Exilio...

Antes de retirarse, Ukran respondió a la pregunta del joven mercenario. Era obvio que jamás había estado con los bárbaros.

-Claro que sí. Nosotros aprovechamos presa entera. Puedes comer aajnash incluso. Es tu presa, tu decides que hacer con ella. Pero deja cabeza contigo, es prueba para Baltersen.- Y dicho esto, el hombre se retiró. Al fin, el hombre podría descansar. Los giros de la vida son siempre curiosos y siempre inciertos. A veces, se necesitan muchas cosas malas para tener un buen golpe de suerte.

A la mañana siguiente, el grupo se levantó bastante temprano. Dael aún así, logró conciiar bastante bien el sueño. Ukran fue a despertarle.

-Nos vamos. Hora de volver a hogar. Si vas a hacer algo con cuerpo de aajnash, hazlo ahora.- Dijo. Nada más. Los hombre ya habían apagado el fuego y casi todo estaba listo. Era hora de ir a "casa". Los hombres comenzaron a caminar, cada vez más dentro del bosque. Era inmenso, árboles de edades que Dael no podía ni imaginar se encontraban allí. El grupo miraba por todos lados, no iban muy juntos, pero tampoco separados, solo a un par de metros. A veces, se encontraban con huellas de algun animal y paraban a cazar. Descansaban muy poco, practicamente nada, caminaron casi todo el dia. Dael también se dio cuenta de lo poco que hablaban los bárbaros. En todo ese tiempo, Ukran y los demás hablaron muy poco. Ya cuando el sol iba a ponerse, Dael podría al fin divisar algo interesante.

Llegaron, tras eso, a un gran claro en mitad del bosque donde había montado un pequeño campamento rudimentario pero noto que, al otro lado, también se extendía (en plena espesura del bosque, entre los árboles y sobre ellos).

Había varias cabañas, algún que otro edificio rudimentario con adobe y hombres y mujeres realizando sus tareas. A sus ojos podrían ser varias decenas pero era difícil saber su cantidad. Se escuchaba, a lo lejos, el sonido de una herrería y el de varios animales de granja. Posiblemente tendrían un corral al otro lado del claro. Era casi como los lugares en lso que Dael había vivido su vida casi completa. Se sentía... familiar.

Spoiler:

Dael despertó con la sensación de haber dormido décadas. Su cuerpo se había recuperado bastante y, a pesar de estar adolorido aún, no tenía mayor problema para caminar o moverse. Ukran muy amablemente dijo que podría hacer lo que quisiese con el animal mientras conservara la cabeza. Es por esto que pidió un cuchillo a los sus nuevos hermanos y sacó los dientes más grandes que tenía el animal. Más tarde cuando tuviera más tiempo trataría de hacer un collar con ellos. La tarea hizo que se demorara un poco. Pero no se comparó al tiempo que demoró en sacar la piel del animal. No es que haya sido una misión imposible, ya que al tener la cabeza cortada tenía un buen lugar donde empezar. Pero de todas formas tuvo que pedir un poco de ayuda a Ukran.

Luego de haber terminado esto pidió a Ukran algo para poder llevar sus dientes y la cabeza amarrada al cuerpo. El cuero del animal lo cargaría en su espalda enrollado y en el "pueblo" buscaría la posibilidad de hacer algo con el.

Así empezó el viaje para volver a casa. El contexto era muy diferente al que vivió hace una noche. Las risas y celebraciones se dejaron olvidadas con el fuego nocturno para dar paso a un momento más bien lejano. No hubo mucha conversación salvo por alguno que otro comentario entre los bárbaros. Se vez en cuando lograban dar con el rastro de algún animal e iban a por el. Sus tácticas no se parecían a lo que el imaginaba que serían. Unas brutas bestias. Pensó de sus compañeros. Pero se sorprendió al notar técnica para rastrear y perseguir. Era sin duda algo novedoso. El jamás había necesitado esa habilidad. Pero sabía que debía aprenderla si quería sobrevivir en su nuevo mundo. Observó, tratando de aaprender algo nuevo.

Pero sin duda nada lo haría sentir más extraño que llegar, luego de una jornada bastante larga y continuada, al que posiblemente sería su nuevo hogar. Las cabañas, el sonido del martillo y el yunque. Las personas trabajando y los animales comiendo. Era ciertamente muy familiar. Se sentía en casa, incluso siendo un completo extraño en ese lugar. Y a pesar de sentir que sería observado y mal mirado al principio, creía que le gustaría mucho el lugar.

Muchas cosas pasaban por la mente del aspirante a bárbaro. Pero ninguna llenaba su cabeza como la idea de agradar y convencer al jefe de la tribu para dejarlo ser parte de esta. Era todo lo que le quedaba. Si no lograba agradar con este personaje, no importaba lo que pensaran ni opinaran sus compañeros, que habían visto de lo que era capaz. Pues estarían obligados a verlo como enemigo. Pero no tenía mucho más que hacer. Si lo aceptaba todo iría bien, y solo tendría que acostumbrarse al cambio, sería duro, pero lo haría. Pero si fracasaba la muerte sería un regalo en comparación a lo que podrían hacerle. Tomó un último suspiro, aferró sus la cabeza del lobo a su pecho, y se dispuso a escuchar las indicaciones de Ukran.

Después de al fin llegar, después de una larga caminata, al pueblo, Dael solo quería descansar un rato. Era valiente, ya no estaba hambriento ni sediento, pero sus pies y su cuerpo aún le dolían y aunque habían pasado varias horas, los cardenales recién comenzaban a marcarse bien, para luego desaparecer. Ukran le había dado una bolsa de cuero a Dael para así llevar sus cosas. Al llegar, avanzaron hasta el centro de la villa, donde habían un par de tocones para centarse. Ha veces solían celebrarse grandes rituales allí... habían al menos 20 tocones de árboles para poder sentarse e incluso un tronco completo, haciendo un gran circulo alrededor de un agujero donde seguramente hacían una pira enorme. Los bárbaros se sentaron allí y después de un rato, todos se despidieron de Dael, excepto Ukran, que se quedó con el.

-Bien, hemos llegado a hogar. Pueblo ser de Baltersen, es buen líder. La verdad, pueblo aun no tiene nombre, pero simplemente llamarlo hogar basta. Me estoy distrayendo. Los otros han ido a avisar Baltersen sobre ti. Cuando vuelvan te presentaremos, pero necesito que recuerdes cosas:

Primero: Se muy respetuoso con Baltersen. El hombre bueno y educado, pero fiero como aajnash.
Segundo: No lo trates de "noble" o "ser" o estupidos nombres asi. Odia a Gran Villa más que nadie. Último hombre que hizo eso el mismo cortar su cabeza en combate y clavarla en pica frente a su puerta junto a los demás.
Tercero: Manten postura. No te humilles ante él. Eso ser de débiles. Nosotros no queremos débiles. Débiles mueren muy rápido.

Si haces eso, todo irá bien. Ah, por supuesto, debes llevar la cabeza como un regalo. Si pregunta por cabeza por piel y dientes, di verdad. Bueno, mientras amigos buscar tiempo con Baltersen, yo mostrarte pueblo.- Dijo Ukran. Después de una pequeña conversación, se levantaron y caminaron por el pueblo. Primero pasaron a la herrería, donde un gran hombre estaba martillando fuertemente. Simplemente miró a Ukran y asintió, nada más.

-Esta es herrería. Aqui hacen armas que tu quieras, pero tienes que dar algo a herrero a cambio. Si no, tu puedes hacer cosas por ti mismo, si es que sabes. Herrero buena persona, amistosa. AMigo de todo pueblo.- Siguieron caminando hasta los establos. -... Aqui guardamos a los "hulen"... ¿caballos?... si caballos. Si tu hacerte parte de nosotros, yo contarte como obtener hulen propio.- Ukran siguió caminando, mostrandole los edificios, donde se encontraba el druida, que era yerbatero y curandero... donde estaban las mujeres, que eran iguales en derecho y fuerza a los hombres, pero aún así tenían ciertas tareas asignadas solo para ellas y los hombres también tenían tareas propias. LAs mujeres, habían algunas normales y otras no muy bonitas, pero algunas a las que Dael consideraría curiosamente atractivas. Era mucha información para que Dael la procesara tan rápido, pues eran muchas cosas que entender y Ukran no tomaba pausas. Aún así, haría todo lo que pudiese. Después de un rato, llegaron a una gran tienda de pieles, hermosa y enorme, justo a las afueras del pueblo. El pueblo era mucho más grande de lo que Dael pensaba... bueno... esa tienda era enorme y tenía muchas cabezas clavadas y rodeadas de insectos cerca de la entrada. En esta, habían dos guardias postrados, enormes y firmes, armados y con cara de ser los asesinos más sanguinarios del mundo. Se detuvieron a unos 30 metros de la cabaña.

-Esa.... esa ser tienda de Baltersen. Nos avisarán cuando podamos entrar. Esperaremos aquí.- Ukran se sentó en el suelo, con brazos cruzados y esperó. Dael seguramente haría lo mismo, pues ya debía sentirse cansado. Ahora solo quedaba esperar para poder mostrarse frente a Baltersen...

Ukran mostró el pueblo a Dael con mucha amabilidad y le dio unos consejos para poder quedar bien con Baltersen. Le gustaba lo que veía del lugar. Ya se veía a el mismo cuando era un crío y ayudaba a su padre en el trabajo. Pero también le llamó la atención las mujeres del lugar. La mayoría estaba realizando labores que considero típicas de una mujer, pero se veían muy fornidas, casi como si fueran guerreras. Dael no entendía al cien por ciento que las mujeres bárbaras fueran iguales a los hombres en ese sentido, pero no dudaría en mostrarse respetuoso ante cualquiera.

Dael aún tenía algunas dudas, pero solo valían la pena si Baltersen lo aceptaba como miembro de la tribu, así que se las reservaría para más tarde. Salvo unas preguntas que eran importantes. ¿Cómo debería dirigirme a su líder Baltersen cuando hable con el?, ¿Entenderá lo que le diré o harás de mi traductor nuevamente?.. Dael se sentó junto a Ukran para hacerle las interrogantes. Pensó luego que no sería tan difícil plantarse ante él. A pesar de que estaba magullado todavía eso le serviría para demostrar que no era débil. Esperaba con ansias ambas respuestas pues, a pesar de que las preguntas no eran del todo inteligentes, eran bastante acertadas según el pelirrojo.

Una inmensa emoción inundo al joven. Sintió que el destino le sonreía y que por una vez, no tendría que temer. Había posibilidades de que fallara. En tal caso no tendría más remedio que aceptar su muerte. Pero eso ya no importaba. El pequeño periodo de tiempo que pasó en el exilió de "la gente civilizada" le había enseñado algunas cosas. Sin duda ya no era el mismo sujeto que fue arrestado por asesinar a sangre fría a un ciudadano. Pero tampoco tenía muy clara la idea de lo que era realmente ahora. Solo estaba feliz de tener una nueva oportunidad, que no derrocharía. Esta vez no era cosa de todo o nada. Era más bien mitad y mitad, según su juicio.

Después de una larga hora de espera un robusto hombre se acercó a los 2 hombres. Ukran se levantó y le dio la mano, gesto que el hombre devoolvió, pero no se tomaron as manos, sino los antebrazos. Dael debía estar atento a aprender nuevas cosas si quería encajar.

-Mahalek Lerik.- Dijo Ukran, amable y alegre.

-Mahalek Ukran.- Dijo el robusto hombre. Era grande, más alto que cualquiera de los hombres que había visto Dael jamás. Su cara se parecía a la de Ukran. Tenía cejas pobladas y una espesa barba. Al hablar se le notaba que le faltaban un par de dientes. Portaba en su espalda un hacha de doble hoja, enorme, hecha de metal. Dael se preguntaría de seguro como un hombre podría manejar semejante montruo de arma.

Ukran se dirigió a Dael, mirándolo a los ojos.

-Amigo, este es hermano mayor mio, Lerik, es guardia personal de Baltersen. Tradición es que cuando acabas de conocer alguien, deben apretarse las manos con toda fuerza posible, para que se acepten entre ustedes y conoscan fuerza del otro.- Decía el joven bárbaro, con su remarcado acento. Luego se dirigió a su hermano.

-Lerik, nuan jalemen ahik talaan, Dael. ¿Baltersen ughen alk torin?.- Dijo Ukran, Dael, sin entender ninguna palabra solo observaría. Lerik solo asintió con la cabeza y se ofreció la mano a Dael.

-Mae Kalaan, ajendau.- Dijo Lerik. Ukran se volvió a Dael.

-Quiere que le des la mano y si te considera digno, podrás ver a Baltersen. Esto no suele hacerse, pero tu no bárbaro, así que tu tener que pasar por trato "especial".- Ukran miraba a su hermano, cuya cara tenía varias cicatrices.

El pelirrojo estaba anonadado por el tamaño del personaje que se presentaba ante el. Era sin duda el hombre más grande que había visto nunca y le intimidaba un poco. El hacha que tenía en la espalda solo confirmaba los pensamientos de Dael sobre el sujeto. Trato, sin embargo, de ocultar y no pensar en eso. El gigante reclamaba una prueba bastante simple de realizar. Pasarla oportunamente es hablar de un tema distinto.

Dael alzó la vista, directo a los ojos de Lerik frunciendo el ceño levemente para darle seriedad y poder a su mirada, y al cabo de un lapso mínimo, Dael se encontraba respondiendo el "saludo" de aquel hombre. Sin decir palabra, pues no conocía ninguna en el idioma de sus anfitriones, apretó tan fuerte como pudo el antebrazo de Lerik y manteniendo la postura recibió la respuesta de este, esperando ser considerado digno. Esperando su evaluación, su valorización a través de un parámetro que para los bárbaros era simplemente valioso. ¿Honor?, ¿Dignidad?, ¿Fuerza?. Dael no estaba seguro, por que trato de demostrar en su mirar a un guerrero de verdad y con su fuerza su voluntad. Espero sea suficiente, pensó.

Spoiler:

Tirada de Fuerza + Resistencia (O sea 2 tiradas de dados de 100)

Fuerza + Resistencia = 35 + 30

Resultado necesario para ganar = 65 o menos

Tiro de Fuerza

El miembro 'Dael Sahaloom' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados

'Dado de cien caras ' : 9

Tiro de Resistencia

El miembro 'Dael Sahaloom' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados

'Dado de cien caras ' : 96

El enorme bárbaro estiro su pesada mano y se la ofreció a Dael, el aspirante. El gran hombre sintió la en comparación pequeña mano del joven y cerraron las manos. Para sorpresa de Lerik, Dael tenía más fuerza de la esperada y de hecho apretó con fuerza digna de un guerrero. Pero no duró mucho, pues Dael no se esperaba un apretón tan largo. Sin darse cuenta, había usado toda su fuerza para un solo e inicial apretón, pero los apretones bárbaros pueden durar hasta minutos, en un pura comparación de fuerza. La resistencia de Dael no le dió y el hombre seguía apretando, monstruosamente su fuerza iba en aumento y cuando a Dael le dolía bastante la manollegó a incluso arrodillarse y el hombre no paraba. Luego de agonizantes segundos, paró y le soltó la mano.

-Mirej nae halan jahin... nalehem eku. Baltersen yu tren alar.- Dijo Lerik dirigiendose a su hermano Ukran. Este miró a Dael y lo vió de arriba a abajo.

-Dice tienes fuerza.- Dijo Ukran -...pero falta corazón de verdadero guerrero. Aún así, podrás ver Baltersen.- Ukran le ayudaría a levantarse. Dael no tenía lesiones en la mano, pero seguro la tendría bastante torpe por un buen rato. Los hombres comenzaron a caminar y luego de un rato, llegaron a una tienda un poco alejada del campamento. Era algo ostentosa, con telas y un diseño único en comparación a las demás. Estaba hecha de pieles y telas desconocidas para Dael. Cerca de la entrada, un guardia igual de alto y armado que Lerik. Muy corpulento, pero estaba curiosamente bien afeitado y no tenía tantas cicatrices como Lerik. Tenía el cabello largo y usaba ropa que difería ligeramente con el hermano de Ukran. Frente a la tienda de Baltersen, habían al menos 12 picas, todas con cabezas en ellas, unas eran mas o menos frescas y las otras, no tanto.

-Ahora recordar... tu comportarte con respeto, pero no adulador. O terminarás como ellos... antiguos enemigos de Baltersen.- Señaló una que estaba casi en el centro -...Ese es Atrus. El último en atreverse a desafiar Baltersen. El mismo cortó cabeza suya en combate.- Siguienon y e otro guardia apenas miró a Dael de reojo. El interior era como de esperarse... lleno de trofeos y más guardias y el mismo Baltersen sentado en una especie de "trono" en el final de la tienda. El hombre miró a Dael de arriba a abajo.

Spoiler:

Dael se sintió humillado ante el gigante, y no se creía merecedor de ver a Baltersen aún. Culpó al cansancio, a su cuerpo que aún no se reincorporaba de los daños de los últimos días. Culpo a su poco ingenio, de no prever que el apretón de manos sería más que solo un agarre fuerte y ya. Culpo a la suerte y al destino. Hasta que al final solo le quedo un culpable. Sin embargo, demostró por un momento ser digno y Lerik lo había visto. El gran líder bárbaro lo recibiría pues en sus aposentos y debería ser respetuoso, pero no un lame botas para salir vivo del lugar. Y si no podía, pues de cierta forma eso se veía venir.

El pelirrojo, con los tendones rígidos por el apretón, pero sin sobarse el antebraso entró a la tienda luego de Ukran. Espero puedas ayudarme a hablar con el, camarada. Dijo antes de entrar esperando una positiva a su supica. Al fondo estaba el hombre por el cual tenía una cabeza de lobo enfundada en cuero colgando del hombro. El hombre por el cual aún tenía una mínima chance de vivir. Dael miró a Ukran por un momento camino unos pasos hacia el líder. Con cuidado, miraba de reojo con el ceño semi fruncido los trofeos del hombre y sus guardias, mientras se acercaba hasta una distancia que consideró prudente. Pronto los ojos de Dael no tuvieron otro paradero más que los ojos del líder sentado en su "trono". No tenía ni puta idea de que hacer o decir. Su mente nublada apenas lo dejaba actuar. Solo pudo llevar su mano hasta su bolsa y sacar la cabeza del animal, desdentado, y con su mano izquierda alzarla ante Baltersen.

Se sentía un tanto ridículo, ahí parado sin decir nada que el hombre pudiera entender. Y de seguro daba pena su estado. Pero no lo quedaba nada al pelirrojo. Si Baltersen lo consideraba digno, que era lo que esperaba, su vida daría un vuelco interesante. Si no, ya veía su cabeza ensartada en una lanza adornando la entrada de la tienda del gran líder.

Dael entró a la tienda del hombre que daría comienzo o término a su vida. Al entrar, vió la tienda de este, decorada con pieles y al hombre sentado al final, junto a un enorme guardia de anchas espaldas y muy grande. Baltersen era un hombre alto, de anchura de espaldas, de tez morena y pelo moreno, sus ojos oscuros miraban con curiosidad a los dos hombres pero no transmitían sentimiento alguno. Un hacha descansaba sobre su regazo y parecía haber estado afiilandola poco antes de la llegada de Dael y Ukran.

Ukran no le contestó a Dael. Ni siquiera le miró, solo miraba a Baltersen. El hombre era de gran porte e imponencia. Miraba fijamente a Dael. De pronto, este elevó la cabeza del lobo, mostrandola a Baltersen.

-¿Aajnash?.- Dijo con voz grave y fuerte.

-Ja Ja Ja.- Su risa era pausaba y fuerte... -.No eres un hombre libre solo por cazar un aanjnash.- Dijo Baltersen en perfecto Ithelior, la lengua de Dael, aunque con un pequeño acento parecido.

-¿Sorprendido de que hable tu lengua? Si no entendiera tu idioma no tendría mucho caso invadir tu tierra, además sacarles información a los tuyos con ciertos "métodos" es muy divertido. Ahora dime, ¿que haces aquí?.- Dijo mientras dejaba su hacha a un lado, pero sin soltarla. Parecía que este hombre frío podría estar de cierta manera interesado en Dael... ¿pero de que manera exactamente? Ukran no decía ni una palabra y no miraba a ningún lado que no fuera al mismo Baltersen.

Dael se sorprendió al escuchar a Baltersen hablar su idioma, y no pudo evitar mostrar su asombro abriendo la boca como un bobo. El impulso de idiotez fue rápidamente rechazado y cambiado con una seriedad renovada. Le respondería lo mismo que le respondió a Ukran en su momento. No tenía elección de todas maneras. Así pues, mirándolo a los ojos y bajando la cabeza del lobo hasta su cintura y con su tono más honorable respondió: Soy un exiliado de la gran villa, y he llegado hasta aquí por asesinato de uno de sus ciudadanos. Me dejaron en el bosque donde encontré a Ukran y sus compañeros. Ellos me dieron la oportunidad de unirme a tu causa. Por eso sostengo la cabeza de este lobo, para demostrarte que soy digno de unirme a ustedes.

Dael se mantuvo sereno. De cierta manera sintió que perdía peso luego de terminar su respuesta. Era algo parecido a estar en paz consigo mismo. Solo quedaba la respuesta del bárbaro que tenia adelante...

El hombre miró a Dael de arriba a abajo. Era mucho más bajo que el resto y su cabello rojo era curiosamente parecido al de varios. Encajaba mas o menos con la gente. Más o menos. Baltersen, serio y frío, se levantó de su silla, dejando ver su altura, no tan grande como Lerik, pero aún así más alto que Dael.

-La cabeza de un aajnash es un regalo que indica que tu, como cazador libre, quieres quedar a mi servicio, además de ser una prueba de valía. Pero no puedo simplemente aceptar a las gentes que me causan desagravio y gran disgusto. De hecho el simple acto de entrar a mi tienda es para mi un insulto de tu gente. Pero quizás puedas ser de utilidad. Te propongo un trato.- El hombre caminó un par de pasos lejos del trono y tomó una espada, de las tantas que estaban colgadas en la pared de la izquierda. La miró y observó su filo.

-Hace unos días, un hombre me traicionó. Uno de MIS hombres. Escapó por los bosques después de intentar asesinarme. Planeaba enviar mañana temprano una seie de mis hombres para darle caza y deleitarme cortándole la cabeza. Esto es lo que quiero que hagas.- Baltersen se acercó y le dió la espada a su guardia, quien prontamente se la puso en frente a Dael, sin dársela.

-Quiero que me lo traigas. Tendrás que cazarlo. Él tenía una pequeña choza a las afueras de la aldea. Tráemelo y júrame lealtad. Si haces eso, puedes quedarte con su casa. Claro, te mantendré vigilado mucho tiempo, pero será un buen comienzo entre nosotros. Tómalo o déjalo. Es tu decisión. Si no quieres hacerlo, puedes irte en paz y más te vale no te volvamos a verte por estos bosques.- dijo, serio y sin elevar la voz, con su grave tono, muy frío. el guardia de Baltersen le dio la espada.

-Se fue al sur. Tienes 3 dias. Si no has vuelto, haré que te cazen a ti también. Vete. Ukran, tu irás con él, pero más te vale no ayudarlo mucho.- Baltersen se dio media vuelta y volvió a sentarse. No diría una palabra más. Ukran salió inmediatamente de la tienda... ahora venía la verdadera prueba.

Spoiler:

Dael tomó la espada ofrecida y contemplo su hoja en frente de si. Veía en ella sus opciones, su futuro. No tenia opción si quería salir adelante. Había muchas cosas que no sabía del bosque como para sobrevivir en el. La oportunidad que se le presentaba era única.

Sus ojos se posaron una última vez en los de Baltersen y con una pequeña "reverencia" hecha solo con la cabeza se dio media vuelta. Dentro de tres días tendrás un nuevo "adorno" para tu tienda. Solo con una sonrisa decidida. Dicho esto, salió de la tienda y se encontró con Ukran. Lo miró a los ojos y se dispuso a andar. Tenía tres días por delante y serían de lo más interesante. Espero puedas enseñarme algo de lo que sabes, rió el ex mercenario.

Ahora quiero que hagas un nuevo tema dentro del bosque llamado "La Cacería" Tienes libertad para describir el bosque en base a la primera descripción que te di cuando llegaste al bosque.

Experiencia:

-Combate con armas de filo (Destreza): 40 + 10 = 50
-Esquivar (Destreza): 40 + 7 = 47
-Supervivencia (Inteligencia): 25 + 3 = 28 (Bosques)

Equipo:

Ganado: Collar de Dientes de Lobo Antiguo
Ganado: Espada Corta

*Este tema se considera cerrado.