llamados a las armas para ayudar a otro batallón, el del Capitán Zitarrosa. Liderados por Mishka, la capitana, que vestía una gran armadura plateada que brillaba con el luminoso sol, un yelmo que le protegía gran parte de la cabeza y mejillas. A sus espaldas, el escuadrón al completo unos 60 hombres bien alineados en 6 filas de 10 hombres que seguían a su líder.
La capitana mandó parar al batallón, para acercarse hacia el Capitán.
- Saludos, Capitán Zitarrosa, el 27 Escuadrón se presenta y está bajo sus órdenes para lo que haga falta - comentó a su interlocutor
Desde su posición en la primera fila, Erik observaba ese trato entre capitanes de forma distante, sabía los motivos de su 'visita' a Irien y tenía muchas ganas de empezar el primer combate verdadero de su corta vida como recluta.
La capitana mandó parar al batallón, para acercarse hacia el Capitán.
- Saludos, Capitán Zitarrosa, el 27 Escuadrón se presenta y está bajo sus órdenes para lo que haga falta - comentó a su interlocutor
Desde su posición en la primera fila, Erik observaba ese trato entre capitanes de forma distante, sabía los motivos de su 'visita' a Irien y tenía muchas ganas de empezar el primer combate verdadero de su corta vida como recluta.
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Re: De pagos y deudas.
OFF: Perdonen si el post no es muy bueno pero ODIO tener que repetir un post cuando lo pierdo... perdi este justo cuando iba a enviarlo y eso me quita toda la inspiración.
ON:
En el centro del campamento había una gran tienda, la cual era la sede de los altos mandos de la Plaza Central de Irien, y generalmente solían estar reunidos para debatir sobre los planes a seguir en el futuro próximo pero la llegada de los nuevos efectivos llamó la atención de estos y por ende el general destinado a esta plaza salio a recibir a las nuevas tropas y a informarse de todo lo ocurrido.
La llegada de las nuevas tropas y la reunión de las que conformaban el batallón de Zitarrosa creaban un ambienta bastante cargado en el lugar que no paso desapercibido por estos mandos y cuando el general salio de su tienda todos, incluso los más nuevos del lugar, lo reconocieron pues se trataba del general Frederik.
El general Frederik era un héroe de guerra que había luchado en cientos de batallas y que había ascendido desde lo mas bajo del ejercito y que se había ganado su actual cargo a base de luchar y luchar jugandose la vida en cada batalla.
Era un hombre de mediana estatura y no poseía una gran complexión física ni parecía poseer una gran agilidad pero se podría decir que era un hombre "equilibrado". Su rostro estaba marcado por algunas pequeñas cicatrices de guerra y sobre este podían verse ya algunos de los claros signos de la edad que ya empezaban a pesar sobre sus viejos hombros. Sus oscuros ojos marrones, que parecían medir todo cuanto miraran, denotaban una profunda sabiduría que solo podía adquirida a lo largo de los cientos de batallas en las que había participado.
Su castaño pelo ya poseía las claras marcas de la edad de las manos de unas raíces canas que ya podían advertirse desde la distancia.
Portaba una espada ricamente ornamentada, labrada y trabajada enfundada en una vaina de igual calibre y sobre el pomo de esta descansaba su veterana mano.
LLevaba además, como solía, una coraza que cubría todo su cuerpo y unos protectores que cubrían sus brazos. Pero su cabeza, posiblemente por comodidad, permanecía al descuvierto y sus piernas, por movilidad, solamente estaban protegidas por unas gruesas botas de cuero..
A su paso la tropa se apartaba con gran respeto y reverencia pues este era un personaje muy querido y respetado. Para los soldados era un ídolo, un héroe y el ejemplo a seguir en todo momento pues siempre marchaba a la batalla desde la vanguardia y fue él, y no los burócratas de la capital, el que tomó esta plaza cuando nadie apostaba por la victoria.
Era pues un general de la vieja escuela, de una escuela de la que ya quedaban pocos, y cuando estubo ante Zitarrosa y Miskha les saludó como bien debía, esperando la formal respuesta de ambos, y habló con una voz que inspiraba una total tranquilidad y seguridad, confianza y que transmitía un reverencial respeto:
-Capitán Zitarrosa, celebro su última victoria, estaré atento a sus progresos pero díganme... ¿A qué viene tanto revuelo? ¿Qué es lo que ocurre? Nadie me informó de la llegada de este batallón.
ON:
En el centro del campamento había una gran tienda, la cual era la sede de los altos mandos de la Plaza Central de Irien, y generalmente solían estar reunidos para debatir sobre los planes a seguir en el futuro próximo pero la llegada de los nuevos efectivos llamó la atención de estos y por ende el general destinado a esta plaza salio a recibir a las nuevas tropas y a informarse de todo lo ocurrido.
La llegada de las nuevas tropas y la reunión de las que conformaban el batallón de Zitarrosa creaban un ambienta bastante cargado en el lugar que no paso desapercibido por estos mandos y cuando el general salio de su tienda todos, incluso los más nuevos del lugar, lo reconocieron pues se trataba del general Frederik.
El general Frederik era un héroe de guerra que había luchado en cientos de batallas y que había ascendido desde lo mas bajo del ejercito y que se había ganado su actual cargo a base de luchar y luchar jugandose la vida en cada batalla.
Era un hombre de mediana estatura y no poseía una gran complexión física ni parecía poseer una gran agilidad pero se podría decir que era un hombre "equilibrado". Su rostro estaba marcado por algunas pequeñas cicatrices de guerra y sobre este podían verse ya algunos de los claros signos de la edad que ya empezaban a pesar sobre sus viejos hombros. Sus oscuros ojos marrones, que parecían medir todo cuanto miraran, denotaban una profunda sabiduría que solo podía adquirida a lo largo de los cientos de batallas en las que había participado.
Su castaño pelo ya poseía las claras marcas de la edad de las manos de unas raíces canas que ya podían advertirse desde la distancia.
Portaba una espada ricamente ornamentada, labrada y trabajada enfundada en una vaina de igual calibre y sobre el pomo de esta descansaba su veterana mano.
LLevaba además, como solía, una coraza que cubría todo su cuerpo y unos protectores que cubrían sus brazos. Pero su cabeza, posiblemente por comodidad, permanecía al descuvierto y sus piernas, por movilidad, solamente estaban protegidas por unas gruesas botas de cuero..
A su paso la tropa se apartaba con gran respeto y reverencia pues este era un personaje muy querido y respetado. Para los soldados era un ídolo, un héroe y el ejemplo a seguir en todo momento pues siempre marchaba a la batalla desde la vanguardia y fue él, y no los burócratas de la capital, el que tomó esta plaza cuando nadie apostaba por la victoria.
Era pues un general de la vieja escuela, de una escuela de la que ya quedaban pocos, y cuando estubo ante Zitarrosa y Miskha les saludó como bien debía, esperando la formal respuesta de ambos, y habló con una voz que inspiraba una total tranquilidad y seguridad, confianza y que transmitía un reverencial respeto:
-Capitán Zitarrosa, celebro su última victoria, estaré atento a sus progresos pero díganme... ¿A qué viene tanto revuelo? ¿Qué es lo que ocurre? Nadie me informó de la llegada de este batallón.
Creador- Fecha de inscripción : 09/01/2010
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Re: De pagos y deudas.
Arkanos suspiró aliviado por la respuesta del capitan, no tan solo por tener un lugar en el que pasar la noche, si no por dormir a la interperie; a saber que morbosos juegos sexuales y orgias se traía el capitan con sus soldados, Arkanos estaba agradecido de no tener que verse involucrado en ellos.
Como molestas moscas, mas y mas soldados llegaban de todas direcciones a la plaza y esto hacia que Arkanos estuviera cada vez mas visiblemente nervioso. Como si esto no fuera suficinte, y para remararlo, el elfo del pajaro había dicho que un contingente de poseidos e dirigía hacia la plaza, dispuestos a tomarla. Arkanos se encontraba otra vez envuelto en la guerra, no quería recordar.
-Sabía que debía haberme quedado en mi posada- Suspiró Arkanos, girandose hacía el norte, oteando en vano el horizonte.
Uno de los cada vez mas frecuente dolores de cabeza de Arkanos comenzó a atacarle, Arkanos se llevó una mano a sien y cerró los ojos. Arkanos comenzó a sumirse en sus pensamientos, algo andaba mal, una parte de el quería marcharse, no tener nada que ver ni involucrarse aun mas con Irien y los poseidos; y otra parte estaba ansiosa por que llegara la batalla, ¿Acaso su vena sadica había despertado?.
De pronto escuchó una voz sosegada y madura, una voz que le resultaba, a pesar del tiempo que había pasado, muy familiar. La voz hizo que un escalofrio le recorriera la columna.
-Capitán Zitarrosa, celebró su última victoria, estaré atento a sus progresos pero díganme... ¿A qué viene tanto revuelo? ¿Qué es lo que ocurre? Nadie me informó de la llegada de este batallón.
Arkanos no recordaba el nombre del general, pero si que lo recordaba a el. Era el general que estaba al mando cuando el aun era un recluta y el unico al que respetaba, era de los pocos generales autenticos que quedaban. Arkanos, por instinto, hizo un gesto de respeto con la cabeza cuando el general pasó, ante lo cual Elendil le lanzó una mirada de asombro que muy pocas veces había visto en la cara del elfo.
Ahora ya estaban todas las fichas sobre la mesa, era la hora de luchar.
Como molestas moscas, mas y mas soldados llegaban de todas direcciones a la plaza y esto hacia que Arkanos estuviera cada vez mas visiblemente nervioso. Como si esto no fuera suficinte, y para remararlo, el elfo del pajaro había dicho que un contingente de poseidos e dirigía hacia la plaza, dispuestos a tomarla. Arkanos se encontraba otra vez envuelto en la guerra, no quería recordar.
-Sabía que debía haberme quedado en mi posada- Suspiró Arkanos, girandose hacía el norte, oteando en vano el horizonte.
Uno de los cada vez mas frecuente dolores de cabeza de Arkanos comenzó a atacarle, Arkanos se llevó una mano a sien y cerró los ojos. Arkanos comenzó a sumirse en sus pensamientos, algo andaba mal, una parte de el quería marcharse, no tener nada que ver ni involucrarse aun mas con Irien y los poseidos; y otra parte estaba ansiosa por que llegara la batalla, ¿Acaso su vena sadica había despertado?.
De pronto escuchó una voz sosegada y madura, una voz que le resultaba, a pesar del tiempo que había pasado, muy familiar. La voz hizo que un escalofrio le recorriera la columna.
-Capitán Zitarrosa, celebró su última victoria, estaré atento a sus progresos pero díganme... ¿A qué viene tanto revuelo? ¿Qué es lo que ocurre? Nadie me informó de la llegada de este batallón.
Arkanos no recordaba el nombre del general, pero si que lo recordaba a el. Era el general que estaba al mando cuando el aun era un recluta y el unico al que respetaba, era de los pocos generales autenticos que quedaban. Arkanos, por instinto, hizo un gesto de respeto con la cabeza cuando el general pasó, ante lo cual Elendil le lanzó una mirada de asombro que muy pocas veces había visto en la cara del elfo.
Ahora ya estaban todas las fichas sobre la mesa, era la hora de luchar.
Aurgelmir- Fecha de inscripción : 04/12/2009
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Renombre : Desconocido.
Re: De pagos y deudas.
El Capitán sonrio ante la orgullosa respuesta del Elfo, le habia dado lecciones de orgullo no hacia más de un día atras, pero el elfo habia sabido reaccionar bien y el Capitán, que no tenia verdadera esperanza de ganarse al ave, luego recupero su tono serio, cuando aquel le "solicito" trabajo.
No era costumbre que un elfo sirviese con un humano, pero cosas más locas existian en el mundo y Zitarrosa respondio entonces;
- La paga es escualida, 100 monedas, y normalmente se atrasa... las raciones son escasas y... normalmente se atrasan... la jornada es dura y la gloria es minima... Por experiencia solo puedo asegurarte que el servicio militar fortalecerá tu brazo y tu mente como jamás filosofo o instructor lo logré; Irien es una maestra que, si no te mata, te fortalece hasta limites inimaginables... si no te mata.... - Remarco - La opción es tuya - Zanjo.
El capitán observo al refunfuñíante compañero del Elfo y escucho su frase de indignación; Levanto un brazo, apuntando al sur y respondio con tono seco.
- Unos pocos cientos de Kilometros más al sur, encontrarás Thordraim y la seguridad de sus gruesas defensas... Eres libre de marchar hacia las capital si tan nervioso te ponen estas ruinas... No te preocupes - agrego - toda la ciudad, de aqui hacia el sur, esta bajo el control de los Hombres y los poseidos no se aventuran más alla...
Y entonces, si los dos elfos y el hombre habian sido una sorprendente multitud, ¿que podia resumir el Capitan del medio centenar de hombres que se presentaban ahora? Y si aquello sorprendia, cuanta podia ser la sorpresa ante el hecho de que quien les lideraba era Mishka, Colega y amante de Zitarrosa en más de varias contiendas del pasado.
El contraste entre los dos "ejercitos" era casi ridiculo, mientras los hombres de Mishka vestian pulcros atavios y brillantes armaduras, la capitañía de Zitarrosa parecia vestida con harapos, armaduras remachadas y hasta los hombres mismos estaban más desalineados (barbudos y sucios con polvo, barro y sangre seca de zombi, siempre tan dificil de remover), más Zitarrosa jamas hubiera elegido a uno de esos elegantes, bien afeiados y pulcros soldaditos de plomo de la capitana a uno de sus propios "perros de la calle"; Pero aquello no menguo su alegría, ver a la capitána removia sentimientos... alli abajo... que siempre alegraban el humor del apasible capitán quien solo respondio a la joven dandoles la bienvenida con un;
- ¿Para que tantas formalidades? Deja esas cuestiones para los oficiales del Estado Mayor que tanto te buscan... - dijo sonriendo ante la fulminante mirada, entre amor y odio, de la joven quien ordeno "descanso" a su tropa, la cual rapidamente se disperso para reunirse con la de Zitarrosa, hombres que, despues de todo, muchos habian pasado por campañas o entrenamientos juntos.
Y entonces la frutilla de la torta; El general Frederik.
La llegada de aquella celebridad marco un antes y un despues en la reunión, una reunión que aunque era extraña, era informal, se torno más formal, casí oficial; Los hombres permanecian en silencio y rectos en sus lugares, nadie hablaba y ninguno permanecio sentado mientras aquel se paseaba entre la tropa; Incluso los visitantes reaccionaron a la llegada del general, como pudo notar Zitarrosa al ver como el Humano se sonrojaba como una colegiala intimidada al reconocer al General.
Zitarrosa le tenia estima, le sabia superior pero no por ello se dejaba intimidar; Para él, aunque le superaba ampliamente en rango y condecoraciones, aquel general era solo uno más, un hombre sano y honrado, pero que tampoco daba para pavonearse y subirse los humos por ser un buen hombre.
Era uno más, un igual. Sentimiento al que Zitarrosa solo podia llegar en un importante egocentrismo y soberbia que no se avergonzaba de poseer.
- El batallon se encontraba ocioso en la capital, mi General - respondio marcial pero con su eternamente calmo tono el capitán, al ver que la capitána no explicaba su llegada - y como aqui estabamos escasos de hombres no tuvieron mejor idea que venir a pasear y conocer nuestras ruinas....
- Cabe destacarse además que mis exploradores han detectado un destacamento del mal acercandose a la plaza, unos cuantos centenares... - Acoto el Capitán. El Elfo, quien era "mis exploradores" podria sentirse ofendido, pero seria un error, habia una autentica muestra de afecto en aquella usurpación de credito: El capitán seria responsable de cualquier error del regimiento, y responsabilizarse por la información del elfo significaba una cosa; Que le creia y que si el elfo habia errado, no serian los "exploradores" pero el Capitán el responsable; Asimismo demostraba la voluntad del capitán de aceptar al elfo en el regimiento.
- Seria prudente enviar una fuerza a rechazarles... despues de todo el Puente de Alasir esta defendido por unos pocos bastardos que no resistirán ni la embestida de tres zombis flacos... Con gusto movilizo a los míos a la zona mi General, despues de todo una caminata nocturna nos servirá para estirar las piernas - El capitán hizo un gesto, practicamente imperceptible para todos, excepto para el ojo entrenado del segundo al mando del regimiento, el soldado Ralexion, quien entenderia aquella orden de "Nos aprontamos para salir"
El lenguaje utilizado, el propio tono, del capitán demostraba la informalidad de un dialogo no entre superior e inferior, que tanto gustan aplicar los Escribanos y Abogados del estado mayor, pero un dialogo entre hombres que conocen del asunto, entre hombres que saben que la "caminata" implicará la muerte de muchos valientes y que, por ello, es un insulto usar formalidades para referirse al asunto...
// Cuando antes podamos, nos separaremos para no causar demoras externas; Por otro lado, no tenemos porque seguir un orden de posteo estricto; Si dos personajes quieren entablar un dilaogo fluido entre ellos, y tal no afecta al resto, sientanse libres de hacerlo.
No era costumbre que un elfo sirviese con un humano, pero cosas más locas existian en el mundo y Zitarrosa respondio entonces;
- La paga es escualida, 100 monedas, y normalmente se atrasa... las raciones son escasas y... normalmente se atrasan... la jornada es dura y la gloria es minima... Por experiencia solo puedo asegurarte que el servicio militar fortalecerá tu brazo y tu mente como jamás filosofo o instructor lo logré; Irien es una maestra que, si no te mata, te fortalece hasta limites inimaginables... si no te mata.... - Remarco - La opción es tuya - Zanjo.
El capitán observo al refunfuñíante compañero del Elfo y escucho su frase de indignación; Levanto un brazo, apuntando al sur y respondio con tono seco.
- Unos pocos cientos de Kilometros más al sur, encontrarás Thordraim y la seguridad de sus gruesas defensas... Eres libre de marchar hacia las capital si tan nervioso te ponen estas ruinas... No te preocupes - agrego - toda la ciudad, de aqui hacia el sur, esta bajo el control de los Hombres y los poseidos no se aventuran más alla...
Y entonces, si los dos elfos y el hombre habian sido una sorprendente multitud, ¿que podia resumir el Capitan del medio centenar de hombres que se presentaban ahora? Y si aquello sorprendia, cuanta podia ser la sorpresa ante el hecho de que quien les lideraba era Mishka, Colega y amante de Zitarrosa en más de varias contiendas del pasado.
El contraste entre los dos "ejercitos" era casi ridiculo, mientras los hombres de Mishka vestian pulcros atavios y brillantes armaduras, la capitañía de Zitarrosa parecia vestida con harapos, armaduras remachadas y hasta los hombres mismos estaban más desalineados (barbudos y sucios con polvo, barro y sangre seca de zombi, siempre tan dificil de remover), más Zitarrosa jamas hubiera elegido a uno de esos elegantes, bien afeiados y pulcros soldaditos de plomo de la capitana a uno de sus propios "perros de la calle"; Pero aquello no menguo su alegría, ver a la capitána removia sentimientos... alli abajo... que siempre alegraban el humor del apasible capitán quien solo respondio a la joven dandoles la bienvenida con un;
- ¿Para que tantas formalidades? Deja esas cuestiones para los oficiales del Estado Mayor que tanto te buscan... - dijo sonriendo ante la fulminante mirada, entre amor y odio, de la joven quien ordeno "descanso" a su tropa, la cual rapidamente se disperso para reunirse con la de Zitarrosa, hombres que, despues de todo, muchos habian pasado por campañas o entrenamientos juntos.
Y entonces la frutilla de la torta; El general Frederik.
La llegada de aquella celebridad marco un antes y un despues en la reunión, una reunión que aunque era extraña, era informal, se torno más formal, casí oficial; Los hombres permanecian en silencio y rectos en sus lugares, nadie hablaba y ninguno permanecio sentado mientras aquel se paseaba entre la tropa; Incluso los visitantes reaccionaron a la llegada del general, como pudo notar Zitarrosa al ver como el Humano se sonrojaba como una colegiala intimidada al reconocer al General.
Zitarrosa le tenia estima, le sabia superior pero no por ello se dejaba intimidar; Para él, aunque le superaba ampliamente en rango y condecoraciones, aquel general era solo uno más, un hombre sano y honrado, pero que tampoco daba para pavonearse y subirse los humos por ser un buen hombre.
Era uno más, un igual. Sentimiento al que Zitarrosa solo podia llegar en un importante egocentrismo y soberbia que no se avergonzaba de poseer.
- El batallon se encontraba ocioso en la capital, mi General - respondio marcial pero con su eternamente calmo tono el capitán, al ver que la capitána no explicaba su llegada - y como aqui estabamos escasos de hombres no tuvieron mejor idea que venir a pasear y conocer nuestras ruinas....
- Cabe destacarse además que mis exploradores han detectado un destacamento del mal acercandose a la plaza, unos cuantos centenares... - Acoto el Capitán. El Elfo, quien era "mis exploradores" podria sentirse ofendido, pero seria un error, habia una autentica muestra de afecto en aquella usurpación de credito: El capitán seria responsable de cualquier error del regimiento, y responsabilizarse por la información del elfo significaba una cosa; Que le creia y que si el elfo habia errado, no serian los "exploradores" pero el Capitán el responsable; Asimismo demostraba la voluntad del capitán de aceptar al elfo en el regimiento.
- Seria prudente enviar una fuerza a rechazarles... despues de todo el Puente de Alasir esta defendido por unos pocos bastardos que no resistirán ni la embestida de tres zombis flacos... Con gusto movilizo a los míos a la zona mi General, despues de todo una caminata nocturna nos servirá para estirar las piernas - El capitán hizo un gesto, practicamente imperceptible para todos, excepto para el ojo entrenado del segundo al mando del regimiento, el soldado Ralexion, quien entenderia aquella orden de "Nos aprontamos para salir"
El lenguaje utilizado, el propio tono, del capitán demostraba la informalidad de un dialogo no entre superior e inferior, que tanto gustan aplicar los Escribanos y Abogados del estado mayor, pero un dialogo entre hombres que conocen del asunto, entre hombres que saben que la "caminata" implicará la muerte de muchos valientes y que, por ello, es un insulto usar formalidades para referirse al asunto...
// Cuando antes podamos, nos separaremos para no causar demoras externas; Por otro lado, no tenemos porque seguir un orden de posteo estricto; Si dos personajes quieren entablar un dilaogo fluido entre ellos, y tal no afecta al resto, sientanse libres de hacerlo.
Óptimo Máximo- Fecha de inscripción : 17/12/2009
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Re: De pagos y deudas.
Frederik se llevó su diestra hacia la perilla que marcaba su barbilla con cierto aire pensativo. No era muy dado a las formalidades sino a la acción y era un oficial bastante directo, eso era algo que todos sabían, por lo que no le molestó en absoluto la forma de actuar de Zitarrosa, al contrario pues prefería ir al grano para actuar con la mayor eficacia posible.
-Vayan pues, usted recibirá 20 soldados más para hacer frente a esa amenaza Zitarrosa y será acompañado por Mishka y todo su pelotón, no se entretenga con nada ni con nadie... Yo me encargaré de todas las formalidades.
Una vez dicho esto, nada más había que decir, todo lo demás sobraba por lo que, con un aire de seguridad, Frederik abandonó la compañía de los presentes y regresó a su tienda... Posiblemente para poner por escrito todo lo "acordado".
Zitarrosa tenía sus ordenes, había recibido 20 hombres mas por lo que contaba con un total de 70 (de los cuales 20 eran reclutas y 50 soldados) y gracias a la llegada de Mishka contaría con su apoyo y con sus 60 soldados.
Los zombis avanzaban por el oeste, por una zona ruinosa y de dificil acceso y maniobra, por la que dificilmente se podía avanzar de forma organizada y disciplinada. Era, realmente, una zona caótica por el mal estado en el que estaban todas las ruinas que ya no formaban estructuras visibles sino constantes muros, piedras amontonadas, agujeros que llevaban a las viejas alcantarillas, etc.
-Vayan pues, usted recibirá 20 soldados más para hacer frente a esa amenaza Zitarrosa y será acompañado por Mishka y todo su pelotón, no se entretenga con nada ni con nadie... Yo me encargaré de todas las formalidades.
Una vez dicho esto, nada más había que decir, todo lo demás sobraba por lo que, con un aire de seguridad, Frederik abandonó la compañía de los presentes y regresó a su tienda... Posiblemente para poner por escrito todo lo "acordado".
Zitarrosa tenía sus ordenes, había recibido 20 hombres mas por lo que contaba con un total de 70 (de los cuales 20 eran reclutas y 50 soldados) y gracias a la llegada de Mishka contaría con su apoyo y con sus 60 soldados.
Los zombis avanzaban por el oeste, por una zona ruinosa y de dificil acceso y maniobra, por la que dificilmente se podía avanzar de forma organizada y disciplinada. Era, realmente, una zona caótica por el mal estado en el que estaban todas las ruinas que ya no formaban estructuras visibles sino constantes muros, piedras amontonadas, agujeros que llevaban a las viejas alcantarillas, etc.
Creador- Fecha de inscripción : 09/01/2010
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Re: De pagos y deudas.
Off: Les sonará estúpido, ¿pero es teniente el rango que hay antes de capitán? Es para estar completamente seguro xD
On:
Silencioso como había tomado por costumbre ese día, el joven teniente observaba como avanzaban los acontecimientos, hasta la llegada del general Frederik. El hecho consiguió captar su atención lo suficiente como para sacarle de su monótona vigilia y llevarle a realizar un visible saludo militar cuando el veterano hombre pasó junto a él.
Ralexion sentía gran respeto, e incluso admiración, por ese superior suyo en cuestión, aunque no negaba el hecho de que a veces le molestaba que el general no le reconociera debido al nombre de su familia; aunque claro, después de todo, Frederik no era de esos, había salido de la nada, luchando, hasta llegar hasta ahí, y el avispado Kidbudd sabía que debía de hacer lo mismo independientemente de como se apellidara; su propio padre se lo había recordado muchas veces.
Así pues, comprendió a la perfección el lenguaje corporal de su capitán. Marchaban de nuevo a la batalla, una escaramuza que, dadas las circunstancias, prometía dejar un buen hueco en la plantilla de los encargados de defender la plaza, pero ese era el deber de todos y cada uno de los hombres presentes: luchar y dar la vida si era necesario.
- Así se hará, capitán -afirmó a la par que realizaba una ligera inclinación de su testa como muestra de respeto- ¡Hombres, preparáos para partir!
Los soldados, totalmente conocedores de lo que les esperaba, comenzaron a tomar sus pertrechos raudos como el viento al escuchar la orden del segundo al mando. Ralexion hizo lo propio, guardó sus pocos efectos personales en una mochila de su propiedad, y comprobó el estado de su caballo.
Una vez mas, era hora de derramar sangre.
On:
Silencioso como había tomado por costumbre ese día, el joven teniente observaba como avanzaban los acontecimientos, hasta la llegada del general Frederik. El hecho consiguió captar su atención lo suficiente como para sacarle de su monótona vigilia y llevarle a realizar un visible saludo militar cuando el veterano hombre pasó junto a él.
Ralexion sentía gran respeto, e incluso admiración, por ese superior suyo en cuestión, aunque no negaba el hecho de que a veces le molestaba que el general no le reconociera debido al nombre de su familia; aunque claro, después de todo, Frederik no era de esos, había salido de la nada, luchando, hasta llegar hasta ahí, y el avispado Kidbudd sabía que debía de hacer lo mismo independientemente de como se apellidara; su propio padre se lo había recordado muchas veces.
Así pues, comprendió a la perfección el lenguaje corporal de su capitán. Marchaban de nuevo a la batalla, una escaramuza que, dadas las circunstancias, prometía dejar un buen hueco en la plantilla de los encargados de defender la plaza, pero ese era el deber de todos y cada uno de los hombres presentes: luchar y dar la vida si era necesario.
- Así se hará, capitán -afirmó a la par que realizaba una ligera inclinación de su testa como muestra de respeto- ¡Hombres, preparáos para partir!
Los soldados, totalmente conocedores de lo que les esperaba, comenzaron a tomar sus pertrechos raudos como el viento al escuchar la orden del segundo al mando. Ralexion hizo lo propio, guardó sus pocos efectos personales en una mochila de su propiedad, y comprobó el estado de su caballo.
Una vez mas, era hora de derramar sangre.
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Re: De pagos y deudas.
Arkanos escuchó la replica del capitan con pinta de fantoche y tal y como esperaba no le caia nada bien; gajes de ser un anarquista pensó.
-No son los poseidos los que me incomodan- Dijo desenvainando la espada, en tono desafiante, no pretendia batirse con el, por lo menos no ahora con un ejercito echandeseles encima. -Ademas, alguien debe vigilar que los queridos soldados de la madre patria no resulten ser unos incompetentes-
Elendil lanzó una mirada fulminante a Arkanos, comprendía que su relación con los soldados y, en general, con todo lo que tenía que ver con la sociedad humana era pesima, utilizando un termino muy amable; pero, con esas palabras, lo unico que ganaba era el rencor de todos cuantos se hallaban en la plaza, para Elendil era una locura, para Arkanos era una grata satisfacción.
Arkanos dió la espalda al capitan y siguió a los soldados, vió la cara serena del general, aunque sabía que lo estaba escudriñando con la mirada y que, probablemente, su oponión no fuese nada agradable.
Tambien se percató que los soldados no apreciaban su compañia y, disimuladamente, procuraban alejarse de el sin romper la formación, por lo que Arkanos caminaba solitario a un lado mientras sonreia para si mismo, no le importaba, no necesitaba a ninguno de ellos.
Los dolores de cabeza remitían y volvían, Elendil y el se habían separado, ahora avanzaba solo... solo.
-No estas solo...-
Arkanos se volvió alarmado, fue tan brusco su movimiento que una punzada de dolor le recorrió el espinazo, ya no recordaba las heridas de su costado. A su alrededor solo había sombras y ruinas, algunos soldados le dedicaron una mirada de curiosidad y continuaron su marcha mientras Arkanos miraba alrededor respirando entrecortadamente. Se llevo una mano al rostro, cerró los ojos y respiró profundamente.
-Estoy cansado... a sido mi imaginación-
Pensó para si y reanudó la marcha.
-No son los poseidos los que me incomodan- Dijo desenvainando la espada, en tono desafiante, no pretendia batirse con el, por lo menos no ahora con un ejercito echandeseles encima. -Ademas, alguien debe vigilar que los queridos soldados de la madre patria no resulten ser unos incompetentes-
Elendil lanzó una mirada fulminante a Arkanos, comprendía que su relación con los soldados y, en general, con todo lo que tenía que ver con la sociedad humana era pesima, utilizando un termino muy amable; pero, con esas palabras, lo unico que ganaba era el rencor de todos cuantos se hallaban en la plaza, para Elendil era una locura, para Arkanos era una grata satisfacción.
Arkanos dió la espalda al capitan y siguió a los soldados, vió la cara serena del general, aunque sabía que lo estaba escudriñando con la mirada y que, probablemente, su oponión no fuese nada agradable.
Tambien se percató que los soldados no apreciaban su compañia y, disimuladamente, procuraban alejarse de el sin romper la formación, por lo que Arkanos caminaba solitario a un lado mientras sonreia para si mismo, no le importaba, no necesitaba a ninguno de ellos.
Los dolores de cabeza remitían y volvían, Elendil y el se habían separado, ahora avanzaba solo... solo.
-No estas solo...-
Arkanos se volvió alarmado, fue tan brusco su movimiento que una punzada de dolor le recorrió el espinazo, ya no recordaba las heridas de su costado. A su alrededor solo había sombras y ruinas, algunos soldados le dedicaron una mirada de curiosidad y continuaron su marcha mientras Arkanos miraba alrededor respirando entrecortadamente. Se llevo una mano al rostro, cerró los ojos y respiró profundamente.
-Estoy cansado... a sido mi imaginación-
Pensó para si y reanudó la marcha.
Aurgelmir- Fecha de inscripción : 04/12/2009
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Re: De pagos y deudas.
Kaelos se mantuvo expectante, tras realizar su "propuesta", ante la reacción del capitán. Apenas le conocía y no sabía como podía tomárselo, pero él no iba a echarse atrás: por mucha deuda de honor que tuviera con aquel, de ningún modo iba a entragarle a Hayai.
Sin embargo, el otro pareció comprender, cosa que relajó visiblemente al elfo. El capitán le avisó de las pésimas condiciones en las que vivía y moría un regimiento, nada deseable sin duda... Unas condiciones que, por supuesto, Kaelos no pretendía acatar. Quizás sus palabras habían sido demasiado ambiguas, o quizás el otro era simplemente humano, pero dejando de lado toda suposición aclaró cual era la verdadera naturaleza del acuerdo:
-Creo que mis palabras llamaron a equívoco... No seré tu soldado, no acataré tus órdenes y no soy ninguno de tus hombres... -esto último denotaba cierto desprecio.- ...simplemente me dedicaré a protegerte con mi vida hasta que pueda salvar la tuya.
Esperaba que, al igual que había comprendido antes que no podía darle su ave, entendiera ahora que cualquier elfo que se preciara antes se dejaría despellejar vivo que ponerse a la servidumbre de un humano. Como si era el rey del Taj-Majal. Sus ojos azulados escrudriñaron el rostro del capitán, tratando de discernir a través de aquella marmórea armadura que recubría sus emociones...
Los oídos elfos de Kaelos captaron entonces un sonido sumamente extraño, como cientos de pies caminando ruidosamente por entre las ruinas, viniendo hacia ellos. Se giró un momento, entornando los ojos para tratar de ver a través de las sombras de los callejones, y entonces aparecieron; eran más de cuatro decenas, humanos todos, y venían en perfecta formación. Ataviados con tal pulcritud y brillantez que no se diría que formaban parte del mismo bando que los hombres del Capitán.
Entonces alguien más hizo aparición. Alguien muy importante, al paso del cual los soldados se apartaban respetuosos y sumisos, e incluso el otro humano pareció alterado. El recién llegado vestía de acero y en su rostro estaban plasmadas las cientos de batallas que debía haber vivido... Sin duda alguien extremadamente respetado o importante en el ejército, o ambas cosas.
Kaelos no le debía obediencia ni respeto, y se mantuvo estático en su posición, la capucha calada hasta la frente y el rostro impasible. Escuchó cómo el recién llegado se refería al Capitán como "Zitarrosa"; cayó entonces en que no le había preguntado su nombre, al igual que el soldado tampoco sabría el suyo. Pero bueno, formalidades para más tarde.
Zitarrosa anunció la llegada del batallón enemigo atribuyéndole el mérito del descubrimiento a "sus exploradores". Kaelos torció el gesto, entiendiendo que así Zitarrosa cargaba con la responsabilidad que pudiera acarrear cualquier fallo en la información, pero molesto al ser considerado como uno de los suyos... Esperaba que ese error no se volviese a repetir, pues le disgustaba de sobremanera y aunque tenía una deuda pendiente, eso no lo convertía en un zombi carente de sentimientos y emociones.
Poco después todo el campamento se preparaba para marchar a una orden de un humano que llamó la atención de Kaelos: parecía el segundo al mando, o en su defecto tenía algun cargo importante, pero su aspecto era muy distinto al del capitán; vestía con mayor ostentosidad, era joven y parecía mucho más "humano" que el otro.
Sea como fuere, y mientras Hayai volaba en círculos sobre sus cabezas, Kaelos simplemente aguardó quieto, como una estatua, a que el pelotón comenzase a marchar para andar distanciado y solitario, envuelto en su capa que le hacía fundirse con las mismas sombras.
Sin embargo, el otro pareció comprender, cosa que relajó visiblemente al elfo. El capitán le avisó de las pésimas condiciones en las que vivía y moría un regimiento, nada deseable sin duda... Unas condiciones que, por supuesto, Kaelos no pretendía acatar. Quizás sus palabras habían sido demasiado ambiguas, o quizás el otro era simplemente humano, pero dejando de lado toda suposición aclaró cual era la verdadera naturaleza del acuerdo:
-Creo que mis palabras llamaron a equívoco... No seré tu soldado, no acataré tus órdenes y no soy ninguno de tus hombres... -esto último denotaba cierto desprecio.- ...simplemente me dedicaré a protegerte con mi vida hasta que pueda salvar la tuya.
Esperaba que, al igual que había comprendido antes que no podía darle su ave, entendiera ahora que cualquier elfo que se preciara antes se dejaría despellejar vivo que ponerse a la servidumbre de un humano. Como si era el rey del Taj-Majal. Sus ojos azulados escrudriñaron el rostro del capitán, tratando de discernir a través de aquella marmórea armadura que recubría sus emociones...
Los oídos elfos de Kaelos captaron entonces un sonido sumamente extraño, como cientos de pies caminando ruidosamente por entre las ruinas, viniendo hacia ellos. Se giró un momento, entornando los ojos para tratar de ver a través de las sombras de los callejones, y entonces aparecieron; eran más de cuatro decenas, humanos todos, y venían en perfecta formación. Ataviados con tal pulcritud y brillantez que no se diría que formaban parte del mismo bando que los hombres del Capitán.
Entonces alguien más hizo aparición. Alguien muy importante, al paso del cual los soldados se apartaban respetuosos y sumisos, e incluso el otro humano pareció alterado. El recién llegado vestía de acero y en su rostro estaban plasmadas las cientos de batallas que debía haber vivido... Sin duda alguien extremadamente respetado o importante en el ejército, o ambas cosas.
Kaelos no le debía obediencia ni respeto, y se mantuvo estático en su posición, la capucha calada hasta la frente y el rostro impasible. Escuchó cómo el recién llegado se refería al Capitán como "Zitarrosa"; cayó entonces en que no le había preguntado su nombre, al igual que el soldado tampoco sabría el suyo. Pero bueno, formalidades para más tarde.
Zitarrosa anunció la llegada del batallón enemigo atribuyéndole el mérito del descubrimiento a "sus exploradores". Kaelos torció el gesto, entiendiendo que así Zitarrosa cargaba con la responsabilidad que pudiera acarrear cualquier fallo en la información, pero molesto al ser considerado como uno de los suyos... Esperaba que ese error no se volviese a repetir, pues le disgustaba de sobremanera y aunque tenía una deuda pendiente, eso no lo convertía en un zombi carente de sentimientos y emociones.
Poco después todo el campamento se preparaba para marchar a una orden de un humano que llamó la atención de Kaelos: parecía el segundo al mando, o en su defecto tenía algun cargo importante, pero su aspecto era muy distinto al del capitán; vestía con mayor ostentosidad, era joven y parecía mucho más "humano" que el otro.
Sea como fuere, y mientras Hayai volaba en círculos sobre sus cabezas, Kaelos simplemente aguardó quieto, como una estatua, a que el pelotón comenzase a marchar para andar distanciado y solitario, envuelto en su capa que le hacía fundirse con las mismas sombras.
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Re: De pagos y deudas.
Las ordenes eran claras, ahora era el turno de los soldados. No era el primer duelo de Erik con los poseidos o los "malignos" pero si era la primera batalla considerablemente numerosa en la que participaba lo que hacia que una corriente de adrenalina junto con nervios recorriera todo su cuerpo.
Los gritos de los tenientes y capitanes ordenando a sus súbditos se sucedían, el bullicio de la gente aumentaba por momentos, la Capitana, se situó delante, dirigiendo como siempre el cotarro y ordenó en un escueto discurso que nos preparásemos para un combate de verdad, donde estar unos segundos sin prestar atención puede causarte la muerte. Podía apreciarse nerviosismo en algunos de los compañeros, incluso un par mostraban temor y miedo en sus rostros para tenerse que enfrentar a un ejercito de cientos y cientos de zombies, que era el rumor que corría por la tropa.
El grupo avanzó, siguiendo a Mishka, que al desenfundar su espada, hizó que los 60 hombres que la seguían hicieron replica de ese mismo movimiento liberando a sus armas de las vainas que las reservaban.
Los gritos de los tenientes y capitanes ordenando a sus súbditos se sucedían, el bullicio de la gente aumentaba por momentos, la Capitana, se situó delante, dirigiendo como siempre el cotarro y ordenó en un escueto discurso que nos preparásemos para un combate de verdad, donde estar unos segundos sin prestar atención puede causarte la muerte. Podía apreciarse nerviosismo en algunos de los compañeros, incluso un par mostraban temor y miedo en sus rostros para tenerse que enfrentar a un ejercito de cientos y cientos de zombies, que era el rumor que corría por la tropa.
El grupo avanzó, siguiendo a Mishka, que al desenfundar su espada, hizó que los 60 hombres que la seguían hicieron replica de ese mismo movimiento liberando a sus armas de las vainas que las reservaban.
Invitado- Invitado
Re: De pagos y deudas.
Todo estaba dicho y todo estaba hecho;
El Capitán comprendío - antes no lo habia hecho - el significado de "Ganar dos soldados" que habia propuesto el elfo, más no respondio, asintiendo en silencio y con la mirada perdida mientras aquel terminaba de explicar su determinación de cuidarle como una niñera a un crío, y luego tampoco dijo nada.
Tampoco respondío al "hostil" comentario del humano quien demostraba su disconformidad; Ya tendría tiempo de... conocerle más a fondo cuando la amenaza de los poseidos se hubiera neutralizado.
Luego, ante la retirada del General, el Capitán finalmente pudo volverse a los suyos - para comprobar complacido como ya se preparaban por orden del Teniente - y cuando estuvieron listos para moverse, el Capitán les hablo en claros susurros, más inaludibles a los visitantes quienes no estaban "invitados" a aquella arenga.
- Bueno señores...- les dijo - Como saben, salimos de paseo, y llevamos carga...- dijo haciendo clara referencia a la cantidad de visitantes que les acompañaban - Trabajen juntos con los regulares de Mishka; No gasten aliento y fuerza en los otros tres, tal parece que van a su bola y no les gustan las "molestías" que somos los del ejercito... Colaboren entre ustedes, cuidensen las espaldas mutuamente y vuelvan vivos, todos. He hablado... - zanjo con una calida sonrisa, despues de todo, incluso con los reclutas que salian por primera vez, el Capitán se sentia entre iguales, entre hermanos. Compartían aquella dificil vida, pero tambien compartian ideales y valores, habian encarado a la muerte juntos, y por ende, eran más que hermanos.
- A moverse.... - Zanjo ahora abandonando los susurros para comunicarse con todos los presentes - Mishka; Espero no te moleste que tome la vanguardía... - pacto en aquello que no era una negociación; Sus fuerzas serian las de primera linea, las de choque, y las de ella serian auxiliares que acudirian alli donde los de Zitarrosa estuvieran más desbordados; Una estrategia simple, pero segura y sana a la hora de enfrentarse a mareas de zombis.
Y sin más comenzo a caminar, con su tropa detras, destacando el enorme corcel del Teniente, y más atras las tropas de Mishka, que con elegantes armaduras marchaban nerviosos, muchos a su primera batalla, hacia la batalla.
De donde marchaban los otros, los visitantes independientes, Zitarrosa no se preocupo (//Elijan a discreción XD)
El Capitán comprendío - antes no lo habia hecho - el significado de "Ganar dos soldados" que habia propuesto el elfo, más no respondio, asintiendo en silencio y con la mirada perdida mientras aquel terminaba de explicar su determinación de cuidarle como una niñera a un crío, y luego tampoco dijo nada.
Tampoco respondío al "hostil" comentario del humano quien demostraba su disconformidad; Ya tendría tiempo de... conocerle más a fondo cuando la amenaza de los poseidos se hubiera neutralizado.
Luego, ante la retirada del General, el Capitán finalmente pudo volverse a los suyos - para comprobar complacido como ya se preparaban por orden del Teniente - y cuando estuvieron listos para moverse, el Capitán les hablo en claros susurros, más inaludibles a los visitantes quienes no estaban "invitados" a aquella arenga.
- Bueno señores...- les dijo - Como saben, salimos de paseo, y llevamos carga...- dijo haciendo clara referencia a la cantidad de visitantes que les acompañaban - Trabajen juntos con los regulares de Mishka; No gasten aliento y fuerza en los otros tres, tal parece que van a su bola y no les gustan las "molestías" que somos los del ejercito... Colaboren entre ustedes, cuidensen las espaldas mutuamente y vuelvan vivos, todos. He hablado... - zanjo con una calida sonrisa, despues de todo, incluso con los reclutas que salian por primera vez, el Capitán se sentia entre iguales, entre hermanos. Compartían aquella dificil vida, pero tambien compartian ideales y valores, habian encarado a la muerte juntos, y por ende, eran más que hermanos.
- A moverse.... - Zanjo ahora abandonando los susurros para comunicarse con todos los presentes - Mishka; Espero no te moleste que tome la vanguardía... - pacto en aquello que no era una negociación; Sus fuerzas serian las de primera linea, las de choque, y las de ella serian auxiliares que acudirian alli donde los de Zitarrosa estuvieran más desbordados; Una estrategia simple, pero segura y sana a la hora de enfrentarse a mareas de zombis.
Y sin más comenzo a caminar, con su tropa detras, destacando el enorme corcel del Teniente, y más atras las tropas de Mishka, que con elegantes armaduras marchaban nerviosos, muchos a su primera batalla, hacia la batalla.
De donde marchaban los otros, los visitantes independientes, Zitarrosa no se preocupo (//Elijan a discreción XD)
Óptimo Máximo- Fecha de inscripción : 17/12/2009
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La frontera sur.
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Renombre : Desconocido.
Re: De pagos y deudas.
Visto lo visto, la batalla sería librada por una variopinta tropa, con el capitán Zitarrosa a la cabeza, seguido muy de cerca por su segundo, que también vestía de diferente manera si se tenía en cuenta el atuendo del resto de soldados; mas ligero de armadura, con ropas sensiblemente más débiles a la hora de protegerle la vida, pero también resistentes (estas se mantenían en un envidiable buen estado, nada comparado con el resto de polvorientos y maltrechos reclutas) y hechas para la guerra tanto como cualquier otra armadura.
Prestó atención con especial cuidado a los últimos comentarios por parte de su superior antes de la batalla; comentarios que solo dirigió a él y sus compañeros.
- El que peor parado salga le debe una ronda de bebida al resto de la tropa -añadió humorísticamente a los susurros del capitán, susurrando también. El comentario en cuestión no pareció sentarles muy bien a los más inexpertos, aunque más de un veterano torció sus labios para dar lugar a una sincera sonrisa.
Las tropas de la capitana Mishka parecían más que dispuestas a entrar en batalla, ya con sus relucientes espadas fuera de sus cintos, pero el teniente no se inmutó, no mostró ninguna de sus armas. Imitando a Zitarrosa, agarró firmemente las riendas de su caballo y caminó a la diestra de su camarada y superior.
Respecto a los elfos o al insensato y desagradable humano, nada dijo, pues tenía muy claro que nada bueno podría surgir de las opiniones que tenía de ellos por el momento.
Prestó atención con especial cuidado a los últimos comentarios por parte de su superior antes de la batalla; comentarios que solo dirigió a él y sus compañeros.
- El que peor parado salga le debe una ronda de bebida al resto de la tropa -añadió humorísticamente a los susurros del capitán, susurrando también. El comentario en cuestión no pareció sentarles muy bien a los más inexpertos, aunque más de un veterano torció sus labios para dar lugar a una sincera sonrisa.
Las tropas de la capitana Mishka parecían más que dispuestas a entrar en batalla, ya con sus relucientes espadas fuera de sus cintos, pero el teniente no se inmutó, no mostró ninguna de sus armas. Imitando a Zitarrosa, agarró firmemente las riendas de su caballo y caminó a la diestra de su camarada y superior.
Respecto a los elfos o al insensato y desagradable humano, nada dijo, pues tenía muy claro que nada bueno podría surgir de las opiniones que tenía de ellos por el momento.
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