Personajes Paganos

Alda, hija de Owen, la Reina del Mar

Conocida como la Reina del Mar, Alda es, posiblemente, la pirata pagana más conocida y temida de todas. Ha logrado hacerse un hueco en un mundo de hombres y, con astucia y audacia, ha conseguido ganarse el respeto de varias tribus del sur.

Dotada de una belleza extraordinaria, es alta para ser una mujer pues puede medir metro setenta pero sus perfiladas facciones y su grácil figura no hacen que esta pase desapercibida a los ojos de los hombres. Sus penetrantes ojos verdes inspiran una poderosa autoridad y su largo pelo rojo le da un aura salvaje y fiera, que es tomado como un signo de la gracia que los dioses han depositado en ella.

Los comienzos de su vida son muy oscuros ya que muy pocos saben de donde proviene o como fue adquiriendo su actual posición pero, a muy temprana edad, ya era capitana de su propio navío. No fue aceptada, ni mucho menos, en una sociedad en la que la valía la determinaba la ley de la sangre pero gracias a su maestría con las armas y a su dotes de mando fue ganándose el respeto de los suyos.

Realizaba, continuamente, incursiones a las Ciudades Libres y con el tiempo sus botines fueron creciendo hasta que, finalmente, fueron uniéndose más capitanes a sus ataques y, actualmente, posee una de las mayores flotas de todo el mundo conocido.

Decenas de barcos y centenares de hombres están a su servicio en un delicado y débil equilibrio entre libertad y autoridad. Su poder lo sustenta su capacidad para saquear cualquier ciudad sin sufrir grandes bajas y ganando enormes sumas de riqueza y es por esto por lo que ha sido llamada la Reina del Mar.

Incluso hoy tiene enemigos entre los suyos, por su posición y por su género, pero su fuerte personalidad, su famosa crueldad con sus enemigos y su buen liderazgo le han convertido en una de las bárbaras mas peligrosas y respetadas de todo el Valle, su manejo de las espadas no es nada desdeñable y cuentan que siempre está a la espera, en el sur, a que soplen vientos favorables para surcar los mares bajo el sonido de su cuerno de guerra.

Baltersen hijo de Odrik, la Furia del Valle

Baltersen es un guerrero odiado y temido por todas las gentes devotas a Aenor, es considerado como un hijo de los dioses paganos y oscuros, un siervo del caos y de la destrucción y cualquier caballero con aspiraciones de grandeza sueña con llevar su cabeza a los grandes templos del dios.

Como casi todos los paganos, la historia de los comienzos de este personaje es confusa y se mezcla con el mito y la realidad, casi a partes iguales. Se sabe que pertenecía a la tribu de los Burgandios, en las montañas del sur, y que acabó por tomar el liderazgo de esta.

Su tribu era pequeña y estaba hostigada por muchos enemigos por lo que decidió tomar una difícil decisión: llevarse a los suyos al norte. Su viaje fue difícil pero el pueblo de los salvajes es duro y está acostumbrado a los largos viajes y en el camino fue acabando con aquellos que eran más débiles que su tribu y añadiendo más guerreros, mujeres y niños y su tribu hasta que, finalmente, logró entrar en las tierras del Valle de Aenor.

Para los salvajes los caballeros son débiles y cobardes y por esto mismo el temor no era algo que anidara en el corazón de este bárbaro de las montañas. Logró asentarse en un bosque del sur del Valle y, dividiendo a los suyos en pequeños grupos, extendió una red de salteadores que hostigaban continuamente las ricas tierras de los afeminados norteños.

Hay quien dice que su red de bandidaje se ha extendido a límites insospechados pero aunque es odiado no es considerado como una gran amenaza pues sus ataques no dejan de ser unos simples asaltos, molestias ante el poder y riqueza que los grandes señores pueden movilizar. También se cuenta que posee espías en todas partes, incluso en algunas ciudades y que acepta a toda clase de hombres y mujeres, hasta desarraigados del Valle, entre sus filas.


Suele dirigir el mismo sus ataques, no llega al metro sesenta y cinco y posee una gran fuerza en sus brazos y es bastante corpulento. Siempre lleva el pelo largo, hasta la altura de sus hombros, siendo este oscuro y su mentón cuadrado le da un aspecto fiero, acrecentado por sus numerosas cicatrices y su oscura mirada. Siempre marcha al combate con un hacha de guerra de doble fijo y apenas lleva protecciones, salvo alguna cota de malla, pues considera que ha sido elegido por los dioses para devolver al norte a la fe pagana mediante el fuego y la sangre.

Poco se sabe de su personalidad en el ámbito privado pero es conocido por su falta de piedad, crueldad y por no dejar a nadie con vida en sus ataques.

Harald hijo de Orld, señor de la Tribu de los Warld.

Muchos creen que en las montañas del sur, dominadas por los salvajes y los bárbaros, solo hay caos y desolación, continuas guerras y hambre y pestilencia por doquier. En muchos sentidos esto es cierto pero en ocasiones surge un líder que logra unir a ciertas tribus y aunar un gran poder en torno a su persona. Las gentes del Valle, realmente, no saben lo que ocurre en esas tierras salvajes pero hasta sus oídos ha llegado el nombre de Harald.

Harald es un caudillo que tras alzarse con el poder entre los suyos ha ido conquistando y sumando a sus tribus más y mas poder hasta que, finalmente, logró conquistar el Paso de los Lamentos a un conjunto de caudillos menores que habían estado compartiendo su dominio desde hacía décadas.

Esta conquista, que puede parecer minia ante los ojos de cualquiera que desconozca la cultura de los sureños, ha marcado un antes y un después entre las tribus ya que hacía mas de un siglo que ningún caudillo poseía tanto poder para dominar uno de los dos castillos del sur el solo. Es por esto por lo que es temido y respetado por partes iguales, muchos ya se han unido a su tribu sin plantarle cara y nadie osa cuestionar su mando.

¿Hacia donde dirigirá sus siguientes ataques? Algunos eruditos del norte dicen que se quedará en su castillo pues ha alcanzado una posición que muchos solo sueñan, otros dicen que intentará ocupar el Paso Escabroso y que ello podría representar un peligro para las gentes del Valle de Aenor y otros dicen que marchará contra la ciudad bárbara de Thardreïm.

Es un hombre alto, de casi metro noventa, y de cuerpo musculoso pero fibroso ya que no destaca por su gran robustez. Su rostro siempre se encuentra oculto tras un gran yelmo de acero que, según cuentan, consiguió de un caballero del Valle cuando le arrancó su cabeza con sus propias manos. Ahora posee unos cuernos de metal y unas runas druídicas que le dan buena suerte y fiereza en el combate. Sobre sus espaldas deja caer una gran piel de lobo gris y viste como siempre han dictaminado las tradiciones (con pieles de animales que el mismo ha cazado). Suele luchar con un gran hacha de guerra de doble hoja que empuña tanto a una como a dos manos y con una espada ancha que, dicen, perteneció al antiguo líder de su tribu.