La frontera.

Por fin, tras unos dias de camino llegó a la maltrecha Irien. Hacia ya dos años que habia desertado de las filas y que no pisaba esta tierra, pero la recordaba muy bien; quizas demasiado.
Andó entre las ruinas del porton y leyó la inscripción.

-Muy alentadora- Susurró bromeando para si mismo.

Caminaba con el arco semitensado y el escudo acomodado en su brazo siniestro, hacia mucho que habia aprendido que en esta tierra habia que estar preparado para luchar, y luchar tan rapido como fuera posible.
Sin embargo, esta tierra cada vez le era mas... familiar, al contrario de lo que esperaba una parte de el se sentia comodo en esta tierra. Arkanos sintió un escalofrio y aparto estos pensamientos, habia venido a buscar a Elendil y a llevarlo de vuelt al reino humano y eso era lo que iba ha hacer.