La tienda arrasada y el asesino misterioso

Cuando despertó pensó en sus fallos la noche de la pelea y llegó a la conclusión de que quería morir pero al ver que ese hombre le estaba ayudando recordó las enseñanzas de su mentor, la gente así necesitaba protección y él debía brindársela, cuando el hombre acabó de inspeccionarle se sentó en la cama y se puso las manos en la cara un momento, aun tenía cierto mareo pero nada que no pudiera controlar, levantó la mirada al hombre que le cuidaba y le dijo:

- Le agradezco que me ayude buen señor pero tengo que preguntarle esto ¿Porque lo ha hecho? -.

Acto seguido vio que no podía estar sentado sin marearse demasiado y se volvió a tumbar, dio un suspiro y miró el cielo a traves de un agujero en el techo esperando la respuesta de aquel buen hombre.

-Pues se nota que no me reconoces, quizá porque eras muy pequeño.- Dijo el hombre. Teníai canas y la parte superior de la cabeza absolutamente pelada resaltaban sus ojos verdes. Tenía arrugas pero no demasiadas. Su barba a medio afeitar lo hacía verse un poco más viejo. Sus cejas, muy pobladas, y sus grandes ojos y nariz le daban un aspecto un tanto cómico y amable.

-Soy Rhem Holemtar. Yo formé parte del gremio. De hecho, fui uno de los que te acogió en primera instancia. Probablemente no lo recuerdes. Aún así, te reconocí al instante.- Dijo el hombre mientras se levantaba y traía una tetera de agua hirviendo. Sacó debajo de la cama una especia de bol de cerámica y lo llenó de agua. Acto seguido, volvió a la sala a buscar un pequeño trozo de tela y lo mojó en el agua caliente y se lo puso en la frente a Aren.

-El vapor de ayudará. Ahora dime, ¿En que lío andas metido?.- El anciano asesino lo miró expectamente, con una gran ceja alzada que le causaba un tanto de gracia a Aren.

El joven asesino abrió mucho los ojos sorprendido, lo que le causo escozor, hizo una rápida reverencia con la cabeza a su superior.

- Maestro Rhem, disculpadme, hacia mucho que no le veía, todos creían que había muerto... -.

Cuando se encontró mejor de la vista se acomodó un poco y tras mirar algo avergonzado a Rhem respondió a la pregunta de aquel famoso personaje de su consorcio.

- Debe de saber que hace poco menos de una semana atacaron y mataron a todos los de la hermandad, creí estar vivo solo yo pero me place saber que aun vive maestro Rhem... encontré una pista sobre quien podría haber planeado tal crimen, al parecer y según encontré en la tienda hay asesinos enemistados con nosotros y peleé con unos guardias que llevaban tatuada una marca de un escorpión ¿Sabe usted algo de eso? Maestro -.

Mientras el anciano pensaba en lo que conocía Aren se levantó como pudo y se miró el brazo, se giró al anciano y le preguntó:

- ¿Podría enseñarme alguna manera de fortalecerme como usted? Maestro Rhem... -. Se arrodilló pesadamente frente al anciano -... ''El azote de Tyriel'' -.

El hombre no mostró ni un ápice de sorpresa. De hecho, si hubiese mostrado algo de desconcierto hubiese sido por el hecho de que Aren sobrevivió. El hombre se mostraba calmo mientras Aren le mostraba la situacion.

-Escorpión... llegaron antes de lo esperado.- Dijo el hombre. Se levantó y se buscó una silla para sentarse.

-Recuestate chico o te vas a matar. Olvídate de prácticar al menos unos 2 días más.- el hombre se puso serio y la verdad era intimidante a pesar de su amable y cómico aspecto... su mirada parecía penetrar a Aren hasta la médula.

-Estoy vivo poque nadie sabe que existo. Recuerda que me retiré del gremio hace mucho. Pero sabía que este día llegaría. El día del escorpión rojo. ¿Ese fue el tatuaje que viste no?. Bueno, no muchos lo saben, pero el Escorpión Rojo es el gremio que siempre fue el rival del nuestro, el gremio Águila Nocturna.- ...Hizo una leve pausa, tomó aire y suspiró -... Y juraron que algún día todos los águilas nocturnas pagarían por la obra de los Ruiseñores. Te apuesto que no tienes idea que son los Ruiseñores. Bueno, el fin, descansa por ahora, no estarás en condición de combatir al menos en un par de días.- Dicho esto el hombre se levantó y miró por una destrozada ventana en la habitación de Aren. Solo era otro día en Tyriel.

-Te voy a contar una historia que pensabas solo eran leyendas, ¿Estás listo?.- Dijo el hombre, girándose a Aren.

IMPORTANTE:

Spoiler:

(OFFROL: perdona que lo hiciera pero simplemente es uno de muchos títulos que tendría ese npc, simplemente para darle autoridad, aun así disculpa)

Aren obedeció y se recostó, no le hacia ni pizca de gracia estar en ese estado y menos con todo Tyriel reclamando su cabeza pero debía hacer caso al anciano, al parecer la masacre no fue por un acto de traición (al menos en principio), sino que se trataba de algo preparado desde hacia mucho, eso le sorprendió de sobremanera, una venganza había caído sobre los suyos y el anciano Rhem sabía porque.

- Realmente es cierto que no se nada al respecto, decidme pues maestro ¿que ocurrió? -.

Aren tosió y el anciano se dispuso a comenzar pero cuando el joven asesino acabó de toser le interrumpió con otra pregunta.

- Disculpe maestro ¿Donde estamos exactamente? -.

(OFFROL: Aquí te dejo unos escudos personales de cada gremio por si los quieres poner en alguna parte más adelantes =D)

Escorpión rojo:

Aguila nocturna:

El maestro Rhem, sentado junto a Aren, esperó a que este se recostara yy mirando afuera, la luz de día y el sonido de un par de personas pasando por fuera y maldiciendo o gritando borrachadas. El polvo se veía como un espectáculo de pequeños insectos revoloteando a la luz. Rhem miró a Aren y suspiró...

-Estamos en mi casa, de hecho. Un asesino no se retira exactamente con mucho dinero.- Rhem se miró las manos y las empuño, parecía recordar algo. Volvió a mirar afuera... parecía un pájaro enjaulado que quería salir a volar, pero que tenía las alas rotas... o al menos, eso se le venía a la cabeza.

-Los Ruiseñores, Aren. Eso fue. Verás, ya que el gremio ha sido prácticamente destruido, no tiene caso ocultarlo. Antiguamente, además de los asesinos, habían 3 personas que dirigían en secreto el gremio. Eran los mejores 3 asesinos y ladrones de todos. Estos 3 tenían las misiones más peligrosas y más importantes. Eran conocidos por muy pocos como El Triunvirato de los Ruiseñores. Pertenecer al Triunvirato significaba estar en los círculos máximos y conocer los mayores secretos, por lo que había que tener 2 requisitos... compromiso total y habilidad innata. Y formé parte de décimo séptimo triunvirato, hace ya años.- El anciano carraspeó, pero no se detuvo.

-En fin. Un día, durante la época del décimo quinto triunvirato, el escorpión rojo encontró el mayor secreto de los Ruiseñores... El Templo. Es un antiguo lugar, escondido en las cercanías de Tyriel.. la misión principal de los Ruiseñores era proteger la entrada... pero jamás cruzar la puerta. El escorpión rojo de alguna manera sabía lo que allí había escondido... y lograron entrar. Después de descubrir el secreto del Templo, El Escorpión Rojo se volvió fuerte. Y más fuerte, y más fuerte. Hasta hace poco, lograron su cometido. Acabaron con el Águila Nocturna.... Y Ahora tienen El Templo.- El anciano pareció sorprenderse así mismo hablando de más. Carraspeó otra vez y se detuvo.

Aren observó de nuevo los alrededores, nunca había imaginado que un hombre de tanto renombre como Rhem pudiera acabar asi... se centró en escuchar la historia y miró sorprendido al anciano cuando se detuvo, creyó entenderlo todo hasta ese momento y dedujo que el anciano había parado por si tenía alguna pregunta, lógicamente así era por lo que tragó saliva y pregunto:

- Maestro entiendo lo del Triunvirato pero no entiendo como es posible que el escorpión rojo encontrara dicho secreto, imagino que su líder pertenece o perteneció al grupo pero el templo era secreto ¿No? -.

Aren se sentía honrado, seguramente conocer esa información se reservaba a los mejores asesinos, el evidentemente no lo era pero Rhem confiaba en él como para contarle aquello así que se centró en escucharlo todo y memorizarlo por si le era de utilidad el mas mínimo detalle más adelante, había jurado vengarse por lo de sus hermanos por lo que en cuanto el anciano le empezó a contar aquello decidió obedecer cualquier recado que le mandara...

El anciano miró a Aren. Lo ojeó de arriba a abajo y simplemente continuó luego de un suave suspiro.

-El líder del Escorpión Rojo es Raskos, y si, era parte del décimo quinto trinvirato. No se porqué tienen tanto odio por el Águila Negra, pero ya no importa. De hecho, sentí que me sentía obligado a contarte, puesto que somos los últimos 2 miembros con vida y aún peor... yo ya estoy muy viejo.- Dijo el hombre, mientras intentaba lentamente levantarse. Un leve crujido de rodillas lo acompañó con una leve mueca, demostrando que ya se había levantado y vuelto a sentar muchas veces.

-La vida no es siempre justa. Pero quizás podamos hacer algo.- Dijo el anciano mirando hacia afuera para ver su habían moros en la costa.

Aren entendió la situación en la que se encontraban, asintió para si y esperó a que el anciano acabara de hablar, miró el cielo y pensó lo que quería decir.

- Maestro, por favor decidme ¿Que es lo que podemos hacer? -.

A pesar de sus heridas Aren haría lo posible por ayudar a cada momento, se pasó una mano por las vendas y se estremeció un poco, aun le quedaba bastante para recuperarse, mientras el anciano pensaba su respuesta Aren miró por la rudimentaria ventana y vio pasar a la gente de lejos, cuando Rhem se dispusó a hablar se giró y le miró con atención.

Tira un dado de 10 caras por favor

Tirada de dados. (XD me acabo de pasar las misiones del Skyrim de estos , mola XD)

El miembro 'Aren' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de Dados

'Dado de diez caras ' : 5

(Oh no, he sido descubierto xD. Perdona la demora tambien)

Rhem simplemente miró hacia afuera. Habían un par de personas mirando de manera extraña la csa, pero nada fuera de lo común. Simplemente quedó pensativo, sin decir nada. Luego de un rato, Rhem se dirigió a Aren...

-Bueno, este es un asunto que debemos tomar en nuestras manos. Pero no solos. Tendremos que viajar a la Gran Villa y buscar ayuda con el Aguila Nocturna que alí se encuentra. Necesitamos soldados. Esto será una guerra. Y yo... yo te entrenaré en el camino. Mañana saldremos, pues ya deberías poder moverte más o menos bien.- Rhem, salió de la habitación algo preocupado, incluso algo apurado. Aren seguramente aún estaba atontado por el dolor de las heridas y más aún por tanta información sorpresiva que de pronto se le dio... pero al menos sabía que hacer ahora... acabar con el Escorpión Rojo.

Tras analizar la información se quedó sorprendido, era la primera vez que saldría de la ciudad, la Gran Villa, un extenso camino la separaba de Tyriel.

- Ir al norte... nunca he salido de aquí... sera divertido -.

Dijo para si el joven asesino. Miró al que a partir de ese día seria su maestro, pero tenía una duda.

- De acuerdo maestro pero tengo una duda ¿Que llevaremos al viaje? -.

Aren nunca había tan lejos y no tenía dinero ni buena reputación como para comprar nada, así que pensó que como mucho llevarían un par de platos y vasos y que conseguirían la comida por el camino...

El hombre miró a Aren y miró por la ventana. Una cara de sorpresa invadió su rostro y Aren seguro entendería de inmediato lo que pasaba.

-No llevamos nada. Mejor levantate y apresurate... nos vamos ya!.- El hombre se apresuró y se metió en la otra sala a juntar algunas cosas. Los hombres que comenzaban a juntarse afuera no intentaban acercarse a más de unos pasos de la propiedad.

-Aren, mejor apresurate. Tendrás que caminar, me importa un carajo que te duela.- Dijo el hombre en obvio apuro. Los hombres comenzaban a prender antochas fuera...

En el momento de surgir la amenaza Aren se obligó a centrarse, cogió su daga y mientras seguía al anciano por la casa se fue vistiendo como podía los recuerdos del ataque al gremio le sobresaltaron pero no podía distraerse, la amenaza era inminente, pero Aren no conocía ese lugar y le preguntó a su maestro:

- ¿No hay ninguna salida por detrás? -.

Aren aun estaba un poco mareado pero su mente estaba ahora clara, ahora no debía luchar sino huir de la cuidad... habían puesto precio a su cabeza allí así que ahora debía buscar suerte en otra parte...