De pagos y deudas.
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De pagos y deudas.
El calor de la tarde, dentro de la carpa de campaña de gruesa tela, era abrumador, y para enviciar más el aire dos de los tres hombres alli dentro fumaban; Las pipas de ambos lanzaban copiosas cargas de humo a la asfixiante atmosfera más ninguno de los dos parecia percatarse de la incomodidad del lugar, más solo el tercero, el que no fumaba, tocia con disimulo de tanto en tanto.
Este ultimo hombre permanecia en un rincón, como un actor secundario, o mejor, una pieza de escenografia; un arbol, una farola, etc., sentado sobre un incomodo taburete y con varias pilas de hojas y cuadernos rodeandole, incluso tenia uno en sus manos, y garabateaba numeros y notas en este con pasional dedicación.
Los otros dos hombres, que fumaban, se miraban mutuamente, uno reclinado comodamente detras de su pulcro escritorio, el otro parado a escasos dos metros frente al primero, ergudio, en una artificial posición de descanso, le observaba con gesto serio, semblante altivo y aire paciente, como si aquel hombre, aquella estatua, pudiese estarse la vida entera parado frente al escritorio, observando a su interlocutor bajo aquel incomodo silencio y aquel viciado aire, y el otro hombre tampoco cedia.
Aquella era una batalla, un enfrentamiento donde dos titanes se batian, aunque la lucha no involucraba aceros, no, incolucraba voluntades y determinación, ninguno de los dos apartaba la vista del otro, ninguno parecia dispuesto a moverse antes del otro, y solo unos buenos cinco minutos despues, uno de los dos dudo, cedio y bajo la mirada hacia sus dedos, que jugueteaban sobre la mesa, rompiendo el contacto visual, perdiendo la batalla y arrepintiendose por ello.
El Escribano se maldijo a si mismo por su descuido, mirando a sus dedos juguetear sobre la mesa pensaba en el rostro de su interlocutor, en como probablemente ahora le observaba satisfecho de si mismo y de la humillación del escribano; Aquellos dos hombres no se conocian, era la primera vez que se veian, más el Escribano, luego de aquellos minutos de interacción, ya odiaba con toda su alma al otro hombre.
Este ultimo hombre permanecia en un rincón, como un actor secundario, o mejor, una pieza de escenografia; un arbol, una farola, etc., sentado sobre un incomodo taburete y con varias pilas de hojas y cuadernos rodeandole, incluso tenia uno en sus manos, y garabateaba numeros y notas en este con pasional dedicación.
Los otros dos hombres, que fumaban, se miraban mutuamente, uno reclinado comodamente detras de su pulcro escritorio, el otro parado a escasos dos metros frente al primero, ergudio, en una artificial posición de descanso, le observaba con gesto serio, semblante altivo y aire paciente, como si aquel hombre, aquella estatua, pudiese estarse la vida entera parado frente al escritorio, observando a su interlocutor bajo aquel incomodo silencio y aquel viciado aire, y el otro hombre tampoco cedia.
Aquella era una batalla, un enfrentamiento donde dos titanes se batian, aunque la lucha no involucraba aceros, no, incolucraba voluntades y determinación, ninguno de los dos apartaba la vista del otro, ninguno parecia dispuesto a moverse antes del otro, y solo unos buenos cinco minutos despues, uno de los dos dudo, cedio y bajo la mirada hacia sus dedos, que jugueteaban sobre la mesa, rompiendo el contacto visual, perdiendo la batalla y arrepintiendose por ello.
El Escribano se maldijo a si mismo por su descuido, mirando a sus dedos juguetear sobre la mesa pensaba en el rostro de su interlocutor, en como probablemente ahora le observaba satisfecho de si mismo y de la humillación del escribano; Aquellos dos hombres no se conocian, era la primera vez que se veian, más el Escribano, luego de aquellos minutos de interacción, ya odiaba con toda su alma al otro hombre.
- Entonces.... - susurro resignado pero arrastrando las palabras, ciertamente no tenia ningun apuro por responder a la solicitud del otro - ¿Quiere más dinero? ¿La satisfacción de servir al Reino no es suficiente para su merced? - añadio ironico, con una maliciosa sonrisa en su rostro, lanzando aquel segundo asalto en la batalla de voluntades.
Finalmente el otro hablo, su voz era tranquila y apasible, no arrastraba las palabras como su interlocutor, pero naturalmente hablaba con un aire de calma infinita - Servir al Reino es sobrada satisfacción, pero cuando mis hombres sufren de hambruna... poco servicio pueden brindar a nadie.... - Acoto.
Habia visitado al Escribano por pedido de sus hombres, quienes no habian recibido su paga en seis meses y ni los viveres para subsistir eran suficientes, claro que aquel hombrecito detras del escritorio ni le habia escuchado, y su solicitud seria desoida indudablemente, pero por lealtad a los suyos, el Capitán Zitarrosa se redujo a hacer la solicitud y no vengar los insultos de aquella pulga con el filo de su acero, como habria hecho en cualquier otro caso.
Óptimo Máximo- Fecha de inscripción : 17/12/2009
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Re: De pagos y deudas.
- Bah,... bueno, bueno,... estamos en guerra, las cosas suceden. - desecho el Escriba con un gesto de su mano, el Capitán estaba seguro que su interlocutor jamás habia conocido el hambre, ni mucho menos las penurias de la vida de campaña entre las ruinas, era el tipico hombre con contactos, quien por medio de un padre o pariente cercano, habia conseguido aquel puesto que le mantenia con un sueldo que triplicaría al del capitán, por la función de atender y desechar solicitudes de los soldados desde la comodidad de la retaguardia. Zitarrosa estaba incluso sorprendido de que el Escriba estuviera en la plaza, los hombres la habian tomado hace poco y todavia no era demasiado segura, probablemente el Escriba habia hecho lo posible por permanecer en la capital o en Eores.
- En fin, CapitánZitarrosa, su solicitud será tenida en cuenta por las autoridades del Reino y sometida a debate, lo que significa que si es considerada como viable, se enviara un destacamento con la paga y nuevos viveres para usted - Aquel "usted" era un ultimo ataque del Escriba hacia el Capitán, pues ambos sabian que los unicos que habian solicitado el dinero y alimentos eran el Regimiento, y no el Capitán, quien de hecho se hubiera dejado morir de hambre antes de acudir a aquella cita. Por otro lado, toda la frase del Escriba sono como lo que ambos sabian que en realidad era "Vaya olvidandose del asunto que la solicitud no pasa de mi escritorio"
El Capitán aparto finalmente la vista del repulsivo escriba, tentado como estaba de desenfundar, lo mejor seria retirarse a lamer sus heridas antes de ganarse una buena degradación y azotes, observo por instantes al otro hombre, el secretario, un pobre bastardo que sin duda seria el objeto de descarga del impotente Escribano (moretones en brazos, piernas y cabeza demostraban que habria recibido una buena ración de bastonazos, y sin duda no desde el frente) y sin llegar a sentir compasión del mequetrefe, el Capitán devolvio la vista al Escribano quien le observaba con inquisitivo gesto, claramente esperando a su retirada.
Zitarrosa llevo un par de dedos hacia el ala de su sombrero para efectuar un modesto y poco atento saludo para luego volverse y retirarse con tranquilas zancadas y aireoso paso hacia la salida de aquella contaminada carpa, ignorante el capitán de que no solo no conseguiria sus viveres, pero que acababa de ganarse a un enemigo, y con él, una sentencia de muerte en la forma de una "Orden de acción del Estado Mayor al Regimiento del señor Capitán Zitarrosa"
- En fin, CapitánZitarrosa, su solicitud será tenida en cuenta por las autoridades del Reino y sometida a debate, lo que significa que si es considerada como viable, se enviara un destacamento con la paga y nuevos viveres para usted - Aquel "usted" era un ultimo ataque del Escriba hacia el Capitán, pues ambos sabian que los unicos que habian solicitado el dinero y alimentos eran el Regimiento, y no el Capitán, quien de hecho se hubiera dejado morir de hambre antes de acudir a aquella cita. Por otro lado, toda la frase del Escriba sono como lo que ambos sabian que en realidad era "Vaya olvidandose del asunto que la solicitud no pasa de mi escritorio"
El Capitán aparto finalmente la vista del repulsivo escriba, tentado como estaba de desenfundar, lo mejor seria retirarse a lamer sus heridas antes de ganarse una buena degradación y azotes, observo por instantes al otro hombre, el secretario, un pobre bastardo que sin duda seria el objeto de descarga del impotente Escribano (moretones en brazos, piernas y cabeza demostraban que habria recibido una buena ración de bastonazos, y sin duda no desde el frente) y sin llegar a sentir compasión del mequetrefe, el Capitán devolvio la vista al Escribano quien le observaba con inquisitivo gesto, claramente esperando a su retirada.
Zitarrosa llevo un par de dedos hacia el ala de su sombrero para efectuar un modesto y poco atento saludo para luego volverse y retirarse con tranquilas zancadas y aireoso paso hacia la salida de aquella contaminada carpa, ignorante el capitán de que no solo no conseguiria sus viveres, pero que acababa de ganarse a un enemigo, y con él, una sentencia de muerte en la forma de una "Orden de acción del Estado Mayor al Regimiento del señor Capitán Zitarrosa"
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Re: De pagos y deudas.
- "Orden de acción del Estado Mayor al Regimiento del señor Capitán Zitarrosa" - Leyo el palido joven observando el dorso de la carta.
Aquel joven acababa de llegar al campamento de Zitarrosa con ordenes del estado mayor, el Capitán por esos momentos, seis horas despues de su visita a la carpa, se enocontraba sentado comodamente, afuera de su carpa, afilando sus varios aceros sin apuro y tomandose todo el tiempo del mundo... no tenia nada que hacer, nada hasta que llegase una orden, y sabia que pronto, luego de su visita al Escribano, iba a recibir una....
- Ája.... - dijo el capitan con su grave y calma voz mientras dejaba la daga que tenia en su mano y con sus manos libres, las entrelazaba sobre el pecho - Lea.... - sugirio. Despues de todo, a Zitarrosa no se le daba demasiado bien el asunto de leer.
Dubdativo y titubeante, el escualido mensajero, notoriamente nervioso, "probablemente conoce el contenido de la carta" penso Zitarrosa, estaba resignado de hacerlo, pero ante la seria mirada de los verdes ojos de Zitarrosa, apreto las muelas y abrio el sobre.
Aquel joven acababa de llegar al campamento de Zitarrosa con ordenes del estado mayor, el Capitán por esos momentos, seis horas despues de su visita a la carpa, se enocontraba sentado comodamente, afuera de su carpa, afilando sus varios aceros sin apuro y tomandose todo el tiempo del mundo... no tenia nada que hacer, nada hasta que llegase una orden, y sabia que pronto, luego de su visita al Escribano, iba a recibir una....
- Ája.... - dijo el capitan con su grave y calma voz mientras dejaba la daga que tenia en su mano y con sus manos libres, las entrelazaba sobre el pecho - Lea.... - sugirio. Despues de todo, a Zitarrosa no se le daba demasiado bien el asunto de leer.
Dubdativo y titubeante, el escualido mensajero, notoriamente nervioso, "probablemente conoce el contenido de la carta" penso Zitarrosa, estaba resignado de hacerlo, pero ante la seria mirada de los verdes ojos de Zitarrosa, apreto las muelas y abrio el sobre.
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Re: De pagos y deudas.
Orden del Estado Mayor al Capitán Zitarrosa
Capitán Zitarrosa, los exploradores han informado que no muy lejos de la Plaza Central de Irien un grupo de zombis ha llegado y se ha asentado justo en el antiguo templo de esta ciudad. Su posición, muy cercana a la plaza, hace que su mera presencia ponga en peligro nuestro dominio del centro de la ciudad, que fue tomado hace unos días.
Su posición es clara, han formado en el interior del lugar, pero sus intenciones desconocidas y sus números rondan los 70 efectivos en zombis. Observamos que entre ellos marchaba un poseído y salvo eso es todo lo que podemos proporcionarle de información.
Sus ordenes:
-Marchar al alba para llegar al templo al mediodía, a marchas forzadas si es preciso, y entablar combate.
-Expulsar o acabar con todas las fuerzas oscuras del lugar.
-Registrar y rastrear la zona en busca de otros posibles grupos armados y asegurar con esto el dominio de los hombres sobre la plaza.
Por su patria, el rey y por los dioses no está permitida la derrota.
Estado Mayor.
Estado Mayor.
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Re: De pagos y deudas.
Al Capitán no le gustaba el asunto, no tan pronto desde su entrevista... despues de todo, el Escribano estaba a cargo de trasmitir las misiones y actividad, ademas de los suministros, y mandar a Zitarrosa y los suyos a una cierta muerte era la opción más comoda para el mequetrefe: Se vengaba del altivo capitán y acallaba los "llantos" de los hambrientos, dos pajaros de un tiro...
Pero resignarse era todo lo que el Capitán podia hacer, rechazar la misión no era una alternativa y si la carta le mandara a conquistar la oscura fortaleza de los Demonios, y a traer a su Rey en cadenas... el Capitán lo haría... o lo intentaría.
Despidio al mensajero lanzandole una moneda de propina, como era costumbre por aquellos lares, y se levanto.
Algunos hombres se acercaron, soldados que le seguian y que, por experiencia, sabian lo que esas cartas significaban. Se acercaron hasta quedarse a unos tres metros del Capitán y en silencio, sin siquiera mirarle, esperaron.
Y sin mirarles, Zitarrosa les murmuro - Bueno muchachos, salimos a una caminata para estirar las piernas... - una pausa, ya efectuaba la ceremonia de enfundar todos sus aceros (Sable y dagas) - Y de paso nos conquistamos ese templo... - dijo con ironico tono indiferente señalando, con la mirada, a la siuleta de un templo que se veia a la distancia y que todos conocian.
- Salimos al Alba...- Zanjo, para luego ingresar a su carpa y continuar con los preparativos, mientras que los hombres, sin responder, volvian tambien a sus asuntos, a prepararse y a comunicar a los demás del destino que les deparaba.
------------------------------------------------------------------
Los primeros rayos de sol traslucieron sobre la ciudad, y más de medio centenar de hombres estaban en formación de cuadro, algunos con mejor porte que otros, fruto de la experiencia, simplemente esperando.
Instantes despues la carpa del capitán abrio sus puertas y Zitarrosa salio de alli; Vestia sus atavios de combate, la armadura bajo el jubon, la bandana escarlata sobre la cabeza y el amplio sombrero sobre esta ultima, la gruesa capa cubriendo sus espaldas y sus aceros a los lados, el capitán estaba listo.
Observo a su regimiento por instantes, mientras su diestra jugueteaba automaticamente con su bigote y su mente formulaba la inevitable pregunta de "Y de estos jovenes, ¿cuantos volverán al campamento?" y luego, apartando tal pesimista idea, ordeno movimiento con su mano y la tropa, con él a la cabeza, partio, en formación de columna, del campamento hacia el templo.
Pero resignarse era todo lo que el Capitán podia hacer, rechazar la misión no era una alternativa y si la carta le mandara a conquistar la oscura fortaleza de los Demonios, y a traer a su Rey en cadenas... el Capitán lo haría... o lo intentaría.
Despidio al mensajero lanzandole una moneda de propina, como era costumbre por aquellos lares, y se levanto.
Algunos hombres se acercaron, soldados que le seguian y que, por experiencia, sabian lo que esas cartas significaban. Se acercaron hasta quedarse a unos tres metros del Capitán y en silencio, sin siquiera mirarle, esperaron.
Y sin mirarles, Zitarrosa les murmuro - Bueno muchachos, salimos a una caminata para estirar las piernas... - una pausa, ya efectuaba la ceremonia de enfundar todos sus aceros (Sable y dagas) - Y de paso nos conquistamos ese templo... - dijo con ironico tono indiferente señalando, con la mirada, a la siuleta de un templo que se veia a la distancia y que todos conocian.
- Salimos al Alba...- Zanjo, para luego ingresar a su carpa y continuar con los preparativos, mientras que los hombres, sin responder, volvian tambien a sus asuntos, a prepararse y a comunicar a los demás del destino que les deparaba.
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Los primeros rayos de sol traslucieron sobre la ciudad, y más de medio centenar de hombres estaban en formación de cuadro, algunos con mejor porte que otros, fruto de la experiencia, simplemente esperando.
Instantes despues la carpa del capitán abrio sus puertas y Zitarrosa salio de alli; Vestia sus atavios de combate, la armadura bajo el jubon, la bandana escarlata sobre la cabeza y el amplio sombrero sobre esta ultima, la gruesa capa cubriendo sus espaldas y sus aceros a los lados, el capitán estaba listo.
Observo a su regimiento por instantes, mientras su diestra jugueteaba automaticamente con su bigote y su mente formulaba la inevitable pregunta de "Y de estos jovenes, ¿cuantos volverán al campamento?" y luego, apartando tal pesimista idea, ordeno movimiento con su mano y la tropa, con él a la cabeza, partio, en formación de columna, del campamento hacia el templo.
Óptimo Máximo- Fecha de inscripción : 17/12/2009
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Re: De pagos y deudas.
Llego la tropa y fue despedida por su Capitán, mientras este mismo se metia en su carpa para asiarse y limpiarse las heridas; él mismo las restañaria, despues de todo no era ajeno a la cirugia y una botella de Whisky serviria para mitigar las molestias al coserse a si mismo.
Una vez aseado y sus heridas restañadas, el capitán no encontro mejor tarea que, en el tiempo que tenia que hacer entre orden y orden, dormir largas horas (Tantas que se salteo tres comidas) y levantarse, luego repuesto.
Sin más, salio de la carpa para sentarse frente a ella y tomar su trofeo, el cuerno del Poseido, y comenzar, con unas pequeñas herramientas a trabajar sobre él, buscando confexionar con aquel pedazo de armadura, un Cuerno de Batalla.
Una vez aseado y sus heridas restañadas, el capitán no encontro mejor tarea que, en el tiempo que tenia que hacer entre orden y orden, dormir largas horas (Tantas que se salteo tres comidas) y levantarse, luego repuesto.
Sin más, salio de la carpa para sentarse frente a ella y tomar su trofeo, el cuerno del Poseido, y comenzar, con unas pequeñas herramientas a trabajar sobre él, buscando confexionar con aquel pedazo de armadura, un Cuerno de Batalla.
Óptimo Máximo- Fecha de inscripción : 17/12/2009
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Re: De pagos y deudas.
Desde que había dejado su ciudad, Alroth, el primogénito de la Casa Tinehtelë había visto muchas cosas, parajes de todo tipo y color, bosques, llanuras, desiertos y grandes lagos... Pero nada como Irien. Sus pasos y su afán por conocer de cerca el "Mal del Norte" del que tanto le habían hablado cuando niño, le habían llevado hacía apenas un par de jornadas hasta la ciudad derruida, la que antaño fuese la más Gloriosa conocida. Las paredes, que sin duda en sus buenos tiempos debieron exhibir un aspecto sumamente delicado y robusto, no eran ahora más que pedazos de ruina que se caían a trozos por todas partes, teñidos de sangre seca y mugre. Las calles, estrechas, sombrías y peligrosas, acumulaban cadáveres y desperdicios por igual. Por todos lados corrían multitud de soldados, unos vistiendo armaduras relucientes y preparados para la continua batalla que se libraba en aquel caos, otros muertos, llevados por sus compañeros. Con semblantes fieros y decididos los menos; cansados y resignados los más.
Los brillantes y grises ojos del elfo, maravillados ante una masacre que no había visto en su corta existencia, al menos en relación a otros de su raza. Cuanto más se adentraba Kaelos en la ciudad, o lo que quedaba de ella, mayor era el caos. Comparado con los edificios quemados o destrozados, los restos de vísceras por todas partes, las ratas y la suciedad, la posada en la que había pasado la noche le parecía tan lujosa como su residencia de la Ciudad de los Árboles. En un principio se había sentido estafado por las 50 monedas que le cobraron por pasar la noche en una casucha medio derruida, con media docena de sucios catres y chinches por doquier.
Caminó, sereno y observador, con su diario en las manos y la pluma humedecida en tinta, anotando fugaces detalles que le llamaban la atención de vez en cuando. Sus pasos le llevaron a una plaza bastante grande, un monumento a la prosperidad de Irien hacía años, pero apenas una sombra de lo que fue hoy día. En ella se emplazaban algunas carpas, y una muchedumbre de soldados se movía de allá para acá. Observó entonces Kaelos como cuatro de ellos, armados con arcos, practicaban su puntería intentando acertar a un fardo de telas posicionado a unos 20 metros.
Con un sonoro zumbido, la flecha de madera blanca se clavó justo en el centro de la improvisada diana. El tirador sonrió entonces, viendo como otras tres flechas de color negruzco habían acertado en el fardo, pero lejos del centro. Kaelos se volteó, colgándose el arco blanco a la espalda y riendo con sorna:
-Si vosotros sois los mejores tiradores de este batallón, no quisiera ver a los peores. -entonces extendió la diestra, con la palma abierta hacia arriba.- Dos monedas por cabeza, fue eso lo que acordamos? -acotó, esperando obtener su merecido premio.
Los brillantes y grises ojos del elfo, maravillados ante una masacre que no había visto en su corta existencia, al menos en relación a otros de su raza. Cuanto más se adentraba Kaelos en la ciudad, o lo que quedaba de ella, mayor era el caos. Comparado con los edificios quemados o destrozados, los restos de vísceras por todas partes, las ratas y la suciedad, la posada en la que había pasado la noche le parecía tan lujosa como su residencia de la Ciudad de los Árboles. En un principio se había sentido estafado por las 50 monedas que le cobraron por pasar la noche en una casucha medio derruida, con media docena de sucios catres y chinches por doquier.
Caminó, sereno y observador, con su diario en las manos y la pluma humedecida en tinta, anotando fugaces detalles que le llamaban la atención de vez en cuando. Sus pasos le llevaron a una plaza bastante grande, un monumento a la prosperidad de Irien hacía años, pero apenas una sombra de lo que fue hoy día. En ella se emplazaban algunas carpas, y una muchedumbre de soldados se movía de allá para acá. Observó entonces Kaelos como cuatro de ellos, armados con arcos, practicaban su puntería intentando acertar a un fardo de telas posicionado a unos 20 metros.
Con un sonoro zumbido, la flecha de madera blanca se clavó justo en el centro de la improvisada diana. El tirador sonrió entonces, viendo como otras tres flechas de color negruzco habían acertado en el fardo, pero lejos del centro. Kaelos se volteó, colgándose el arco blanco a la espalda y riendo con sorna:
-Si vosotros sois los mejores tiradores de este batallón, no quisiera ver a los peores. -entonces extendió la diestra, con la palma abierta hacia arriba.- Dos monedas por cabeza, fue eso lo que acordamos? -acotó, esperando obtener su merecido premio.
Última edición por Kaelos el Lun Mar 15, 2010 11:15 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: De pagos y deudas.
El capitán observaba a sus reclutas practicar cuando aquel personaje se presento ante ellos interrumpiendo su entrenamiento con la arrogancia de ser un mejor tirador, hecho comprobado.
Zitarrosa se levanto y sacudio el polvo acumulado sobre sus pantalones y jubón, producto de aquella tierra casi desertica que eran las secas ruinas de Irien, mientras meditaba si castigar la interrupción del elfo, o en cambio unirse a aquel asunto y probar hacer silvar algunas flechas, despues de todo el entrenamiento no estaba de más y las orejas de aquel ser de pelo blanco eran tan curiosas y graciosas que daban cabida a divertirse un tanto.
- A ver, yo pago eso si me superas en el tiro.... - dijo Zitarrosa mientras levantaba su propio arco, uno largo, y se acercaba al lugar; Por flechas tomo unas de las negras de sus compañeros que, automaticamente, se habian apartado y dejado lugar al par.
- Una flecha por persona, y quien acerque más al centro se lleva la fortuna.... ¿De acuerdo? Le dejo el primer intento... - sugirio.
Zitarrosa se levanto y sacudio el polvo acumulado sobre sus pantalones y jubón, producto de aquella tierra casi desertica que eran las secas ruinas de Irien, mientras meditaba si castigar la interrupción del elfo, o en cambio unirse a aquel asunto y probar hacer silvar algunas flechas, despues de todo el entrenamiento no estaba de más y las orejas de aquel ser de pelo blanco eran tan curiosas y graciosas que daban cabida a divertirse un tanto.
- A ver, yo pago eso si me superas en el tiro.... - dijo Zitarrosa mientras levantaba su propio arco, uno largo, y se acercaba al lugar; Por flechas tomo unas de las negras de sus compañeros que, automaticamente, se habian apartado y dejado lugar al par.
- Una flecha por persona, y quien acerque más al centro se lleva la fortuna.... ¿De acuerdo? Le dejo el primer intento... - sugirio.
Óptimo Máximo- Fecha de inscripción : 17/12/2009
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Re: De pagos y deudas.
El Elfo, sumamente contento por su triunfo y el "engaño" al que había sometido a los reclutas (pues la diferencia de habilidad entre él y los soldados era tan grande, que una apuesta así no podría ser tachada más que de estafa), esperaba ansioso las monedas de los jóvenes. La última estancia en la posada había dejado su faltriquera completamente vacía, y estaba seguro de que nisiquiera en aquel Infierno sobreviviría mucho tiempo sin comida ni dinero. Sus ojos grises relucieron un momento con el brillo de la codicia, pero entonces otro personaje irrumpió en escena, frustrando sus planes.
Kaelos chasqueó la lengua, molesto, mientras observaba al recién llegado: alto, flaco y de rasgos morenos. Vestía como los otros, aunque llevando una capa al hombro y un ancho sombrero. No, no parecía un recluta. Aquel misterioso hombre estaba rodeado de un aura de veteranía y rudeza que intimidaba ligeramente al joven montaraz. La actitud de los soldados, apartándose, así lo corroboraba.
El hombre tomó su propio arco para lanzarle un reto. Kaelos arqueó una ceja, aunque sus viajes le habían hecho considerablemente empático y comprensible, el hecho de que un humano quisiera medirse en puntería a un elfo era casi insultante. Decidió tomarlo como un juego, consciente de que no perdería. No podía perder, pues no tenía dinero. Apartó ese pensamiento de su mente, tomando su arco y sonriéndole al otro mientras decía:
-Acepto el reto, Hombre... El cargar con las deudas de tus camaradas te honra, sólo espero que tu bolsa esté repleta. -agregó, mientras tomaba una blanca flecha de su carcaj, sin dejar de sonreir.
Elevó el fino arco de madera, pulcramente tallado, y tensó la cuerda. Cerró un ojo, enfocando el otro en el centro del fardo. Relajó todos los músculos de su cuerpo expulsando un suave silvido, y disparó.
Kaelos chasqueó la lengua, molesto, mientras observaba al recién llegado: alto, flaco y de rasgos morenos. Vestía como los otros, aunque llevando una capa al hombro y un ancho sombrero. No, no parecía un recluta. Aquel misterioso hombre estaba rodeado de un aura de veteranía y rudeza que intimidaba ligeramente al joven montaraz. La actitud de los soldados, apartándose, así lo corroboraba.
El hombre tomó su propio arco para lanzarle un reto. Kaelos arqueó una ceja, aunque sus viajes le habían hecho considerablemente empático y comprensible, el hecho de que un humano quisiera medirse en puntería a un elfo era casi insultante. Decidió tomarlo como un juego, consciente de que no perdería. No podía perder, pues no tenía dinero. Apartó ese pensamiento de su mente, tomando su arco y sonriéndole al otro mientras decía:
-Acepto el reto, Hombre... El cargar con las deudas de tus camaradas te honra, sólo espero que tu bolsa esté repleta. -agregó, mientras tomaba una blanca flecha de su carcaj, sin dejar de sonreir.
Elevó el fino arco de madera, pulcramente tallado, y tensó la cuerda. Cerró un ojo, enfocando el otro en el centro del fardo. Relajó todos los músculos de su cuerpo expulsando un suave silvido, y disparó.
- Spoiler:
- Destreza 45.
Habilidad de Disparo básica (+5)
+10 por Rango
+10 por Apuntar
Última edición por Kaelos el Dom Mar 14, 2010 7:54 pm, editado 2 veces
Invitado- Invitado
Re: De pagos y deudas.
El miembro 'Kaelos' ha efectuado la acción siguiente: Tirarda de Dados
'Tirada de Impacto ' : 87
'Tirada de Impacto ' : 87
Re: De pagos y deudas.
Zitarrosa espero desde detras del elfo, en solemne silencio y a la espera de ver una demostración de punteria perfecta dada la sangre que corria por las venas de aquel ser, más nada dijo, ni se inmuto, cuando el tiro resulto ser cuanto menos, triste.
Cuando el avergonzado elfo se moviose a un lado, el capitán avanzo un paso, posicionandose donde antes estaba el arquero, y preparo su arco.
Coloco la simple flecha negra sobre este y tomo la cuerda con dos dedos de su diestra, levanto el arco, tenso la cuerda mientras tomaba aire y luego comenzo a exhalar; En el punto exacto cuando ya no hubo aire en sus pulmones, Zitarrosa solto la cuerda y disparó.
Cuando el avergonzado elfo se moviose a un lado, el capitán avanzo un paso, posicionandose donde antes estaba el arquero, y preparo su arco.
Coloco la simple flecha negra sobre este y tomo la cuerda con dos dedos de su diestra, levanto el arco, tenso la cuerda mientras tomaba aire y luego comenzo a exhalar; En el punto exacto cuando ya no hubo aire en sus pulmones, Zitarrosa solto la cuerda y disparó.
Óptimo Máximo- Fecha de inscripción : 17/12/2009
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Re: De pagos y deudas.
El miembro 'Capitán Zitarrosa' ha efectuado la acción siguiente: Tirarda de Dados
'Tirada de Impacto ' : 29
'Tirada de Impacto ' : 29
Re: De pagos y deudas.
No fue suficientemente malo el que un escalofrío le recorriese la columna al disparar, haciendo que su propia flecha pasase de largo sin siquiera rozar el fardo, acabando en el suelo de la plaza a unos 50 metros, cuando el Hombre disparó. La mandíbula de Kaelos se desencajó y sus ojos parpadearon un par de veces al ver como el negro proyectil se había clavado directamente en el centro de la diana. No podía creerlo. Miró, perplejo, al humano, intentando encontrar una explicación lógica a lo que acababa de ocurrir.
-Qué brujería es ésta...? -musitó, aun clavado en el sitio.
No tenía salida. Su orgullo le había derrotado, así como el soldado, y ahora tenía que afrontarlo. Sin embargo, en lugar de avergonzarse y confesar que no tenía dinero con el que sufragar su dañada honra, clavó los ojos en los de aquel Tirador, y sonrió. Dejó el arco de madera y el carcaj a un lado, mientras decía:
-Sublime, Humano. He de decir que mi orgullo y tu habilidad me han derrotado. Pero, te propongo ahora otro reto... Terminemos con este juego cruzando nuestros aceros. Si tu destreza con las armas es equiparable a la que manifiestas en el tiro, no te costará vencerme.
Sin esperar respuesta de aquel hombre se despojó también de su capa, arrojándola junto a sus otros utensilios. Sus ropajes, blancos, se mostraban ahora extrañamente limpios para el lugar en el que se encontraba. Kaelos desenfundó entonces una de las falcatas que llevaba al cinto, empuñándola con la mano derecha para luego adoptar una postura defensiva.
Su arrogancia le había costado la victoria en el Tiro... Pero ese era un error que no pensaba repetir.
-Qué brujería es ésta...? -musitó, aun clavado en el sitio.
No tenía salida. Su orgullo le había derrotado, así como el soldado, y ahora tenía que afrontarlo. Sin embargo, en lugar de avergonzarse y confesar que no tenía dinero con el que sufragar su dañada honra, clavó los ojos en los de aquel Tirador, y sonrió. Dejó el arco de madera y el carcaj a un lado, mientras decía:
-Sublime, Humano. He de decir que mi orgullo y tu habilidad me han derrotado. Pero, te propongo ahora otro reto... Terminemos con este juego cruzando nuestros aceros. Si tu destreza con las armas es equiparable a la que manifiestas en el tiro, no te costará vencerme.
Sin esperar respuesta de aquel hombre se despojó también de su capa, arrojándola junto a sus otros utensilios. Sus ropajes, blancos, se mostraban ahora extrañamente limpios para el lugar en el que se encontraba. Kaelos desenfundó entonces una de las falcatas que llevaba al cinto, empuñándola con la mano derecha para luego adoptar una postura defensiva.
Su arrogancia le había costado la victoria en el Tiro... Pero ese era un error que no pensaba repetir.
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Re: De pagos y deudas.
La serenidad de sus facciones y su comportamiento eran, ciertamente, una mascara, mascara que escondia su jubilo, su arrogancia y su soberbia al haber vencido al condenado elfo, pero una mascara gruesa y resistente, que no traslucia nada de sus verdaderos pensamientos.
El capitán se tomo su tiempo para sopesar la propuesta del otro, no tenia pensado luchar tan pronto pero un entrenamiento sano no podia ser tan mala cuestión, sin importar el resultado.
Decidido entonces, Zitarrosa respondio sacandose la capa, más no la solto, sino que la mantuvo firme en su mano izquierda, con el proposito aparente de utilizarla como arma; Con su diestra desenfundo su espada ropera, aquella que aún tenia la sangre seca del poseido en su filo.
Zitarrosa lanzo un par de tajos al aire como para acostumbrarse al peso del arma y luego se posiciono frente al Elfo, mientras los reclutas y soldados formaban un amplio circulo para observar como expectadores pero sin perturbar a las partes en su entrenamiento;
- Le dí pie a que empezase en el Tiro, seguro no le molestará que tome la iniciativa en este otro...- dijo sin moverse el Capitán, esperando respuesta ya con su espada firmemente empuñada.
El capitán se tomo su tiempo para sopesar la propuesta del otro, no tenia pensado luchar tan pronto pero un entrenamiento sano no podia ser tan mala cuestión, sin importar el resultado.
Decidido entonces, Zitarrosa respondio sacandose la capa, más no la solto, sino que la mantuvo firme en su mano izquierda, con el proposito aparente de utilizarla como arma; Con su diestra desenfundo su espada ropera, aquella que aún tenia la sangre seca del poseido en su filo.
Zitarrosa lanzo un par de tajos al aire como para acostumbrarse al peso del arma y luego se posiciono frente al Elfo, mientras los reclutas y soldados formaban un amplio circulo para observar como expectadores pero sin perturbar a las partes en su entrenamiento;
- Le dí pie a que empezase en el Tiro, seguro no le molestará que tome la iniciativa en este otro...- dijo sin moverse el Capitán, esperando respuesta ya con su espada firmemente empuñada.
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Re: De pagos y deudas.
Kaelos aguardaba, sereno a pesar de la humillación que había sufrido, sin borrar aquella sonrisa de sus labios finos y pálidos. Observó como los demás soldados se acercaban, formando un círculo alrededor de los dos combatientes. El hombre tomó su capa en la izquierda, como si pretendiese atacar con ella, y empuñó una larga espada con la diestra. Kaelos, por su parte, tomó la otra falcata, dispuesto a no volver a subestimar a su oponente.
Sonriendo e inmutable, no varió su postura defensiva cuando el otro le "pidió" la iniciativa. El elfo asintió, cortés, mientras decía con un suave tono de voz:
-Toda tuya.
Y, como dijo, no se inmutó, pues esperaba paciente el ataque de su adversario. La armadura que éste vestía en el torso, así como su espada podían llegar a ser un grave problema, y su cerebro trabajaba a toda velocidad calibrando opciones y buscando la estrategia más viable. Suspiró, relajándose, esperando a que su contrincante diera el primer paso.
Sonriendo e inmutable, no varió su postura defensiva cuando el otro le "pidió" la iniciativa. El elfo asintió, cortés, mientras decía con un suave tono de voz:
-Toda tuya.
Y, como dijo, no se inmutó, pues esperaba paciente el ataque de su adversario. La armadura que éste vestía en el torso, así como su espada podían llegar a ser un grave problema, y su cerebro trabajaba a toda velocidad calibrando opciones y buscando la estrategia más viable. Suspiró, relajándose, esperando a que su contrincante diera el primer paso.
Invitado- Invitado
Re: De pagos y deudas.
Zitarrosa suspiro una ultima vez, todavia estaba adolorido por el duelo con el titán pero todas sus energias estaban repuestas para esta nueva contienda.
Escucho las palabras del elfo e, instantes despues, sin formalidad alguna, comenzo;
Lanzo una estocada directa, agil y rapida hacia el cuerpo del elfo; ¿El objetivo de este primer golpe? Herirle, si, pero tambien comprobar su resistencia...
Más cuando estuviese retrayendo su acero, con el mismo impulso, ya lanzaria la pesada capa en diagonal y desde arriba (por la izquierda), buscando obstaculizar la visión del elfo, por un mero instante, instante que le daria una certeza en el ataque que, casi al mismo tiempo, lanzaba diagonalmente desde el otro extremo (el derecho), en la forma de su espada ropera que lanzaria tal tajo siguiendo de cerca a la capa y su trayectoria.
Una combinación simple de ataques, un Probar las aguas antes de lanzarse al mar.
Escucho las palabras del elfo e, instantes despues, sin formalidad alguna, comenzo;
Lanzo una estocada directa, agil y rapida hacia el cuerpo del elfo; ¿El objetivo de este primer golpe? Herirle, si, pero tambien comprobar su resistencia...
Más cuando estuviese retrayendo su acero, con el mismo impulso, ya lanzaria la pesada capa en diagonal y desde arriba (por la izquierda), buscando obstaculizar la visión del elfo, por un mero instante, instante que le daria una certeza en el ataque que, casi al mismo tiempo, lanzaba diagonalmente desde el otro extremo (el derecho), en la forma de su espada ropera que lanzaria tal tajo siguiendo de cerca a la capa y su trayectoria.
Una combinación simple de ataques, un Probar las aguas antes de lanzarse al mar.
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Ataque con Espada Ropera. (45)
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Re: De pagos y deudas.
El miembro 'Capitán Zitarrosa' ha efectuado la acción siguiente: Tirarda de Dados
#1 'Tirada de Impacto ' : 36
--------------------------------
#2 'Tirada de Daño ' : 10
--------------------------------
#3 'Tirada de Impacto ' : 53
--------------------------------
#4 'Tirada de Daño ' : 9
#1 'Tirada de Impacto ' : 36
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#2 'Tirada de Daño ' : 10
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#3 'Tirada de Impacto ' : 53
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#4 'Tirada de Daño ' : 9
Re: De pagos y deudas.
En cuanto Kaelos hubo expresado su conformidad con cederle la iniciativa al humano, éste comenzó sin más preámbulos. Empuñando su larga espada avanzó un rápido paso para lanzarle una estocada ágil pero bien dirigida, mortífera a su costilla izquierda. El elfo, consciente del peligro, trató de evadirla echándose hacia la derecha.
Conseguido o no, su rival ejecutaba ahora un extraño movimiento: ondeaba su capa, como lanzándosela; esto desconcertó y "cegó" al montaraz. Pero éste, aun joven, tenía cierta experiencia en duelos, y fijó la mirada un momento en los pies de su rival, buscando anticipar su próxima acción. Previó un ataque diagonal, que trató de evitar echándose hacia atrás con un rápido salto.
Clavó entonces sus ojos en los del humano, empuñando con firmeza sus ligeras espadas curvas, sin atacar, manteniéndose espectante. La experiencia del tiro le había servido para tratar con cuidado a aquel militar: se sabía más débil físicamente, por lo que se tomaría su tiempo para analizar el estilo de lucha del humano antes de arriesgarse a atacar.
Conseguido o no, su rival ejecutaba ahora un extraño movimiento: ondeaba su capa, como lanzándosela; esto desconcertó y "cegó" al montaraz. Pero éste, aun joven, tenía cierta experiencia en duelos, y fijó la mirada un momento en los pies de su rival, buscando anticipar su próxima acción. Previó un ataque diagonal, que trató de evitar echándose hacia atrás con un rápido salto.
Clavó entonces sus ojos en los del humano, empuñando con firmeza sus ligeras espadas curvas, sin atacar, manteniéndose espectante. La experiencia del tiro le había servido para tratar con cuidado a aquel militar: se sabía más débil físicamente, por lo que se tomaría su tiempo para analizar el estilo de lucha del humano antes de arriesgarse a atacar.
Acciones
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Re: De pagos y deudas.
El miembro 'Kaelos' ha efectuado la acción siguiente: Tirarda de Dados
#1 'Tirada General ' : 39
--------------------------------
#2 'Tirada General ' : 61
#1 'Tirada General ' : 39
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#2 'Tirada General ' : 61
Re: De pagos y deudas.
Veamos si esta bien;
Respecto del segundo ataque; el arma daña 2 + 3 por fuerza + 9 por dado, Total 14. La defesa es tu coraza de 4 + resistencia de 3, Total 7: Daño entonces de 7.
El error del primer tajo fue, por suerte, enmendado por el duro golpe del Capitán sobre el elfo en su segundo tajo, aquel que uso como distracción a la capa, la cual ahora, mientras el elfo se ponia en guardia para, en actitud pasiva, esperar un nuevo ataque, soltó para que cayera a sus pies, mientras su mano izquierda ahora empuñaba la daga Vizcaina... si el elfo queria luchar con dos aceros, el Capitán corresponderia.
Y tambien corresponderia en la actitud del elfo; Aunque lo prudente era esperar él mismo para medir a su oponente, el hecho de que aquel era un simple entrenamiento y la atracción del riesgo impusieron sobre la prudencia y el capitán lanzo un frontal ataque total;
Ambos aceros, desde afuera hacia adentro, realizaron tajos horizontales por los lados del elfo como si de una imponente tijera de barbero se tratase; la espada por el izquierdo y la daga por el derecho (Desde el punto de vista del elfo); Más ahi no terminaba la cuestión, en cambio dando un paso hacia adelante (Buscando hacer retroceder al otro) y luego del golpe, los aceros volverian a sus posiciones originales con tajos identicos, pero invertidos, ahora desde dentro hacia afuera, igual de horizontales, buscando que aquella "tijera" recuperase su posición inicial.
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Ataque con Espada y Vizcaina (35 / 25)
Ataque con Espada y Vizcaina (35 / 25)
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Re: De pagos y deudas.
El miembro 'Capitán Zitarrosa' ha efectuado la acción siguiente: Tirarda de Dados
#1 'Tirada de Impacto ' : 13
--------------------------------
#2 'Tirada de Daño ' : 10
--------------------------------
#3 'Tirada de Impacto ' : 75
--------------------------------
#4 'Tirada de Daño ' : 10
--------------------------------
#5 'Tirada de Impacto ' : 29
--------------------------------
#6 'Tirada de Daño ' : 9
--------------------------------
#7 'Tirada de Impacto ' : 52
--------------------------------
#8 'Tirada de Daño ' : 3
#1 'Tirada de Impacto ' : 13
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#2 'Tirada de Daño ' : 10
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#3 'Tirada de Impacto ' : 75
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#4 'Tirada de Daño ' : 10
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#5 'Tirada de Impacto ' : 29
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#6 'Tirada de Daño ' : 9
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#7 'Tirada de Impacto ' : 52
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#8 'Tirada de Daño ' : 3
Re: De pagos y deudas.
Aquel humano, además de ser un certero tirador, demostraba una rapidez y destreza dignas de admiración en el combate a corta distancia. Aunque consiguió evadir la primera estocada gracias a la velocidad de sus delgadas piernas, pasándole por el costado la hoja sin rozarle siquiera, la segunda acometida le cogió por sorpresa. A pesar de haber intuido cómo iba a atacar su rival, no fue lo bastante ágil y notó como la ropera del humano ejecutaba un corte limpio y doloroso que le hundía algunas anillas de su cota de malla en el pecho.
Kaelos retrocedió, tosiendo, intentando mantener una postura defensiva. El humano golpeaba con velocidad y contundencia, obligándole a recular continuamente. Ahora se lanzaba de nuevo al ataque sin darle tiempo apenas a reaccionar, y viendo ya como espada y daga se cernían sobre sus costillas, el montaraz intentó de nuevo evadirse saltando hacia atrás.
Kaelos retrocedió, tosiendo, intentando mantener una postura defensiva. El humano golpeaba con velocidad y contundencia, obligándole a recular continuamente. Ahora se lanzaba de nuevo al ataque sin darle tiempo apenas a reaccionar, y viendo ya como espada y daga se cernían sobre sus costillas, el montaraz intentó de nuevo evadirse saltando hacia atrás.
Acción.
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Re: De pagos y deudas.
El miembro 'Kaelos' ha efectuado la acción siguiente: Tirarda de Dados
'Tirada General ' : 87
'Tirada General ' : 87
Re: De pagos y deudas.
Tal vez fuese por la herida del pecho o porque los Dioses estaban aquel día en su contra, pero la Dama Fortuna parecía mostrarse especialmente cruel con el joven elfo, haciendo que, aunque la daga de su rival pasara de largo sin mayores consecuencias, el humano consiguiera conectarle dos severos tajazos que le dejaron sangrando como un cerdo a medio degollar.
-Si me da otra de ésas, estoy jodido... -masculló, palpándose las heridas con cuidado.
Kaelos se sentía desfallecer, no podía creerlo, aquel casi le había derrotado y él nisiquiera había tenido oportunidad de atacarle. Era realmente ridículo. Sin embargo, no era ese momento para buscar respuestas en los astros; tenía que reaccionar, y rápido.
Su rival era mejor tirador, más fuerte, más diestro, y su armadura era más resistente; Kaelos tendría que aprovechar el único factor que jugaba a su favor: su agilidad.
Intentando mantenerse en pie, a pesar de la sangre que corría por sus ropas bajo la cota de malla teñida del icor carmesí, el montaraz se recompuso y apretó ambas manos, empuñando con firmeza sus falcatas. La opción más sensata sería, paradójicamente, un ataque a la desesperada: tenía que valerse de toda su celeridad para acosar continuamente a su rival, ahora que había quedado expuesto, y tratar de inflinjirle todo el daño posible.
Dió un par de veloces pasos, acompañado cada uno de un tajo de sus curvas espadas, dirigidos al pecho de su oponente para tantear la dureza de su protección y comprobar si sería capaz de atravesarla. Apenas hubo ejecutado el ataque, sin vacilar, optó por un rápido quiebro hacia la izquierda acompañado de un tajo al antebrazo con el que su rival sostenía la espada, pues ahí la armadura era más ligera.
FDI: aclaro que el +10 junto a la habilidad es por Rango 2.
-Si me da otra de ésas, estoy jodido... -masculló, palpándose las heridas con cuidado.
Kaelos se sentía desfallecer, no podía creerlo, aquel casi le había derrotado y él nisiquiera había tenido oportunidad de atacarle. Era realmente ridículo. Sin embargo, no era ese momento para buscar respuestas en los astros; tenía que reaccionar, y rápido.
Su rival era mejor tirador, más fuerte, más diestro, y su armadura era más resistente; Kaelos tendría que aprovechar el único factor que jugaba a su favor: su agilidad.
Intentando mantenerse en pie, a pesar de la sangre que corría por sus ropas bajo la cota de malla teñida del icor carmesí, el montaraz se recompuso y apretó ambas manos, empuñando con firmeza sus falcatas. La opción más sensata sería, paradójicamente, un ataque a la desesperada: tenía que valerse de toda su celeridad para acosar continuamente a su rival, ahora que había quedado expuesto, y tratar de inflinjirle todo el daño posible.
Dió un par de veloces pasos, acompañado cada uno de un tajo de sus curvas espadas, dirigidos al pecho de su oponente para tantear la dureza de su protección y comprobar si sería capaz de atravesarla. Apenas hubo ejecutado el ataque, sin vacilar, optó por un rápido quiebro hacia la izquierda acompañado de un tajo al antebrazo con el que su rival sostenía la espada, pues ahí la armadura era más ligera.
Heridas
11/26
Acciones
Ataque con falcata x2 (35 +10)/(25 +10)
Ataque con falcata a extremidad (25 +10)
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FDI: aclaro que el +10 junto a la habilidad es por Rango 2.
Última edición por Kaelos el Lun Mar 15, 2010 11:30 pm, editado 2 veces
Invitado- Invitado
Re: De pagos y deudas.
El miembro 'Kaelos' ha efectuado la acción siguiente: Tirarda de Dados
#1 'Tirada de Impacto ' : 91
--------------------------------
#2 'Tirada de Daño ' : 6
--------------------------------
#3 'Tirada de Impacto ' : 40
--------------------------------
#4 'Tirada de Daño ' : 7
--------------------------------
#5 'Tirada de Impacto ' : 100
--------------------------------
#6 'Tirada de Daño ' : 1
#1 'Tirada de Impacto ' : 91
--------------------------------
#2 'Tirada de Daño ' : 6
--------------------------------
#3 'Tirada de Impacto ' : 40
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#4 'Tirada de Daño ' : 7
--------------------------------
#5 'Tirada de Impacto ' : 100
--------------------------------
#6 'Tirada de Daño ' : 1
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
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