Exilio...
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Exilio...
Todo había salido completamente mal, y peor que eso. Si antes no tenía para comer. Ahora ya ni tenia para sobrevivir. Fue humillado y apaleado, encarcelado, insultado y vuelto a golpear. Además había sido enviado a quien sabe donde. Atado de manos y pies, amordazado y vendado se encontraba el pelirrojo. Color que ya casi ni se distinguía con tanta basura y quien sabe que más en su cabello. Su primer instinto no era el que siempre había tenido en momentos semejantes. Sintió, como pocas veces, miedo. El olor de los árboles y la tierra, el viento acariciando las hojas, rompiendo el silencio del lugar junto con alguno que otro sonido, hicieron pensar al exiliado que estaba en un bosque. Pero eso lo hubiera notado cualquiera. Temblaba, no sabía si de terror o dolor o frío. Tal vez las tres.
Dael hizo un esfuerzo por sentarse que le pareció inhumano. Pero lo logró, y respirando agitadamente, pudo comprobar que si bien sus muñecas estaban atadas, estaban por delante de su cuerpo. Además sus brazos tenían movilidad. Que gesto más considerado, pensó. Podría entonces sacarse la venda. Encovado y tiritante llevó sus brazos con cierto dolor hacia su rostro. Se sacaría esa venda odiosa, con algo de dificultad. Tenía un ojo hinchado y le dolía. Hacer pasar la venda fue otro suplicio. Sin embargo sus quejas y gritos se veían aminorados por la mordaza. No pudo sacarla por arriba, por lo que tuvo que tirarla hacia abajo fuertemente, lo más que pudo para dejarla en su cuello. Luego si podía, se la quitaría completamente.
Pudiendo ver más con un ojo que con otro y respirando fuertemente comprobó lo que ya había pensado. Estaba en un bosque. Mierda se "dijo". Eso era en todo sentido un problema enorme. Sin perder tiempo se arrastro dolorosamente para apoyar la espalda en un árbol. Desde aquí aprovecho sus manos para quitarse la mordaza. Se encorvó todo lo que pudo e hizo pasar con dificultad sus manos por detrás de su nuca apoyando la amarra en esta. Aquí estuvo un buen rato tratando de sacarse los nudos que no lo dejaron gritar ni chistar mientras era vapuleado y humillado por los guardias. Tenía la cabeza entre las rodillas mientras pensaba lo que había hecho. Fue una reverenda imbecilidad. Pero desde siempre había sido muy susceptible a que lo pasaran a llevar, por eso se peleaba con sus vecinos cuando era niño.
Pasado un rato largo y doloroso. Logró liberar su boca de la mordaza tomando una fuerte bocanada de aire. Tenía cierta destreza para las cosas que requerían de usar la manos. No tanto como para abrir una cerradura con dos alfileres, pero algo de bueno tenía. Ahora si se notaba su respiración agitada. Definitivamente miedo era lo que corría por sus venas en ese momento, por sobre cualquier ansia de venganza. Sería que había aprendido la lección. No, la verdad. Solo no estaba en condiciones para pensar en eso. Listo con su boca y pasando dolorosamente sus manos otra vez por encima de su nuca. Se quitaría las amarras. En ese momento solo se le ocurría una herramienta para soltarse. Sus dientes. Los usaría junto con su lengua para sacarse el nudo.
Sintió entonces el sabor de la amarra, y se acordó de aquello que le hicieron beber cuando lo transportaban, era asqueroso- .Ahh ahhh se quejo el antes mercenario. Este dolor que sentía ahora era en especial jodido. Sentía toda su boca exigir descanso, protestar por la acción. Dael debía detenerse en cada momento por que el dolor le superaba. Pero eso no le impediría liberarse. Trató con anhelo y ansias de libertad. Era vulnerable y eso no le gustaba. Logró al fin liberar sus manos con un suspiro largo pero suave. Con esto se dio un descanso, quería dormir pero no podía ahora. La muerte sería su destino de esa forma .
Ya había acabado. Solo faltaban los pies y eso con sus manos libres no sería ningún problema. Pero estos estaban recién comenzando. Agua comida y ayuda necesitaba y tenía que encontrarla. No tenía la menor idea de como moverse en el bosque o de que podría comer o no. En la ciudad un pan duro y una cerveza. En el bosque, quien sabe que mierda es realmente comestible. El otro problema eran los misterios del bosque donde se decía que habitaban los viles bárbaros. O solo eso se le ocurría por ahora a Dael. Pero no podía darse el lujo de temer ahora. Debía sobrevivir de alguna manera. Y para eso debía saber hacia donde ir.
Lo primero que se le ocurrió fue subir un árbol. Que tan diferente debe ser de subir un edificio. Pero estaba molido.
Fue entonces cuando la ira llenó su corazón. Exiliado en el bosque, tratado como un vil canalla. Quería asesinar a toda esa ciudad maldita, hacerla arder y hundirla en su propia mierda. Hacer pagar al viejo maldito que lo había llevado hasta aquí. Quería su venganza. Y la tendré, si salgo vivo de esto juro que la tendre....
El bosque era enorme y frondoso, tal como se había imaginado alguna vez. Se apoyo contra el árbol arrodillándose y ayudado con sus manos se levanto lo mejor que pudo. Se tambaleó y sus piernas flaquearon. Solo el tronco evitaba que cayera a peso muerto. La soledad en la que estaba lo abrumaba y lo hacía enojar aún más. En que puto hoyo estoy metido. Arrastrando los pies empezó a avanzar. Palpando la superficie para evitar tropezar, usando los árboles como apoyo más que sus mismas piernas.
Estaba jodido como nunca antes. Rió de con rabia y se imagino la Gran Villa en llamas. Su odio lo podría por dentro como un parásito. Ahora sí tenía hambre y sed. Su objetivo era un río. Todo bosque tiene uno no? se dijo para sí, ingenuo. !Si existes, sería buen momento para que hicieras un poco de tu magia¡ , gritó al cielo suavemente ya que no podía forzar más su mandíbula. Dael no creía en esas cosas, pero necesitaba compañía de cualquier tipo, y un amigo imaginario es mejor que caminar absolutamente solo, triste y lastimado por caminos que nadie se atrevía a cruzar.
Dael hizo un esfuerzo por sentarse que le pareció inhumano. Pero lo logró, y respirando agitadamente, pudo comprobar que si bien sus muñecas estaban atadas, estaban por delante de su cuerpo. Además sus brazos tenían movilidad. Que gesto más considerado, pensó. Podría entonces sacarse la venda. Encovado y tiritante llevó sus brazos con cierto dolor hacia su rostro. Se sacaría esa venda odiosa, con algo de dificultad. Tenía un ojo hinchado y le dolía. Hacer pasar la venda fue otro suplicio. Sin embargo sus quejas y gritos se veían aminorados por la mordaza. No pudo sacarla por arriba, por lo que tuvo que tirarla hacia abajo fuertemente, lo más que pudo para dejarla en su cuello. Luego si podía, se la quitaría completamente.
Pudiendo ver más con un ojo que con otro y respirando fuertemente comprobó lo que ya había pensado. Estaba en un bosque. Mierda se "dijo". Eso era en todo sentido un problema enorme. Sin perder tiempo se arrastro dolorosamente para apoyar la espalda en un árbol. Desde aquí aprovecho sus manos para quitarse la mordaza. Se encorvó todo lo que pudo e hizo pasar con dificultad sus manos por detrás de su nuca apoyando la amarra en esta. Aquí estuvo un buen rato tratando de sacarse los nudos que no lo dejaron gritar ni chistar mientras era vapuleado y humillado por los guardias. Tenía la cabeza entre las rodillas mientras pensaba lo que había hecho. Fue una reverenda imbecilidad. Pero desde siempre había sido muy susceptible a que lo pasaran a llevar, por eso se peleaba con sus vecinos cuando era niño.
Pasado un rato largo y doloroso. Logró liberar su boca de la mordaza tomando una fuerte bocanada de aire. Tenía cierta destreza para las cosas que requerían de usar la manos. No tanto como para abrir una cerradura con dos alfileres, pero algo de bueno tenía. Ahora si se notaba su respiración agitada. Definitivamente miedo era lo que corría por sus venas en ese momento, por sobre cualquier ansia de venganza. Sería que había aprendido la lección. No, la verdad. Solo no estaba en condiciones para pensar en eso. Listo con su boca y pasando dolorosamente sus manos otra vez por encima de su nuca. Se quitaría las amarras. En ese momento solo se le ocurría una herramienta para soltarse. Sus dientes. Los usaría junto con su lengua para sacarse el nudo.
Sintió entonces el sabor de la amarra, y se acordó de aquello que le hicieron beber cuando lo transportaban, era asqueroso- .Ahh ahhh se quejo el antes mercenario. Este dolor que sentía ahora era en especial jodido. Sentía toda su boca exigir descanso, protestar por la acción. Dael debía detenerse en cada momento por que el dolor le superaba. Pero eso no le impediría liberarse. Trató con anhelo y ansias de libertad. Era vulnerable y eso no le gustaba. Logró al fin liberar sus manos con un suspiro largo pero suave. Con esto se dio un descanso, quería dormir pero no podía ahora. La muerte sería su destino de esa forma .
Ya había acabado. Solo faltaban los pies y eso con sus manos libres no sería ningún problema. Pero estos estaban recién comenzando. Agua comida y ayuda necesitaba y tenía que encontrarla. No tenía la menor idea de como moverse en el bosque o de que podría comer o no. En la ciudad un pan duro y una cerveza. En el bosque, quien sabe que mierda es realmente comestible. El otro problema eran los misterios del bosque donde se decía que habitaban los viles bárbaros. O solo eso se le ocurría por ahora a Dael. Pero no podía darse el lujo de temer ahora. Debía sobrevivir de alguna manera. Y para eso debía saber hacia donde ir.
Lo primero que se le ocurrió fue subir un árbol. Que tan diferente debe ser de subir un edificio. Pero estaba molido.
Fue entonces cuando la ira llenó su corazón. Exiliado en el bosque, tratado como un vil canalla. Quería asesinar a toda esa ciudad maldita, hacerla arder y hundirla en su propia mierda. Hacer pagar al viejo maldito que lo había llevado hasta aquí. Quería su venganza. Y la tendré, si salgo vivo de esto juro que la tendre....
El bosque era enorme y frondoso, tal como se había imaginado alguna vez. Se apoyo contra el árbol arrodillándose y ayudado con sus manos se levanto lo mejor que pudo. Se tambaleó y sus piernas flaquearon. Solo el tronco evitaba que cayera a peso muerto. La soledad en la que estaba lo abrumaba y lo hacía enojar aún más. En que puto hoyo estoy metido. Arrastrando los pies empezó a avanzar. Palpando la superficie para evitar tropezar, usando los árboles como apoyo más que sus mismas piernas.
Estaba jodido como nunca antes. Rió de con rabia y se imagino la Gran Villa en llamas. Su odio lo podría por dentro como un parásito. Ahora sí tenía hambre y sed. Su objetivo era un río. Todo bosque tiene uno no? se dijo para sí, ingenuo. !Si existes, sería buen momento para que hicieras un poco de tu magia¡ , gritó al cielo suavemente ya que no podía forzar más su mandíbula. Dael no creía en esas cosas, pero necesitaba compañía de cualquier tipo, y un amigo imaginario es mejor que caminar absolutamente solo, triste y lastimado por caminos que nadie se atrevía a cruzar.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Exilio...
El mercenario estaba desorientado y desesperado. Toda esperanza de vida le había sido arrebatada, su paga y ni siquiera había alcanzado a comer. Era curioso como la vida daba vueltas a tumbos de suerte. El dolor punzante que sentía en el estómago apenas si lo dejaba moverse. Quizá tuviese algo roto, quizá no. El mercenario se dispuso a liberarse con todas sus fuerzas, o más bien las pocas que le quedaban, y como un rayo de luz al final de un túnel, tuvo éxito. Poco a poco las amarras se fueron soltando hasta que dejaron libre al joven. Pero n eran muy buenas noticias. Estaba perdido en el bosque. No habían muchos bosques cerca de la Gran Villa y la verdad Dael nunca había tenido necesidad de sobrevivir en ellos, por lo que no tenía idea de que hacer. El hambre y la sed se hicieron notar en seguida. No había comido nada y no había bebido más que orina en casi 2 días. Rabia y miedo, terror y desesperación, impotencia, emociones mezcladas en su ser. Aún así, se levantó. El ojo le dolía y no permitía que viese bien, pero algo debía poder hacer. No se podía el peso de su propio cuerpo. Sus manos le escocían y es sabor seco y salado en su boca no mejoraba a situación. Estaba... cansado.
Camiando, dió un grito que asustó a las aves, pero no le importó. Los rios son frecuentes en los bosques. Caminando y caminando, oyó un riudo que jamás le habría parecido más dulce. El dulce, dulce sonido del agua corriendo. Dael no tenía experiencia en supervivencia en ambientes naturales, pero por si vida callejera sabía que no viviría mucho más si no bebía algo.
Camiando por el bosque, Dael encontró un pequeño riachuelo. Se veía lo suficientemente limpio para beber de él. Pero escuchó algo más. Voces, hablando en un idioma desconocido. Un poco más allá, si se movía, descubriría una pequeña fogata y tres hombres sentados hablando en una lengua desconocida. Sus ropas los delatarían... bárbaros.
Camiando, dió un grito que asustó a las aves, pero no le importó. Los rios son frecuentes en los bosques. Caminando y caminando, oyó un riudo que jamás le habría parecido más dulce. El dulce, dulce sonido del agua corriendo. Dael no tenía experiencia en supervivencia en ambientes naturales, pero por si vida callejera sabía que no viviría mucho más si no bebía algo.
Camiando por el bosque, Dael encontró un pequeño riachuelo. Se veía lo suficientemente limpio para beber de él. Pero escuchó algo más. Voces, hablando en un idioma desconocido. Un poco más allá, si se movía, descubriría una pequeña fogata y tres hombres sentados hablando en una lengua desconocida. Sus ropas los delatarían... bárbaros.
- Spoiler:
- OFF: Ese post fue un muy buena mejora. Describiste muy bien los pensamientos, sentimientos, acciones y la situacion de tu personaje. Te felicito.
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Exilio...
Agotado y destrozado. Humillado y golpeado. Dael seguía su camino sin destino en busca de algo de lo que poder alimentarse y por sobre todo, algo para beber. Casi sin poder caminar y ayudándose de los troncos de los árboles, llevó su patético ser por el bosque. Hasta que su pequeña oración fue escuchada al parecer. El suave cántico del agua que fluye llamó a al exiliado como cerveza a un obrero. Pero no estaba seguro de si lo que escuchaba era realmente un río o solo estaba imaginando cosas como señal de una muerte próxima. Apoyó su espalda por un momento en un buen tronco y trató de diferenciar entre lo real y lo fantástico. Al parecer los golpes en su cabeza estaban haciendo efecto. Pero esto no detuvo al pelirrojo que siguió su dolorosa marcha hasta aquella canción de ángeles que se le presentaba.
No tardó mucho en encontrar lo que buscaba. Y una sonrisa de enorme felicidad se dibujó en su rostro. Era una de las emociones más grandes que había tenido en estos días oscuros. Y sin pensar apuró la marcha apenas un poco, era todo lo que su cuerpo le permitía. Un riachuelo de agua limpia seducía la mirada del hombre y lo llamaba a beber y lavarse. Tan contento se encontraba que ya estaba preparando las oraciones para agradecer a Aenor por tal regalo. Al parecer si escuchas las súplicas , oh gran...
Su oración y su andar se vieron interrumpidos por un bullicio cercano. Un sonido familiar pero distante. Detrás de los arbustos fue a curiosear, buscando respuesta ante tal incógnita. Procurando hacer el menor ruido, se acerco siguiendo a sus oídos. La respuesta llegó tan rápido como su milagro. Tres hombres charlando en un idioma desconocido, alrededor de un buen fuego. Quien sabe qué diablos estaban hablando, pero basto verlos para que Dael sintiera pánico una vez más. Bárbaros.... Pensó rápidamente. Ni creas que te agradeceré por esto bastardo. Susurró inaudiblemente mirando hacia el cielo.
Y ahora que haría. Si se acercaba al lago a beber, lo escucharían e irían a investigar. Ese sería su fin absoluto. Estos hombres, según lo que el sabía. Eran asesinatos natos, y no dudaban a la hora de cortar un par de cabezas del Valle. No sabía que hacer, toda su esperanza se fue a cagar lombrices por otro lado. No estaba en condiciones ni siquiera para poder mostrar un poco de honor a esas bestias. Pero estaba sediento, el agua pura lo llamaba como una hermosa mujer desnuda en la cama. No había mucho que hacer después de todo.
Supuso entonces que deberían haber más cerca. Nunca van solos estas perras, se dijo con rabia, impotencia. Decidió entonces que si el destino quería verlo muerto. Disfrutaría por lo menos de un buen trago de esa agua dulce que estaba esperándolo. Lo haría con todo cuidado posible. Tenía mucho miedo y estaba temblando por ello. Sus extremidades dolían aún más que hace un momento y esto le dificultó muchísimo dar media vuelta hacia el riachuelo. Pero lo logró y se desplazó lentamente hacia el lugar. Con cuidado de no pisar alguna puta varilla que súbitamente crujiera como si de un hueso quebrado se tratase.
Y al fin llegó a su destino. Su destino final. Se arrodillo ante la orilla y se encorvó con sumo dolor para beber. Estaba deliciosa. Era la más grande dicha que había tenido. No se dio la vuelta para ver si estaban tras de el. Ya que importaba. Dael Sahaloom, que patético te has vuelto, dijo mirando su reflejo en el agua. Te rindes ante el primer inconveniente que se presenta. Supongo ya estas aburrido. Su voz era un susurro que penetró en el silencio de la noche y se perdía tan súbitamente como era lanzado. Así es esta puta vida, no creis?. Rió para sí, sintiendo nostalgia por los viejo tiempos. Se preguntó si había tomado la decisión correcta para su vida. Estaba totalmente desolado como el pero pesimista que se puede encontrar. Bebería hasta quedar saciado, o hasta que los bárbaros lo encontrasen. Al final, de todo o nada, se quedaba con nada.
No tardó mucho en encontrar lo que buscaba. Y una sonrisa de enorme felicidad se dibujó en su rostro. Era una de las emociones más grandes que había tenido en estos días oscuros. Y sin pensar apuró la marcha apenas un poco, era todo lo que su cuerpo le permitía. Un riachuelo de agua limpia seducía la mirada del hombre y lo llamaba a beber y lavarse. Tan contento se encontraba que ya estaba preparando las oraciones para agradecer a Aenor por tal regalo. Al parecer si escuchas las súplicas , oh gran...
Su oración y su andar se vieron interrumpidos por un bullicio cercano. Un sonido familiar pero distante. Detrás de los arbustos fue a curiosear, buscando respuesta ante tal incógnita. Procurando hacer el menor ruido, se acerco siguiendo a sus oídos. La respuesta llegó tan rápido como su milagro. Tres hombres charlando en un idioma desconocido, alrededor de un buen fuego. Quien sabe qué diablos estaban hablando, pero basto verlos para que Dael sintiera pánico una vez más. Bárbaros.... Pensó rápidamente. Ni creas que te agradeceré por esto bastardo. Susurró inaudiblemente mirando hacia el cielo.
Y ahora que haría. Si se acercaba al lago a beber, lo escucharían e irían a investigar. Ese sería su fin absoluto. Estos hombres, según lo que el sabía. Eran asesinatos natos, y no dudaban a la hora de cortar un par de cabezas del Valle. No sabía que hacer, toda su esperanza se fue a cagar lombrices por otro lado. No estaba en condiciones ni siquiera para poder mostrar un poco de honor a esas bestias. Pero estaba sediento, el agua pura lo llamaba como una hermosa mujer desnuda en la cama. No había mucho que hacer después de todo.
Supuso entonces que deberían haber más cerca. Nunca van solos estas perras, se dijo con rabia, impotencia. Decidió entonces que si el destino quería verlo muerto. Disfrutaría por lo menos de un buen trago de esa agua dulce que estaba esperándolo. Lo haría con todo cuidado posible. Tenía mucho miedo y estaba temblando por ello. Sus extremidades dolían aún más que hace un momento y esto le dificultó muchísimo dar media vuelta hacia el riachuelo. Pero lo logró y se desplazó lentamente hacia el lugar. Con cuidado de no pisar alguna puta varilla que súbitamente crujiera como si de un hueso quebrado se tratase.
Y al fin llegó a su destino. Su destino final. Se arrodillo ante la orilla y se encorvó con sumo dolor para beber. Estaba deliciosa. Era la más grande dicha que había tenido. No se dio la vuelta para ver si estaban tras de el. Ya que importaba. Dael Sahaloom, que patético te has vuelto, dijo mirando su reflejo en el agua. Te rindes ante el primer inconveniente que se presenta. Supongo ya estas aburrido. Su voz era un susurro que penetró en el silencio de la noche y se perdía tan súbitamente como era lanzado. Así es esta puta vida, no creis?. Rió para sí, sintiendo nostalgia por los viejo tiempos. Se preguntó si había tomado la decisión correcta para su vida. Estaba totalmente desolado como el pero pesimista que se puede encontrar. Bebería hasta quedar saciado, o hasta que los bárbaros lo encontrasen. Al final, de todo o nada, se quedaba con nada.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Exilio...
La vida podría haber pasado frente a los ojos de Dael por un instante, su vida entera, fugaz y rauda. Pero la verdad, estaba demasiado aturdido aún como para concentrarse en cualquier cosa. EL agua, su dulce canto, lo llamaban. Se arrastró hasta el riachuelo, sin importarle aquel grupo de desconocidos. Bebió el agua, estaba fría y sabía, por alguna razón exquisita. Le ardieron un poco los labios y l dolieron un tanto lso dientes, pero lo valía totalmente. Ya no escuchaba las voces de los hombres, solo bebía. Después de unos instantes, no podía más. Estaba repleto de agua en su interior y era muy agradable. Las copas de los árboles se movieron al son del viento y sus hojas se movían hermosamente. Era una escena perfecta para terminar la vida... Y todo fue oscuro en un parpadeo.
Dael despertó, de pronto, con un tremendo dolor de cabeza, particularmente en la nuca. No estaba atado, pero su en una especia de jaula de madera, muy firme y fuerte, junto a un fuego, fuera de esta. Tenía un cuenco con algo de pescado crudo y otro con agua del mismo río. Mirando más de cerca sabría donde estaba.
Un hombre, apenas lo vió moverse, se abrió paso hasta él. Lo miró y le dijo:
-Sei dahku... ¿hendaia fen?.- Preguntó. Obviamente, Dale no entendería una mísera palabra. El hombre lo miraría fijamente a los ojos.
-¿Kuala marandas?.- Preguntó otro hombre un poco más atrás. El hombre cerca de Dael se dió vuelta. Estaba sentado junto al fuego, tallando lo que parecía ser una pequeña figurilla en un trozo de madera, lanzando los pedazos cortados al fuego.
-Ras nah. Marqir umendak.- Respondió el otro. Dael no podía ni imaginarse el tipo de conversación que estaban teniendo aquellos hombres. El hombre cerca de Dael volvió a mirarle.
-¿Nahad Meroving?.- Sería la única palabra que Dael reconocería. Meroving. El idioma de los bárbaros... quizá le preguntaba si podía hablarlo. El hombre hablaba en tono fuerte, quizá demasiado. Tenía el cabello rubio y largo que bajaba por sus hombros hasta una armadura de piel. Tenía una espada en el cinto y un collar hecho de colmillos de algún animal. Tenía muchas cicatrices en el rostro, la más notoria bajaba de la parre superior de su ojo derecho hasta su labio inferior izquierdo, cruzandole toda la cara. El otro hombre no se distinguía bien. Su poblada barba rubia no dejaba ver su mentón. Sus cejas también muy pobladas le daban un aspecto duro y... barbárico por así decirlo. Tenía los dientes amarillos y le faltaban varios, se notaba cuando hablaba. Quizá la vida aún le tenía algo deparado a Dael despés de todo...
Dael despertó, de pronto, con un tremendo dolor de cabeza, particularmente en la nuca. No estaba atado, pero su en una especia de jaula de madera, muy firme y fuerte, junto a un fuego, fuera de esta. Tenía un cuenco con algo de pescado crudo y otro con agua del mismo río. Mirando más de cerca sabría donde estaba.
Un hombre, apenas lo vió moverse, se abrió paso hasta él. Lo miró y le dijo:
-Sei dahku... ¿hendaia fen?.- Preguntó. Obviamente, Dale no entendería una mísera palabra. El hombre lo miraría fijamente a los ojos.
-¿Kuala marandas?.- Preguntó otro hombre un poco más atrás. El hombre cerca de Dael se dió vuelta. Estaba sentado junto al fuego, tallando lo que parecía ser una pequeña figurilla en un trozo de madera, lanzando los pedazos cortados al fuego.
-Ras nah. Marqir umendak.- Respondió el otro. Dael no podía ni imaginarse el tipo de conversación que estaban teniendo aquellos hombres. El hombre cerca de Dael volvió a mirarle.
-¿Nahad Meroving?.- Sería la única palabra que Dael reconocería. Meroving. El idioma de los bárbaros... quizá le preguntaba si podía hablarlo. El hombre hablaba en tono fuerte, quizá demasiado. Tenía el cabello rubio y largo que bajaba por sus hombros hasta una armadura de piel. Tenía una espada en el cinto y un collar hecho de colmillos de algún animal. Tenía muchas cicatrices en el rostro, la más notoria bajaba de la parre superior de su ojo derecho hasta su labio inferior izquierdo, cruzandole toda la cara. El otro hombre no se distinguía bien. Su poblada barba rubia no dejaba ver su mentón. Sus cejas también muy pobladas le daban un aspecto duro y... barbárico por así decirlo. Tenía los dientes amarillos y le faltaban varios, se notaba cuando hablaba. Quizá la vida aún le tenía algo deparado a Dael despés de todo...
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Exilio...
Dael se despertó atontado y adolorido. La nuca le dolía y no se sentía mejor de sus dolores corporales. Esto lo hizo pensar de inmediato que no estaba en la Gloria de ningún dios. Se fijó que no estaba amarrado pero si encerrado en una jaula hecha de madera, fuertemente trenzada. Pero no todo era malo. Se fijó en algo bastante peculiar cerca de si, un plato con un pescado crudo y otro con agua. Cerca de el se encontraba un fuego acogedor que hizo sentir muy bien a Dael. Sentimiento que no duró más que un pequeño instante al darse cuenta quien estaba frente suyo.
Tal y como lo había predicho. Los bárbaros lo atacaron e hicieron de el su prisionero. Aunque para ser sincero, hasta el momento le parecía mejor ser prisionero de bárbaro antes que prisionero en la Gran Villa. Por lo menos aún no lo habían masacrado y tenía comida, cruda pero comida al fin, y un fuego cerca. Se fijó mejor y tenía frente suyo a un pelirrubio cubierto en piel y cicatrices. Se notaba que era un guerrero. Vio a unos cuantos más alrededor pero no los distinguía bien. No sabía muy bien como reaccionar ante tal situación y menos ahora que el sujeto le estaba preguntando algo en el dialecto más extraño que jamás había escuchado. Solo pudo arquear una ceja y preguntarse, Que mierda me esta diciendo
Su sorpresa aumento cuando el resto empezó a hablar también. Ya empezaba a sentirse agobiado por tanto dialecto desconocido. No podía ni imaginar que querrían de él. Estaba golpeado y maltrecho. Era una plasta de la humanidad en este momento, y parecían tratarlo como si de verdad fuera un humano. Estas dudas quedaron más o menos resultas cuando el rubio guerrero pronunció la palabra Meroving. El lenguaje de los bárbaros. Esto lo sabía debido a otras conversaciónes con mercenarios que sabían del tema.
Querían hablar con el. Querían comunicarse. Le estaban preguntando si hablaba "bárbaro". Esto si que era todo un descubrimiento. Cuando pensó que solo querrán matarlo, lo trataban siquiera de forma decente. Y se sentía agradecido por eso. Nunca había sido tratado tan bien como "prisionero". Espero esto dure por un tiempo.
Dael solo respondió negando con la cabeza, esperando que entendiera el gesto. Sin embargo ahora pasaban cosas más interesantes por la mente del pelirrojo. Una lluvia de ideas recorrió la mente de Dael. Ellos podrían "adoptarlo", podría quedarse con ellos tratar de forma parte de su tribu o lo que sea. Pensaba esto y mucho más como si fuera un niño. Pensó en la conquista de la Gran Villa, la venganza y el liderazgo de las tribus bárbaras. Se vio a el mismo asesinando y cobrando las palabras todos los que lo habían humillado. Eran las fantasías más grandes que jamás había pensado, y todas ellas en una fracción. Y por que no?, se pensó. Pero dejando de lado eso, se preocupo de lo que realmente importaba ahora. Poder sobrevivir. Y si los bárbaros eran el medio para seguir adelante con su historia. Pues que así sea
Tal y como lo había predicho. Los bárbaros lo atacaron e hicieron de el su prisionero. Aunque para ser sincero, hasta el momento le parecía mejor ser prisionero de bárbaro antes que prisionero en la Gran Villa. Por lo menos aún no lo habían masacrado y tenía comida, cruda pero comida al fin, y un fuego cerca. Se fijó mejor y tenía frente suyo a un pelirrubio cubierto en piel y cicatrices. Se notaba que era un guerrero. Vio a unos cuantos más alrededor pero no los distinguía bien. No sabía muy bien como reaccionar ante tal situación y menos ahora que el sujeto le estaba preguntando algo en el dialecto más extraño que jamás había escuchado. Solo pudo arquear una ceja y preguntarse, Que mierda me esta diciendo
Su sorpresa aumento cuando el resto empezó a hablar también. Ya empezaba a sentirse agobiado por tanto dialecto desconocido. No podía ni imaginar que querrían de él. Estaba golpeado y maltrecho. Era una plasta de la humanidad en este momento, y parecían tratarlo como si de verdad fuera un humano. Estas dudas quedaron más o menos resultas cuando el rubio guerrero pronunció la palabra Meroving. El lenguaje de los bárbaros. Esto lo sabía debido a otras conversaciónes con mercenarios que sabían del tema.
Querían hablar con el. Querían comunicarse. Le estaban preguntando si hablaba "bárbaro". Esto si que era todo un descubrimiento. Cuando pensó que solo querrán matarlo, lo trataban siquiera de forma decente. Y se sentía agradecido por eso. Nunca había sido tratado tan bien como "prisionero". Espero esto dure por un tiempo.
Dael solo respondió negando con la cabeza, esperando que entendiera el gesto. Sin embargo ahora pasaban cosas más interesantes por la mente del pelirrojo. Una lluvia de ideas recorrió la mente de Dael. Ellos podrían "adoptarlo", podría quedarse con ellos tratar de forma parte de su tribu o lo que sea. Pensaba esto y mucho más como si fuera un niño. Pensó en la conquista de la Gran Villa, la venganza y el liderazgo de las tribus bárbaras. Se vio a el mismo asesinando y cobrando las palabras todos los que lo habían humillado. Eran las fantasías más grandes que jamás había pensado, y todas ellas en una fracción. Y por que no?, se pensó. Pero dejando de lado eso, se preocupo de lo que realmente importaba ahora. Poder sobrevivir. Y si los bárbaros eran el medio para seguir adelante con su historia. Pues que así sea
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Exilio...
El bárbaro entendió ese simple gesto, prácticamente universal, con mucha claridad. El bárbaro se volvió a girar para ver a su compañero.
-Nahadna Meroving. Iska nahaden "Ukran".- Dijo el hombre, poniendo cierta enfasis en la última palabra. El otro hombre asintió con la cabeza y se fue de la escena. Era ya de noche y más allá del fuego no se veía mucho más. Pasó poco tiempo antes de que volviera con otro hombre, el cual se acercó a la celda. Era pelirrojo, igual que Dael, incluso, su tono era más "chillón" que el del mercenario. El hombre tenía una única cicatriz, en su ojo derecho, de arriba a abajo. Tenía el cabello largo, igual que su rubio compañero, aunque tenía facciones algo más finas. Sus ojos marrones brillaban con la poca luz de fuego junto a él. Puso su cara muy cerca de la celda, tanto como para que Dael pudiese tomarle el cuello y ahoracarlo. Era muy alto y corpulento.
-Tu, si tu. ¿Que haces en bosque? ¿Que buscas en bosque? Bosque no bueno para ti. Bosque es Baltersen. Hablar tu, yo entiendo lengua tuia.- El bárbaro hablaba Ithelior, con una voz grave y a la vez suave. Vago, pero lo hablaba a fin de cuentas. No usaba bien las palabras y tenía un acento muy marcado, pronunciando mucho y muy fuerte las B, además de que hacía gestos con las manos. El resto estaba medianamente bien pronunciado. Seguramente tenían a un traductor para así hablar con los hombres que capturaban y obtener información. Al menos Dael tenía como comunicarse. Lo malo es que ahora sabía con exactitud donde estaba. Se encontraba en el bosque antiguo, al sur. ¿Como lo sabía? Porque hasta el más imbécil sabía quien era Baltersen. Era el líder de los bárbaros reveldes del sur. Dael no sabía si esto sería mejor o peor...
-Nahadna Meroving. Iska nahaden "Ukran".- Dijo el hombre, poniendo cierta enfasis en la última palabra. El otro hombre asintió con la cabeza y se fue de la escena. Era ya de noche y más allá del fuego no se veía mucho más. Pasó poco tiempo antes de que volviera con otro hombre, el cual se acercó a la celda. Era pelirrojo, igual que Dael, incluso, su tono era más "chillón" que el del mercenario. El hombre tenía una única cicatriz, en su ojo derecho, de arriba a abajo. Tenía el cabello largo, igual que su rubio compañero, aunque tenía facciones algo más finas. Sus ojos marrones brillaban con la poca luz de fuego junto a él. Puso su cara muy cerca de la celda, tanto como para que Dael pudiese tomarle el cuello y ahoracarlo. Era muy alto y corpulento.
-Tu, si tu. ¿Que haces en bosque? ¿Que buscas en bosque? Bosque no bueno para ti. Bosque es Baltersen. Hablar tu, yo entiendo lengua tuia.- El bárbaro hablaba Ithelior, con una voz grave y a la vez suave. Vago, pero lo hablaba a fin de cuentas. No usaba bien las palabras y tenía un acento muy marcado, pronunciando mucho y muy fuerte las B, además de que hacía gestos con las manos. El resto estaba medianamente bien pronunciado. Seguramente tenían a un traductor para así hablar con los hombres que capturaban y obtener información. Al menos Dael tenía como comunicarse. Lo malo es que ahora sabía con exactitud donde estaba. Se encontraba en el bosque antiguo, al sur. ¿Como lo sabía? Porque hasta el más imbécil sabía quien era Baltersen. Era el líder de los bárbaros reveldes del sur. Dael no sabía si esto sería mejor o peor...
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Exilio...
El pelirrubio entendió el gesto y hablo de inmediato con uno de sus acompañantes. Quien no demoró en desaparecer entre las sombras. Dael se preguntó si es que eso era algo malo, pensó que quizás lo asesinarían en el mismo lugar por ser de la Villa. Mas, mantuvo una expresión serena. No podía temer en estas circunstancias. Los bárbaros pueden oler tal emoción , le dijeron hace tiempo.
Al poco rato llegó otro sujeto pelirrojo, de pelo largo y con una cicatriz en el rostro. Sin embargo sus facciones parecían ser más "finas". Se acercó a jaula este sujeto, tanto que Dale podía oler su respiración. Tanto que hasta pensó en tomarlo por el cuello en ese mismo instante. Instinto que reprimió por ser poco conveniente para el. Pero pasaba que este hombre tenía algo de especial. Podía hablar Ithelior, no muy bien. Pero podía.
El pelirrojo le preguntó que hacía ahí, era peligroso. Lo sé perfectamente, no soy imbécil, Pensó. Pero algo lo dejó perplejo. Habló de Baltersen, líder de los bárbaros del sur. Ahora ya sabía donde estaba. Los muy hijos de puta, se dijo, lo dejaron en un lugar "encantador" que los bárbaros reclamaban propio. Pero esto no importó tanto, cuando el sujeto frente de él le pidió la palabra. Dael respondería:
Soy Dael, era mercenario en la Gran Villa, pero fui exiliado de la ciudad por...Pensó en una excusa conveniente, algo que los hiciera considerar la idea de mantenerlo con vida. En estos momentos solo se le ocurrió decir la verdad, algo modificada, ... asesinar a un noble de la ciudad, es por eso que terminé aquí. Dael habló lento, para que el bárbaro le entendiera con claridad. Aunque no hablo de una manera ofensiva, no quería terminar en la hoya de esos sujetos. Sin embargo permaneció serio, para demostrarles que no mostraba miedo, siquiera para mostrarse con algo de honor ante ellos.
Era sin duda una situación delicada. Dael debía pensar muy bien las cosas que le diría a los bárbaros para que se lo llevarán con ellos. Pero el dolor de su cuerpo no paraba y el hambre volvía a llamar. Lo único que tenía para comer era ese pescado crudo. Pero no quería cogerlo, por eso miró con cierto aire de sumisión al sujeto, como pidiendo permiso para comer. Se imaginaba eso sí cocinándolo un poco, Dael no tenía idea como, pero sabía que si lo dejaba un rato al fuego le caería mucho mejor al estómago. Pero no tenía elección. No estaba en condición de pedir nada.
Al poco rato llegó otro sujeto pelirrojo, de pelo largo y con una cicatriz en el rostro. Sin embargo sus facciones parecían ser más "finas". Se acercó a jaula este sujeto, tanto que Dale podía oler su respiración. Tanto que hasta pensó en tomarlo por el cuello en ese mismo instante. Instinto que reprimió por ser poco conveniente para el. Pero pasaba que este hombre tenía algo de especial. Podía hablar Ithelior, no muy bien. Pero podía.
El pelirrojo le preguntó que hacía ahí, era peligroso. Lo sé perfectamente, no soy imbécil, Pensó. Pero algo lo dejó perplejo. Habló de Baltersen, líder de los bárbaros del sur. Ahora ya sabía donde estaba. Los muy hijos de puta, se dijo, lo dejaron en un lugar "encantador" que los bárbaros reclamaban propio. Pero esto no importó tanto, cuando el sujeto frente de él le pidió la palabra. Dael respondería:
Soy Dael, era mercenario en la Gran Villa, pero fui exiliado de la ciudad por...Pensó en una excusa conveniente, algo que los hiciera considerar la idea de mantenerlo con vida. En estos momentos solo se le ocurrió decir la verdad, algo modificada, ... asesinar a un noble de la ciudad, es por eso que terminé aquí. Dael habló lento, para que el bárbaro le entendiera con claridad. Aunque no hablo de una manera ofensiva, no quería terminar en la hoya de esos sujetos. Sin embargo permaneció serio, para demostrarles que no mostraba miedo, siquiera para mostrarse con algo de honor ante ellos.
Era sin duda una situación delicada. Dael debía pensar muy bien las cosas que le diría a los bárbaros para que se lo llevarán con ellos. Pero el dolor de su cuerpo no paraba y el hambre volvía a llamar. Lo único que tenía para comer era ese pescado crudo. Pero no quería cogerlo, por eso miró con cierto aire de sumisión al sujeto, como pidiendo permiso para comer. Se imaginaba eso sí cocinándolo un poco, Dael no tenía idea como, pero sabía que si lo dejaba un rato al fuego le caería mucho mejor al estómago. Pero no tenía elección. No estaba en condición de pedir nada.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Exilio...
El hombre observó a Dael con mirada crítica, de arriba a abajo, analizando sus ropas y su cuerpo. Vio sus moretones y lo débil que estaba. Llegó casi a darle lástima... casi. Era un bárbaro, la gente era distinta y obviamente también tenía una concepción del mundo distinta. Pero para la suerte de Dael, aquel bárbaro no era tan cerrado de mente, era más bien, "un hombre de mundo". Aunque no hubiese viajado tanto, Dael no sabía que ese bárbaro había viajado por el Gran Valle, viendo otras cosas. Así que hablo nuevamente...
-¿Asesinar noble? ¿Tú? ¿Para qué?.- Preguntó el hombre con su acento remarcado. Al hombre le había dado cierta intriga Dael, pues hombre "que habían asesinado a un noble" eran poco frecuentes. El hombre se dió vuelta y miró a sus compañeros.
-Nahaen enlak kujten!! Ashna henya!!.- Gritó a sus compañeros. De los arbustos salió otro hombre, haciendo un total de 4. Otros 2 bajaron de árboles. No eran 3... eran 6 bárbaros. El bárbaro vlvió a digirirse a Dael.
-Nosotros más. Tu menos. Nosotros armas, tu nada. Tu no mentir si quieres vivir. Tu comer y beber... luego contarme historia tuia.- Dijo el hombre. Definitivamente quería una historia sobre el hecho y una convincente o se dispondrían a matar al mercenario. El fuego iluminaba a los otros hombres, lam ayoría con barba y el pelo de distintos largos. Los tonos de cabello que dominaban eran el rubio y el rojizo, pero había uno de cabello castaño. Todos armados y dispuestos a deshacerse de Dael si no era convincente. Debía pensar rápido en una solución. Tenía poco tiempo para pensar...
-¿Asesinar noble? ¿Tú? ¿Para qué?.- Preguntó el hombre con su acento remarcado. Al hombre le había dado cierta intriga Dael, pues hombre "que habían asesinado a un noble" eran poco frecuentes. El hombre se dió vuelta y miró a sus compañeros.
-Nahaen enlak kujten!! Ashna henya!!.- Gritó a sus compañeros. De los arbustos salió otro hombre, haciendo un total de 4. Otros 2 bajaron de árboles. No eran 3... eran 6 bárbaros. El bárbaro vlvió a digirirse a Dael.
-Nosotros más. Tu menos. Nosotros armas, tu nada. Tu no mentir si quieres vivir. Tu comer y beber... luego contarme historia tuia.- Dijo el hombre. Definitivamente quería una historia sobre el hecho y una convincente o se dispondrían a matar al mercenario. El fuego iluminaba a los otros hombres, lam ayoría con barba y el pelo de distintos largos. Los tonos de cabello que dominaban eran el rubio y el rojizo, pero había uno de cabello castaño. Todos armados y dispuestos a deshacerse de Dael si no era convincente. Debía pensar rápido en una solución. Tenía poco tiempo para pensar...
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Exilio...
Y.....bueno. Como siempre las cosas se complican. Puede ser que vayas apurado y se interponga cada idiotez en tu camino. O te puede pasar lo que el pelirrojo estaba viviendo. El otro pelirrojo que entendía su lengua le pareció raro la explicación de Dael sobre como terminó en el bosque. Y le pidió una explicación más decente. Un problema grave. Ya que en su historia no había matado a más que un mercenario de mierda en vez de a un noble.Pero eso no lo sabía el bárbaro, o sí?
Seis hombres fuertes y armados estaban listo para asesinarlo si no daba una buena explicación, por suerte el hombre que tenía al frente le dio permiso para comer antes de hablar. Tiempo que aprovecharía pero no en exceso. Tomó el pez como pudo y se zampó la cabeza en un solo mordisco. Fue difícil desgarrar la carne del animal y mucho más aún transformarla en un bolo comestible. Varías veces tuvo que cuidarse de las espinas del animal y beber agua para hacerlo pasar por la garganta que por alguna razón no estaba tan dispuesta a comer algo crudo. Y mientras hacía su pequeño ritual, pensaba en que podría hacer para convencerlos. Y la verdad no se le ocurrió nada más productivo que explicar todo desde el principio.
En otra ocasión pudo haber dado una explicación realmente creíble e ingeniosa. A veces tenía sus momentos de mentiroso profesional. Pero este no era el caso. El pescado apenas sació su hambre, y estaba muy resentido por los golpes. Además estaba asustado por dentro. Estaba jugando con fuego, y sabía que se quemaría con cualquier paso en falso. Pero no había vuelta atrás para el. Tomo aire, y empezó un corto relato.
Como te dije. Soy mercenario. Hago de matón por dinero. Pero esta decisión fue tomada básicamente como una venganza hacia un noble que asesino a mi padre hace ya 5 años. En mi vida maté a algunos y masacre a otros. Y me disponía a hacerlo otra vez luego de que me encontrara con un hombre dispuesto a pagar buen dinero por la vida de un noble. Un Lord de la ciudad de Gran Bastión, si conocéis esa ciudad. El punto es que estaba yo tratando de saber algo más de este hombre, cuando me vi metido en una pelea con otro noble de más bajo "nivel" que me golpeó y humillo frente al mercado. Desde hace ya unos segundos que Dael cuidaba mucho las palabras que decía. Tenía miedo pero no lo haría notar. Y bueno, soy algo impulsivo y pues, lo maté de una estocada en el cuello, justo aquí . Señalando el lugar donde lo atacó. Me atraparon y encerraron. Luego como castigo me exiliaron y me golpearon hasta que se aburrieron. Y aquí estoy, encerrado una vez, pero por ustedes luego de que pude encontrar agua después de mucho caminar. De eso debe de haber pasado unos dos días ya.
Y así terminó su relato el pelirrojo. Esperando con todo su ser que se lo creyeran. Era en parte verdad. La única razón por la cual el decía que había matado un hombre de clase alta, era para que sintieran cierto respeto hacia él. Si ellos estaban realmente en contra de los hombre de la Gran Villa entonce eso haría que los pusiera de su parte, debido a que tenían un enemigo común. O por lo menos así pensaba el exiliado. En su discurso, trato de mantenerse sereno y parecer honorable. Tratar de mostrar respeto y veracidad en sus palabras. Convencerlos de que les podría servir en un futuro. Eso era todo lo que esperaba en este momento, una segunda oportunidad para vivir, una segunda oportunidad. Nada más.
Seis hombres fuertes y armados estaban listo para asesinarlo si no daba una buena explicación, por suerte el hombre que tenía al frente le dio permiso para comer antes de hablar. Tiempo que aprovecharía pero no en exceso. Tomó el pez como pudo y se zampó la cabeza en un solo mordisco. Fue difícil desgarrar la carne del animal y mucho más aún transformarla en un bolo comestible. Varías veces tuvo que cuidarse de las espinas del animal y beber agua para hacerlo pasar por la garganta que por alguna razón no estaba tan dispuesta a comer algo crudo. Y mientras hacía su pequeño ritual, pensaba en que podría hacer para convencerlos. Y la verdad no se le ocurrió nada más productivo que explicar todo desde el principio.
En otra ocasión pudo haber dado una explicación realmente creíble e ingeniosa. A veces tenía sus momentos de mentiroso profesional. Pero este no era el caso. El pescado apenas sació su hambre, y estaba muy resentido por los golpes. Además estaba asustado por dentro. Estaba jugando con fuego, y sabía que se quemaría con cualquier paso en falso. Pero no había vuelta atrás para el. Tomo aire, y empezó un corto relato.
Como te dije. Soy mercenario. Hago de matón por dinero. Pero esta decisión fue tomada básicamente como una venganza hacia un noble que asesino a mi padre hace ya 5 años. En mi vida maté a algunos y masacre a otros. Y me disponía a hacerlo otra vez luego de que me encontrara con un hombre dispuesto a pagar buen dinero por la vida de un noble. Un Lord de la ciudad de Gran Bastión, si conocéis esa ciudad. El punto es que estaba yo tratando de saber algo más de este hombre, cuando me vi metido en una pelea con otro noble de más bajo "nivel" que me golpeó y humillo frente al mercado. Desde hace ya unos segundos que Dael cuidaba mucho las palabras que decía. Tenía miedo pero no lo haría notar. Y bueno, soy algo impulsivo y pues, lo maté de una estocada en el cuello, justo aquí . Señalando el lugar donde lo atacó. Me atraparon y encerraron. Luego como castigo me exiliaron y me golpearon hasta que se aburrieron. Y aquí estoy, encerrado una vez, pero por ustedes luego de que pude encontrar agua después de mucho caminar. De eso debe de haber pasado unos dos días ya.
Y así terminó su relato el pelirrojo. Esperando con todo su ser que se lo creyeran. Era en parte verdad. La única razón por la cual el decía que había matado un hombre de clase alta, era para que sintieran cierto respeto hacia él. Si ellos estaban realmente en contra de los hombre de la Gran Villa entonce eso haría que los pusiera de su parte, debido a que tenían un enemigo común. O por lo menos así pensaba el exiliado. En su discurso, trato de mantenerse sereno y parecer honorable. Tratar de mostrar respeto y veracidad en sus palabras. Convencerlos de que les podría servir en un futuro. Eso era todo lo que esperaba en este momento, una segunda oportunidad para vivir, una segunda oportunidad. Nada más.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
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Renombre : Desconocido.
Re: Exilio...
Va dado de diez caras.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
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Re: Exilio...
El miembro 'Dael Sahaloom' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados
'Dado de diez caras ' : 1
'Dado de diez caras ' : 1
Re: Exilio...
El hombre miró muy interesado a Dael, casi boquiabierto de interesado, escuchando su historia. Parpadeaba poco y a Dael eso le agradó bastante, pues parecía que se lo había tragado todo. Los otros no entendían ni una palabra de Dael, pero por la cara de su compañero, se pusieron a hablar entre ellos. Cuando Dael terminó de hablar, el hombre miró a sus compañeros y les dijo todo en su extraño idioma. Sus compañeros también parecían sorprendidos, los hombres, todos, se fueron cerca del fuego para hablar. Después de casi una hora, el hombre fue hasta Dael...
-Tu tener fiereza de un "aajnash" y la ira de un "eiran". Tu comer con nosotros y hablar. Tu venir con nosotros.- Dijo el hombre, mientras sacaba un cuchillo y cortaba las fuertes y numerosas ataduras que no dejaban que se abriese la puerta. Esta se abrió y Dael fue libre al fin. El hombre palpó su hombro en señal de reconforte. Se dirigió a uno de sus hombres y le habló nuvamente en la lengua extraña. En pocos segundos, el hombre trajo pieles, que se las dieron a Dael.
-Abrigarte de noche fría. Venir con nosotros a fuego.- Dijo el hombre. Dael se vestiría allí mismo, y se sentaría entre los hombres. ellos sacaron palos puntiaguos y una especie de bolsa de cuero. En ella, carne de venado, típico animal de la zona. La travezaron con los palos y los pusieron al fuego. Después de un rato, estaría listo para comer. Olía muy bien. También le trajeron agua fresca. Dael seguro pensaría lo amables que eran, aunque no era tanto amabilidad, sino parte de su cultura. El traducto se sentó junto a él.
-Mi nombre es Ukran. Ellos ser Tempi, Lorrek, Islan, Merak y Eitan. Nosotros ser exploradores. Ahora yo preguntarte, ¿tu querer unirte a Baltersen? Si tu ya no tener hogar y tener odio, nosotros ayudar. Tu ayudar nosotros también. Nosotros no dar un arma a ti, pero tu poder unirte a nosotros. ¿Quieres?.- Dijo el hombre, apuntando a cada uno de sus compañeros para luego hacer gestos con las manos. Dael no podía tener mejor golpe de suerte. Era simplemente impresionante como la suerte de un hombre podía cambiar tan rápido. De la noche a la mañana, había pasado de mercenario a prisionero, de prisionero a exiliado y de exiliado a bárbaro... Los giros de los cuentos son siempre impredecibles. Todo quedaba en manos de Dael.
-Tu tener fiereza de un "aajnash" y la ira de un "eiran". Tu comer con nosotros y hablar. Tu venir con nosotros.- Dijo el hombre, mientras sacaba un cuchillo y cortaba las fuertes y numerosas ataduras que no dejaban que se abriese la puerta. Esta se abrió y Dael fue libre al fin. El hombre palpó su hombro en señal de reconforte. Se dirigió a uno de sus hombres y le habló nuvamente en la lengua extraña. En pocos segundos, el hombre trajo pieles, que se las dieron a Dael.
-Abrigarte de noche fría. Venir con nosotros a fuego.- Dijo el hombre. Dael se vestiría allí mismo, y se sentaría entre los hombres. ellos sacaron palos puntiaguos y una especie de bolsa de cuero. En ella, carne de venado, típico animal de la zona. La travezaron con los palos y los pusieron al fuego. Después de un rato, estaría listo para comer. Olía muy bien. También le trajeron agua fresca. Dael seguro pensaría lo amables que eran, aunque no era tanto amabilidad, sino parte de su cultura. El traducto se sentó junto a él.
-Mi nombre es Ukran. Ellos ser Tempi, Lorrek, Islan, Merak y Eitan. Nosotros ser exploradores. Ahora yo preguntarte, ¿tu querer unirte a Baltersen? Si tu ya no tener hogar y tener odio, nosotros ayudar. Tu ayudar nosotros también. Nosotros no dar un arma a ti, pero tu poder unirte a nosotros. ¿Quieres?.- Dijo el hombre, apuntando a cada uno de sus compañeros para luego hacer gestos con las manos. Dael no podía tener mejor golpe de suerte. Era simplemente impresionante como la suerte de un hombre podía cambiar tan rápido. De la noche a la mañana, había pasado de mercenario a prisionero, de prisionero a exiliado y de exiliado a bárbaro... Los giros de los cuentos son siempre impredecibles. Todo quedaba en manos de Dael.
- Spoiler:
- OFF: Bastardo con suerte... xD
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Exilio...
Dael lo había logrado, con el golpe de suerte más grande que había tenido en su vida. El hombre que hacía de traductor creyó toda la historia, que en buena parte era cierta. Pero más fue la alegría de este cuando abrieron su jaula y sintió la libertad. Ese hermoso sentimiento. Pensó una vez más en como la vida juega con las personas. Era increíble como la suerte de un hombre cambia de un momento a otro. Se sentía después de mucho tiempo..."feliz".
Dael sentó junto a los seis hombres al fuego, quienes colocaron un trozo de carne inmenso a cocinar sobre este. Olía exquisito y su estomago protestaba por no tener semejante pieza en su interior. Dael veía muy cordiales a estos hombres, y le pareció que nunca desaprovechaban de celebrar algo. Esto sin duda le gustó. Pero tenía que pensar también que era un estilo de vida más duro. Los bárbaros vivían de una forma muy distinta. Esperaba encajar.
Por si fuera poco su suerte, y luego de que se le presentó al grupo, se le hizo la proposición más grande que había tenido. Le pidieron que se uniera a los bárbaros del bosque antiguo, y los ayudara. ¿Cómo?, no tenía idea. Pero eso lo respondería en el camino. Sin embargo había muchas cosas que lo inquietaban. Tendría que cambiar su vida al cien por ciento. No es que tuviera mucho. Ni amigos tenía. Es por eso que tomó una decisión. Y se la comunicó al grupo.
Sería un gran honor ser parte de ustedes y ayudarlos todo lo que pueda en su lucha contra los hombres del Valle.. Habló sereno y confiado. En ese momento no tenía nada que perder, y un inmenso tesoro que reclamar. Solo le quedó esperar la respuesta de sus nuevos compañeros, los cuales le fueron presentados uno por uno, y a los cuales saludo con un gesto de cabeza en ese mismo instante.
Le quedaba mucho por hacer. Recordó esa canción que escucho hace unos días atrás mirando las estrellas, y la verdad, la canción nada decía de bárbaros. Pero Dael podía hacer cambios al guión verdad...
Dael sentó junto a los seis hombres al fuego, quienes colocaron un trozo de carne inmenso a cocinar sobre este. Olía exquisito y su estomago protestaba por no tener semejante pieza en su interior. Dael veía muy cordiales a estos hombres, y le pareció que nunca desaprovechaban de celebrar algo. Esto sin duda le gustó. Pero tenía que pensar también que era un estilo de vida más duro. Los bárbaros vivían de una forma muy distinta. Esperaba encajar.
Por si fuera poco su suerte, y luego de que se le presentó al grupo, se le hizo la proposición más grande que había tenido. Le pidieron que se uniera a los bárbaros del bosque antiguo, y los ayudara. ¿Cómo?, no tenía idea. Pero eso lo respondería en el camino. Sin embargo había muchas cosas que lo inquietaban. Tendría que cambiar su vida al cien por ciento. No es que tuviera mucho. Ni amigos tenía. Es por eso que tomó una decisión. Y se la comunicó al grupo.
Sería un gran honor ser parte de ustedes y ayudarlos todo lo que pueda en su lucha contra los hombres del Valle.. Habló sereno y confiado. En ese momento no tenía nada que perder, y un inmenso tesoro que reclamar. Solo le quedó esperar la respuesta de sus nuevos compañeros, los cuales le fueron presentados uno por uno, y a los cuales saludo con un gesto de cabeza en ese mismo instante.
Le quedaba mucho por hacer. Recordó esa canción que escucho hace unos días atrás mirando las estrellas, y la verdad, la canción nada decía de bárbaros. Pero Dael podía hacer cambios al guión verdad...
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
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Renombre : Desconocido.
Re: Exilio...
El hombre al escuchar la respuesta de Dael, se dirigió a sus compañeros, mientras ponía una mano en el hombro de mercenario.
-Et husajne Dael!! Sendaloahan!!!.- Y todos los hombres gritaron juntos, como si un de un vitoreo se tratase. Los hombre se levantaron y lo felicitaron. Todos sonreían y dejaban ver sus cicatrices. A pesar de cualquier cosa, se había convertido en un momento feliz. Después de un rato, la carne estaba lista y fueron sacando los palos del fuego. Le dieron uno a Dael, enorme y jugoso. Olía muy bien.. aunque la verdad cualquier cosa oleía bien despés de no comer por 2 dias...
Comieron, mientras los hombres bromeaba y hablaban tranquilos, aunque en tono un poco bajo. Obviamente Dael no entendía un carajo, pero luego de un rato, Ukran se volvió a Dael.
-Tu tomar decisión correcta. Pero no depende de nosotros. Depende de Baltersen y además tu tener que ahora mismo, demostrar valía y lealtad.- Dijo el hombre. Aunque su suerte era grande, los bárbaros no eran idiotas. Sabían que no podían simplemente creerle a cualquier tipo. Tendría que ponerse a prueba. Ukran se levantó y llamó a Eitan y Lorrek para que los acompañaran. Los 3 más Dael, se alejaron del campamento.
-Si tu tener 2 pruebas. Lealtad y Valía. Ahora mismo, tu demostrarás Valía tuia. Aqui en bosque hay aajnash. Tu cazar un aajnash y traer cabeza. Nosotros ya hemos cazado casi todos aajnash de zona esta. Tu cazar aajnash. Traer cabeza a campamento. Si haces, nosotros aceptarte en grupo. Todos buscar aajnash, solo tu peleas. Vamos.- Le dijo el hombre. Consiso y directo, la prueba estaba más que clara.
Los miembros del grupo, armados con antorchas que habían traido, buscaban huellas no demasiado lejos del campamento. Luego de un rato, encontraron las huellas. Las siguieron y llegaron a una pequeña madrigera. Solo había uno... los otros debían estar cazando...
-Bien, ahi aajnash. Tu pelear con aajnash y traer cabeza. Toma.- El hombe le lanzó un cuchillo a Dael. Dael se acercaría un poco, para ver a la criatura "aajnash"... era un lobo. Era de color gris, muy grande y estaba despertando. Seguro era la hembra del grupo. Era todo muy repentino, pero Dael tendría que hacerlo si quería seguir con vida. El lobo miraría a Dael... gruñía... tensión en el aire... pronto derramarían sangre...
-Et husajne Dael!! Sendaloahan!!!.- Y todos los hombres gritaron juntos, como si un de un vitoreo se tratase. Los hombre se levantaron y lo felicitaron. Todos sonreían y dejaban ver sus cicatrices. A pesar de cualquier cosa, se había convertido en un momento feliz. Después de un rato, la carne estaba lista y fueron sacando los palos del fuego. Le dieron uno a Dael, enorme y jugoso. Olía muy bien.. aunque la verdad cualquier cosa oleía bien despés de no comer por 2 dias...
Comieron, mientras los hombres bromeaba y hablaban tranquilos, aunque en tono un poco bajo. Obviamente Dael no entendía un carajo, pero luego de un rato, Ukran se volvió a Dael.
-Tu tomar decisión correcta. Pero no depende de nosotros. Depende de Baltersen y además tu tener que ahora mismo, demostrar valía y lealtad.- Dijo el hombre. Aunque su suerte era grande, los bárbaros no eran idiotas. Sabían que no podían simplemente creerle a cualquier tipo. Tendría que ponerse a prueba. Ukran se levantó y llamó a Eitan y Lorrek para que los acompañaran. Los 3 más Dael, se alejaron del campamento.
-Si tu tener 2 pruebas. Lealtad y Valía. Ahora mismo, tu demostrarás Valía tuia. Aqui en bosque hay aajnash. Tu cazar un aajnash y traer cabeza. Nosotros ya hemos cazado casi todos aajnash de zona esta. Tu cazar aajnash. Traer cabeza a campamento. Si haces, nosotros aceptarte en grupo. Todos buscar aajnash, solo tu peleas. Vamos.- Le dijo el hombre. Consiso y directo, la prueba estaba más que clara.
Los miembros del grupo, armados con antorchas que habían traido, buscaban huellas no demasiado lejos del campamento. Luego de un rato, encontraron las huellas. Las siguieron y llegaron a una pequeña madrigera. Solo había uno... los otros debían estar cazando...
-Bien, ahi aajnash. Tu pelear con aajnash y traer cabeza. Toma.- El hombe le lanzó un cuchillo a Dael. Dael se acercaría un poco, para ver a la criatura "aajnash"... era un lobo. Era de color gris, muy grande y estaba despertando. Seguro era la hembra del grupo. Era todo muy repentino, pero Dael tendría que hacerlo si quería seguir con vida. El lobo miraría a Dael... gruñía... tensión en el aire... pronto derramarían sangre...
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Exilio...
La situación de Dael era esperada. Era una raza guerra. Solo de esta forma podía demostrar su valor ante ellos. Por esto fue que tomó con gusto el arma y se acerco lo más que pudo al "aajnash" sin hacer ningún ruido. Ya no tenía hambre, y el pedazo de carne ya había sido digerido con la caminata que representó buscar al animal. No se sentía de lo mejor, su cuerpo aún dolía pero era aceptable. La euforia del momento le había hecho pasar el dolor. Fue por esto que logro acercarse a ver mejor a su enemigo. Un lobo.
No era un cazador. Pero si un buen asesino. No el mejor, pero sabía algo de acechar y tomar por sorpresa. Era una prueba difícil, pero muy acertada. Que mejor forma de mostrar su valía que haciendo una actividad que de seguro era una suerte de ritual para ellos. Estaba decidido. Era cazador contra aprendiz...
El animal lo miraba con fiereza. Estaba dispuesto a atacarle. Y Dael no se dejaría amedrentar. Se le ocurrieron varías ideas. La primera era tratar de enterrar su arma en la garganta del animal apenas se lanzara al ataque. Pero eso era difícil. Dada su condición. Pero si el animal iba por sus piernas, en cambio, solo tendría que retroceder un poco y clavar su arma en la mollera del animal. No sabía bien que hacer. Tendría eso sí que evitar su mordida en todo momento. No así su mirada.
Dael miró a su oponente a los ojos como si fuera su más grande desafío. Se veía determinación. Estaba listo. Abrió su posición los suficiente para que fuera estable y rápida para esquivar al mismo tiempo. Algo encorvado y con la daga tomada como hace dos días, con el filo apuntando hacia el rostro de su enemigo y con la otra mano algo retardada por si debía usarla. Estaba dispuesto a atacar. Trataría de sorprender a la bestia con un ataque directo hacia su cabeza. Le había resultado de maravilla hace dos días...con un humano. Esperaba tener la misma suerte en un animal.
Las posiciones estaban listas. Los contendientes giraban en un pequeño circulo estudiándose, esperando el momento oportuno para acabar con su rival. Había muchísima tensión en el aire. Sin embargo Dael iría por todo. Usaría toda la tensión acumulada, toda la ira y el odio que tenía guardado en contra del animal. Daría un paso muy largo, casi como un salto tratando de sorprender al animal. Con el cuchillo en lo alto y la otra mano adelantada para detener el cuello del animal en caso de un contraataque. Descargaría todo en contra la cabeza del lobo. Todas esas emociones encontradas a flor de piel. No fallaría en su primera prueba. Sería uno de ellos a como de lugar.
Si algo llegaba a salir mal tendría que retirarse y empezar de nuevo. En todo caso, no tenía muchas oportunidades tampoco. Como siempre se trataba de todo o nada para el joven Dael. Suerte y habilidad, destino y poder. Atacaría justo ahora después de una danza que le pareció eterna, pero no fueron más de unas fracciones. ¡Vamos entonces, aajnash!. Y saltó a enfrentarse a su destino.
No era un cazador. Pero si un buen asesino. No el mejor, pero sabía algo de acechar y tomar por sorpresa. Era una prueba difícil, pero muy acertada. Que mejor forma de mostrar su valía que haciendo una actividad que de seguro era una suerte de ritual para ellos. Estaba decidido. Era cazador contra aprendiz...
El animal lo miraba con fiereza. Estaba dispuesto a atacarle. Y Dael no se dejaría amedrentar. Se le ocurrieron varías ideas. La primera era tratar de enterrar su arma en la garganta del animal apenas se lanzara al ataque. Pero eso era difícil. Dada su condición. Pero si el animal iba por sus piernas, en cambio, solo tendría que retroceder un poco y clavar su arma en la mollera del animal. No sabía bien que hacer. Tendría eso sí que evitar su mordida en todo momento. No así su mirada.
Dael miró a su oponente a los ojos como si fuera su más grande desafío. Se veía determinación. Estaba listo. Abrió su posición los suficiente para que fuera estable y rápida para esquivar al mismo tiempo. Algo encorvado y con la daga tomada como hace dos días, con el filo apuntando hacia el rostro de su enemigo y con la otra mano algo retardada por si debía usarla. Estaba dispuesto a atacar. Trataría de sorprender a la bestia con un ataque directo hacia su cabeza. Le había resultado de maravilla hace dos días...con un humano. Esperaba tener la misma suerte en un animal.
Las posiciones estaban listas. Los contendientes giraban en un pequeño circulo estudiándose, esperando el momento oportuno para acabar con su rival. Había muchísima tensión en el aire. Sin embargo Dael iría por todo. Usaría toda la tensión acumulada, toda la ira y el odio que tenía guardado en contra del animal. Daría un paso muy largo, casi como un salto tratando de sorprender al animal. Con el cuchillo en lo alto y la otra mano adelantada para detener el cuello del animal en caso de un contraataque. Descargaría todo en contra la cabeza del lobo. Todas esas emociones encontradas a flor de piel. No fallaría en su primera prueba. Sería uno de ellos a como de lugar.
Si algo llegaba a salir mal tendría que retirarse y empezar de nuevo. En todo caso, no tenía muchas oportunidades tampoco. Como siempre se trataba de todo o nada para el joven Dael. Suerte y habilidad, destino y poder. Atacaría justo ahora después de una danza que le pareció eterna, pero no fueron más de unas fracciones. ¡Vamos entonces, aajnash!. Y saltó a enfrentarse a su destino.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
Información de Personaje
Lugar de Nacimiento : La Gran Villa
Títulos :
Renombre : Desconocido.
Re: Exilio...
El lobo miraba con sus amarillos ojos al mercenario. Los otros bárbaros se quedaron callados y de brazos cruzados. Ni siquiera pensaban en tocar sus armas. Si Dael moría contra un lobo, no serviría como guerrero. Eso pensaban. Si Dael quería demostrarse así mismo, debía matar y quitarle la cabeza a un lobo.
El "aajnash" como lo llamaban los bárbaros estaba recostado. Se levantó lentamente, al ver a Dael. EStaban solo a un par de metros... Dael solo con un cuchillo y el lobo con sus colmillos y garras. Era en reladad, una pelea igualada en varios sentidos. Claro que Dael aún así, contaba con cierta desventaja. El lobo se levantó apenas el mercenario dió un paso hacia él y comenzaron a hacer un círculo, intentando ver quien era la presa y quien el cazador.
El lobo derrepente gruñía y mostraba los dientes en obvia señal de amenaza. Tenía los cabellos grices y media más de 1 metro de alto. Era un lobo sumamente grande. Sus patas eran enormes y sus garras se veían también, my largas. Al parecer, estaba muy enfadado, Dael pudo verlo en sus ojos. También había pasado por cosas malas. Era la hora definitiva.
Después de moverse un rato el lobo se detuvo. Ya no estaban cerca del ahogera, por lo que el frío se hacía notar y la respiración se veía como vaho en el aire. El lobo gruño...
Se lanzó al ataque. Salió gruñendo a iba a mordel a Dael en el brazo que sujetaba el cuchillo y luego se lanzaría con un zarpaso contra su pecho y rostro. El aliento del lobo se sentiría muy cálido y el sabor a sangre en la boca lo haría aún más peligroso...
El "aajnash" como lo llamaban los bárbaros estaba recostado. Se levantó lentamente, al ver a Dael. EStaban solo a un par de metros... Dael solo con un cuchillo y el lobo con sus colmillos y garras. Era en reladad, una pelea igualada en varios sentidos. Claro que Dael aún así, contaba con cierta desventaja. El lobo se levantó apenas el mercenario dió un paso hacia él y comenzaron a hacer un círculo, intentando ver quien era la presa y quien el cazador.
El lobo derrepente gruñía y mostraba los dientes en obvia señal de amenaza. Tenía los cabellos grices y media más de 1 metro de alto. Era un lobo sumamente grande. Sus patas eran enormes y sus garras se veían también, my largas. Al parecer, estaba muy enfadado, Dael pudo verlo en sus ojos. También había pasado por cosas malas. Era la hora definitiva.
Después de moverse un rato el lobo se detuvo. Ya no estaban cerca del ahogera, por lo que el frío se hacía notar y la respiración se veía como vaho en el aire. El lobo gruño...
Se lanzó al ataque. Salió gruñendo a iba a mordel a Dael en el brazo que sujetaba el cuchillo y luego se lanzaría con un zarpaso contra su pecho y rostro. El aliento del lobo se sentiría muy cálido y el sabor a sangre en la boca lo haría aún más peligroso...
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Exilio...
La bestia se movió antes que Dael, pero no sería sorprendido. Si las piernas le respondían se lanzaría igualmente a contraatacar. Trataría de moverse hacia un lado, solo un poco. Lo suficiente para evitar la mordedura. Con su brazo izquierdo se defendería la cara y con el codo el pecho y algo de su abdomen para evitar rasguños en la susodicha zona. Su brazo derecho lo bajaría, como buscando una puñalada ascendente, que en el mejor de los casos atravesaría la garganta del inmenso animal. Por otro lado, debía estar encorvado y ladeado, para que el lobo tuviera la menor superficie de contacto posible. Con sus piernas daría un buen paso, yendo al encuentro de su enemigo.
La tensión se sentía muy fuerte en el aire. Se notaba que la bestia había pasado por un mal momento, que no quería ser molestada. Dael se sentía igual. Que estaba luchando en contra de un igual. Contra si mismo, llegó a pensar antes del ataque. Los mismos ojos concentrados y furiosos. La misma actitud fiera y dispuesta. En ese momento no veía un animal bruto y estúpido. Se miraba a un espejo.
La prueba por tanto era perfecta. Si no era capaz de lidiar contra un igual. No servía de nada. No se daría esa humillación. No podía. ¡Y no lo haré, venga!
La tensión se sentía muy fuerte en el aire. Se notaba que la bestia había pasado por un mal momento, que no quería ser molestada. Dael se sentía igual. Que estaba luchando en contra de un igual. Contra si mismo, llegó a pensar antes del ataque. Los mismos ojos concentrados y furiosos. La misma actitud fiera y dispuesta. En ese momento no veía un animal bruto y estúpido. Se miraba a un espejo.
La prueba por tanto era perfecta. Si no era capaz de lidiar contra un igual. No servía de nada. No se daría esa humillación. No podía. ¡Y no lo haré, venga!
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
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Renombre : Desconocido.
Re: Exilio...
Tirada de "Combate con armas de Filo" y de "Esquivar" No importa el orden, solo aclara que tirada es cual.
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Exilio...
Va dado 100 caras combate armas de filo (47)
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
Fecha de inscripción : 04/06/2012
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Renombre : Desconocido.
Re: Exilio...
El miembro 'Dael Sahaloom' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados
'Dado de cien caras ' : 47
'Dado de cien caras ' : 47
Re: Exilio...
Va dado 100 caras esquivar (45)
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
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Re: Exilio...
El miembro 'Dael Sahaloom' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados
'Dado de cien caras ' : 40
'Dado de cien caras ' : 40
Re: Exilio...
Dael miraba asu enemigo a los ojos, sin descuidar los movimientos de este. El frío hacía que le doliese un poco los dedos y que los sintiese un poco lentos, pero eso no importó. El lobo se lanzó con toda su ira hacia el brazo de Dael, el cual se movió con una precisión que asustaría a cualquiera. Los dientes rozaron la mano de Dael, con mucha suerte de no tocarlos. Dael sintió el cáido hálito del lobo en su mano.
Su mano y sus piernas se movieron con una velocidad terrorífica. Los bárbaros quedaron sorprendidos, especialmente cuando Dael se acercó y con una fuerte puñalada, atravezó la garganta del animal. Al hacer esto, el animal exhaló fuertemente y se escuchó como un pequeño sollozo. Dael estaba muy cerca del animal. Este cayó en los brazos del mercenario, sacando la lengua. La sangre, cálida, se derramaba por Dael y le daba cierto calor... el cual salía del lobo. Los hombre miraron atentamente la pelea. No duró más que unos segundos y pocos mataban a un lobo tan desarmados y tan rápido. El lobo miró a Dael una última vez y exhaló su hálito por última vez. Aquel aajnash había muerto. Dael se había probado a si mismo frente a los bárbaros. Ahora quizá le respetarían. Después de que el lobo murió, Ukran se acercó a Dael y le tocó el hombro.
-Lo has hecho bien. Has demostrado valía. Tu tener que unirte a nosotros. Eres un verdadero "Aajnashen". Ven!! Celebremos!!.- Dijo el hombre y los otros 2 vitorearon. Ahora, antes de irse, Dael debía levarse la cabeza del lobo en señal de victoria. Era tradición. Luego de hacer eso, volverían al campamento y Dael podría por fin dormir, en una cama hecha con pieles. Los otros hombres también le felicitarían. Todos comerían y beberían y los hombre quedarían de guardias. Dael se había ganado a ese pequeño grupo con su hazaña... pero ahora venía lo más dificil. Una vez en el campamento, Ukran se le acercaría por última vez por esta noche...
-Mañana nosotros partir a base. Presentarte a Baltersen. El te juzgará. Ahora duerme, mañana largo camino que recorrer.- Con esas últimasp alabras, Ukran se iría con su arco a esconderse y montar guardia. Dael, aún dormiría desarmado y alejado de los demás, pero al menos tenía comida y cama y ya no planeaban matarle. Al fin, algo de luz...
Su mano y sus piernas se movieron con una velocidad terrorífica. Los bárbaros quedaron sorprendidos, especialmente cuando Dael se acercó y con una fuerte puñalada, atravezó la garganta del animal. Al hacer esto, el animal exhaló fuertemente y se escuchó como un pequeño sollozo. Dael estaba muy cerca del animal. Este cayó en los brazos del mercenario, sacando la lengua. La sangre, cálida, se derramaba por Dael y le daba cierto calor... el cual salía del lobo. Los hombre miraron atentamente la pelea. No duró más que unos segundos y pocos mataban a un lobo tan desarmados y tan rápido. El lobo miró a Dael una última vez y exhaló su hálito por última vez. Aquel aajnash había muerto. Dael se había probado a si mismo frente a los bárbaros. Ahora quizá le respetarían. Después de que el lobo murió, Ukran se acercó a Dael y le tocó el hombro.
-Lo has hecho bien. Has demostrado valía. Tu tener que unirte a nosotros. Eres un verdadero "Aajnashen". Ven!! Celebremos!!.- Dijo el hombre y los otros 2 vitorearon. Ahora, antes de irse, Dael debía levarse la cabeza del lobo en señal de victoria. Era tradición. Luego de hacer eso, volverían al campamento y Dael podría por fin dormir, en una cama hecha con pieles. Los otros hombres también le felicitarían. Todos comerían y beberían y los hombre quedarían de guardias. Dael se había ganado a ese pequeño grupo con su hazaña... pero ahora venía lo más dificil. Una vez en el campamento, Ukran se le acercaría por última vez por esta noche...
-Mañana nosotros partir a base. Presentarte a Baltersen. El te juzgará. Ahora duerme, mañana largo camino que recorrer.- Con esas últimasp alabras, Ukran se iría con su arco a esconderse y montar guardia. Dael, aún dormiría desarmado y alejado de los demás, pero al menos tenía comida y cama y ya no planeaban matarle. Al fin, algo de luz...
- Spoiler:
- Realmente eres un bastardo con mucha suerte xDDD
Cuentacuentos- Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Exilio...
Y lo logró. Fue perfecto. Los tiempos fueron exactos. Casi como una coreografía...
Dael sentía la sangre caliente y la mano de Ukran en su hombro como señal de victoria. Pero la misión aún no terminaba. Dael con el mismo cuchillo le cortaría la cabeza al animal sin mucho sadismo. El mínimo que pudo realizar. Sentía respeto hacia su victima. Por todos esos sentimientos encontrados que tuvo hace un momento. Y luego de un rato, tuvo la cabeza ensangrentada en sus manos, que no estaban mejor. Y con un pequeño grito alzó la cabeza sin vida del lobo ante sus nuevos camaradas bárbaros, quienes celebraron un buen rato antes de volver a la vigía. Pero Dael tenía cierta inquietud antes de irse del lugar, por lo que preguntó al Ukran lo siguente. Podría quedarme con los dientes del animal y hacerme un collar más tarde y, de ser posible llevarme su piel. Dael esperaba una positiva, pues quería cambiar un poco sus accesorios, los cuales nunca tuvo, pero consideraba oportuno usarlos. Era su primera presa de caza, y quería un recuerdo de esta.
Ya habiendo celebrado, y habiendo lo hombres tomado sus lugares en la guardia. Ukran se acerco a Dael para decirle que todavía faltaba la prueba más importante. Y era la de presentarse ante el líder de ello. Dael solo asintió y se despidió de su nuevo camarada. Ahora envuelto en pieles que sus compañeros bárbaros le entregaron podría dormir bien, después de mucho tiempo. Estaba muy a gusto y feliz por su logro. Tener una cabeza en putrefacción no lo hacía tan feliz pero eso era un detalle. Al fin algo de luz, y buen sueño reparador..
Y así cayó Dael en un sueño tan profundo que ni los sueños lograron perturbarlo. Logró descansar y prepararse para el que sería su prueba definitiva. No se imaginaba como sería aquel hombre. Muy fuerte de seguro. Pero nada más. Ya no pensaba en su venganza, ni en nada. Solo dormir y descansar. Con el estómago llego, la sed saciada, y un logro muy grande sobre sus hombros.
Dael sentía la sangre caliente y la mano de Ukran en su hombro como señal de victoria. Pero la misión aún no terminaba. Dael con el mismo cuchillo le cortaría la cabeza al animal sin mucho sadismo. El mínimo que pudo realizar. Sentía respeto hacia su victima. Por todos esos sentimientos encontrados que tuvo hace un momento. Y luego de un rato, tuvo la cabeza ensangrentada en sus manos, que no estaban mejor. Y con un pequeño grito alzó la cabeza sin vida del lobo ante sus nuevos camaradas bárbaros, quienes celebraron un buen rato antes de volver a la vigía. Pero Dael tenía cierta inquietud antes de irse del lugar, por lo que preguntó al Ukran lo siguente. Podría quedarme con los dientes del animal y hacerme un collar más tarde y, de ser posible llevarme su piel. Dael esperaba una positiva, pues quería cambiar un poco sus accesorios, los cuales nunca tuvo, pero consideraba oportuno usarlos. Era su primera presa de caza, y quería un recuerdo de esta.
Ya habiendo celebrado, y habiendo lo hombres tomado sus lugares en la guardia. Ukran se acerco a Dael para decirle que todavía faltaba la prueba más importante. Y era la de presentarse ante el líder de ello. Dael solo asintió y se despidió de su nuevo camarada. Ahora envuelto en pieles que sus compañeros bárbaros le entregaron podría dormir bien, después de mucho tiempo. Estaba muy a gusto y feliz por su logro. Tener una cabeza en putrefacción no lo hacía tan feliz pero eso era un detalle. Al fin algo de luz, y buen sueño reparador..
Y así cayó Dael en un sueño tan profundo que ni los sueños lograron perturbarlo. Logró descansar y prepararse para el que sería su prueba definitiva. No se imaginaba como sería aquel hombre. Muy fuerte de seguro. Pero nada más. Ya no pensaba en su venganza, ni en nada. Solo dormir y descansar. Con el estómago llego, la sed saciada, y un logro muy grande sobre sus hombros.
Dael Sahaloom- Fecha de nacimiento : 25/03/1994
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