Descripción del Marquesado de Holfburg

Marquesado de Holfburg

Blasón


El escudo de los Holfburg tiene un fondo amarillo u Oro, dicho color, simbolizado con el topacio, corresponde con las características heráldicas de la Nobleza, magnanimidad, poder, luz, constancia y sabiduría. Es el color característico de todos los marquesados del Valle y para los que portan este color en su escudo su deber heráldico es luchar por el bien, luchar por sus príncipes y por los pobres hasta la última gota de su sangre.

El águila negra representa la generosidad, magnanimidad y la bizarría de espíritu ya que desde las alturas observa que se cumplan todas las obligaciones destinadas a su cargo, desde las mayores a las menores.

Lema: Volamos mas allá de la rendición.

Descripción

En mis viajes por todo el Valle de Aenor, yo Albert Gulein he podido catalogar muchas y diversas tierras y, de entre ellas, hoy les hablaré del marquesado de Holburg.

El marquesado de Holfburg ocupa una estrecha franja de tierra fronteriza que discurre entre la rivera sur del río Ithelior, al sur de los territorios de los Stark de Stukkland, al este del Gran Bastión y al oeste del Castillo del Cuervo, llegando prácticamente al Bosque Antiguo. Dicho territorio es una tierra de fronteras que muchos calificarían de páramo pues es de las primeras zonas en sufrir en conflicto entre el Bastión y el Magrave por lo que habitan en ellas pocas personas.

Esas personas son, por lo general, de carácter duro e indómito y de extrañas costumbres pero, curiosamente, también son amables y cordiales con aquellos viajeros que respeten sus tradiciones. Son, por lo general, buenos devotos de los dioses de Aenor pero entre el pueblo llano perviven creencias antiguas y extrañas que la Orden no ha podido arrancar del todo, espero de todo corazón que esas buenas gentes dejen a un lado sus heréticas tradiciones para abrazar por completo la fe de Aenor.

Aun así en ese territorio podemos encontrar hermosas capillas dedicadas a Aenor, Myr, Meriel e Ithelien aunque debo señalar que los cultos de estos dos últimos son bastante importantes en estas tierras. Posiblemente debido a que viven de la agricultura y a que tienen una faceta guerrera muy marcada.

Como ya podrán aventurar por los cultos que hay en este lugar, estas gentes viven de la agricultura, principalmente del cultivo del trigo y la cebada. También hay extensos bosques para la caza y para la tala pero, obviamente, estos no dejan de ser pequeños robledales en comparación con el Bosque Antiguo, el Bosque Sangriento o el Bosque de los Dioses.

Las tierras comunales son bastante extensas y de ellas los campesinos obtienen buena parte de su sustento y, por lo que observé, la mayoría viven en pequeñas aldeas muy dispersas. La mayoría son de madera y algunas tienen algún edificio de piedra (generalmente la capilla o el templo).
La ganadería está poco desarrollada, siendo en su mayor parte una ganadería doméstica destinada al consumo familiar y no a la venta, pero en las tierras del señor parece suplirse esto con extensas tierras dedicadas al trigo, la cebada y, sobre todo, a los viñedos. Dicen que los vinos de esta tierra son los mejores de la región pero, dado que las guerras suelen acabar con estos cultivos, se produce en poca cantidad y en solo las tierras de los Hessel.

El único gran asentamiento del marquesado es el Castillo de Holfburg, situado al noreste del territorio, a unos kilómetros del río, en lo alto de una gran colina. Domina toda la extensa llanura que conforma la tierra de esta familia y posee extensas tierras de cultivo a sus alrededores, molinos, herrerías, establos, buenas posadas, el mayor templo a Aenor del marquesado y algún regadío muy antiguo.

Dicho castillo posee una población de 100 habitantes, contando caballeros y siervos, mientras que el pueblo que lo rodea tiene la capacidad de unos 500 habitantes, que casi se duplica en época de ferias y de cosecha, mientras que por todo el marquesado pueden vivir mas de mil quinientas personas pero determinar dicho número es muy complicado.

Otro asentamiento importante es el pueblo de Harflen pues se situa en la rivera del río Ithelior, tiene unos doscientos habitante y es el principal puerto pesquero y comercial de la región del marquesado.

La familia Hessel domina este territorio desde hace más de seiscientos años y aunque su apellido ha ido cambiando a lo largo del tiempo se consideran descendientes directos del fundador del marquesado: Auren Holfburg. Dicha familia siempre ha contribuido generosamente a la causa de la Orden de Aenor y entre sus miembros siempre ha habido miembros que han marchado a servir a los dioses, actualmente el hijo menor de esta casa.

Impuestos

-Un décimo a la Orden de Aenor.
-Un décimo al señor del Gran Bastión (son vasallos).
-Un décimo al marqués.

-Se trabaja durante la cosecha en las tierras del señor a cambio de poder usar sus molinos, herrerías, etc.

-La caza está reservada al señor salvo que se tengan permisos expresos (dos décimos pasan a él).
-La tala de los bosques en invierno es libre pero en verano se debe pagar un décimo.

Los pagos se realizan en especie.

Riqueza

-Gran parte de los cultivos de cebada y trigo se dedican al autoconsumo por parte de los habitantes de estas tierras pero una pequeña fracción se exporta en año de bonanza. Principalmente lo correspondiente a las tierras del señor, que son las más grandes de todas.

-Los viñedos, en las tierras del marqués, ocupan un tercio de las tierras de los mansos del señor y gran parte de este se exporta, siendo la principal fuente de riqueza junto con la tala de árboles y la venta de trigo, cebada y cerveza.

-La feria anual, en tiempos de la cosecha, es también muy importante y suele haber un mercado permanente en el castillo. Cuando el señor hace justas también se atraen a muchos comerciantes.

La falta de población en el marquesado, aun así, es una tara importante a la hora de considerar la fuerza y riqueza del lugar.

Ejército

El marquesado no tiene un ejército profesional pero su condición de tierra de fronteras ha generado que sus habitantes estén continuamente alerta para entrar en combate.

-Levas: Campesinos sin preparación alguna, deben ser armados por el señor y entrenados por este. El marqués podría llamar a un total de 300.

-Hombres de armas: Campesinos que han vivido guerras, conocen el oficio aunque no son considerados soldados, simplemente son gentes que han tomado alguna vez un arma. Deben ser armados por el señor y en total podrían ser unos 300.

-Caballeros libres: Acudirán de todas partes de Aenor, su número depende la fama de su señor pero dado que esta es una tierra de fronteras pueden acudir alrededor de 100 (mas o menos en base al renombre).

-Caballeros del Marqués: Caballeros libres que dependen y viven en el castillo del señor, en total pueden ser unos 25.

-Vasallos: No hay vasallos de gran importancia en el marquesado ya que está poco poblado pero hay algunos con sus torreones y aldeas que, en caso de guerra, podrían movilizar un total de dos centenares de campesinos y unos 10 caballeros mas.

-Herrerías: En el castillo y en Harflen.

Castillo:

Los Holfburg tienen un castillo en lo más alto de una colina, de sólida piedra traída hace cientos de años de las Montañas de Aenor (en el este). La leyenda dice que fue construido por el fundador de la casa, Auren Holfburg hace mas de seiscientos años.

Dicho castillo posee una muralla, una entrada de madera reforzada con acero y una reja. Carece de foso pero se piensa que antiguamente lo tenía ya que hay una ligera inclinación en el terreno que rodea a la muralla. Posee, en su interior, del mayor templo, una herrería, un granero, una torre del homenaje, etc.

Caballeros del Marquesado

Ser Eldwin Düsserloft, Maestro de armas

Ser Eldwin lleva trabajando décadas para la familia Holfburg aunque, curiosamente, sigue siendo una de las mejores espadas de esta casa. Su buen estado físico, para su edad claro, sumado a su gran maestría con la espada y su sabiduría en la guerra hacen de él un gran guerrero aunque, obviamente, tampoco puede considerarse el mejor de estos tiempos. Hoy día es el maestre de armas del marquesado, es decir, el encargado de entrenar a los nuevos soldados, de velar y mantener el equipo militar de las tierras de su señor y de mantener las defensas del castillo y de preparar un ataque en caso de necesidad.

Eldwin es, por así decirlo, el general del Castillo de Holfburg. Mide un metro y setenta centímetros, tiene un cuerpo bien entrenado pero no es especialmente corpulento ni fuerte, su maestría recae en una especie de equilibrio físico pero, obviamente, con el paso de los años ha perdido buena parte de su potencial.

Su pelo, ya canoso, es oscuro y muestra buenas entradas y sus ojos, también oscuros, muestran una gran sabiduría. Sus arrugas son el único vestigio de su edad ya que por lo demás parece tener quince años menos.

Es un tanto paternal con Norbert y Manfred Holfburg pues los entrenó desde niños, es bastante honorable y leal, rara vez contradice una orden salvo cuando viene de alguno de sus escuderos.


Ser Malthus Glaer

Caballero de la Orden de Aenor enviado al castillo Holfburg, de la familia Hessel, por lo que es el encargado de tomar los impuestos y de velar por el buen mantenimiento de las sanas costumbres morales y religiosas del marquesado y es el que aplica la ley.

El marqués Hessel se encarga de llevar ante la justicia a cualquier criminal y es el caballero de la Orden el que se encarga de aplicar la ley sagrada de Aenor. Junto con varios vasallos y sirvientes se encarga de llevar a cabo las ceremonias en honor a los dioses.

Relativamente joven para su edad, lleva pocos años en el marquesado y aun no ha mantenido muchas relaciones con los Hessel aunque estos intentan ganarse su confianza y amistad. No es especialmente estricto ni piadoso pero le gusta que todo este en orden y no tolerará actos de rebeldía. Intenta estar a la altura de su puesto, intenta ser justo y leal a la Orden pero tiene un fuerte carácter y a veces sus juicios se dejan llevar por su temperamento.

Posee un buen parte y parece ser el prototipo de caballero de Aenor de buena familia, de mentón y cuerpo curtido, de profundos ojos grises y rizado pelo castaño. Gusta de afeitarse y de ir siempre con los ropajes de la Orden, así como con las armas ceremoniales típicas, pero cuando va por el castillo de los Hessel tan solo lleva la vesta y su espada.


Ser Artus Manaheimr, Castellano

Primo mayor de Norbert Hessel, ha dedicado su vida a servir a la familia de su tío a cambio de ser convertido en el castellano del único y gran baluarte de la familia Holfburg. Como castellano lleva las cuentas y el mantenimiento de sus defensas así como de la producción de las tierras que lo rodean. Cuando el marqués no se encuentra en sus tierras, el castellano toma el relevo del poder y es, por esto, uno de los hombres de confianza de su señor.

Como miembro de la familia Hessel es leal, algo orgulloso pero honorable pero, quizás por la rama paterna de los Manaheimr, es famoso por su afán por la bebida y las fiestas. También le gustan las mujeres y tiende a visitar lupanares pero, salvo por esto, es un hombre de una moral intachable aunque de convicciones más flexibles que las de los Hessel.

Veterano de unos treinta inviernos, no tiende a cuidar demasiado su aspecto ya que se deja una larga y descuidada barba negra, con algunos pelos castaños, y su largo pelo ondulado cae sobre sus hombros, también oscuro pero con brillos claros, mientras que sus ojos, al contrario que con sus primos, son de un marrón claro.

Mide cerca de metro noventa y cinco, posee una amplia y corpulenta complexión y unos brazos poderosos, tiende a llevar siempre una espada bastarda y, en ocasiones, lucha con mandobles con su primo Norbert, que es para él un hermano, aunque tampoco se puede decir que su familia sea pequeña ya que es el menor de tres hermanos y, por lo tanto, el que no heredaba y por ello fue apadrinado por su tío (razón por la cual es tan leal y agradecido).

El primogénito heredó un condado más al norte del río Ithelior y su siguiente hermano mayor tomó los votos en la Orden de Aenor. Dado que la vida de entrega religiosa a la Orden no le atraía decidió buscar fortuna por el Valle hasta encontrar hueco con la otra rama de la familia.